78 FERROLTERRA. LAS CRUCES DE MALTA, DEL TEMPLE Y DE SAN ANDRÉS. LOS JUDÍOS EN LA COMARCA DE FERROL

La cruz posiblemente sea el símbolo más universal y de uso más generalizado, apareciendo representada de variadas formas en muchas culturas y religiones, especialmente en el cristianismo. En esencia es una figura geométrica que consiste en dos líneas o barras cruzadas en ángulo recto, admitiendo diferentes modificaciones en su forma y diversos remates.

Además de su uso religioso la cruz tiene una abundante utilización en la Heráldica y forma parte de escudos de países y de banderas de territorios, incluso con un claro significado político. En el caso del escudo de Galicia siete cruces de plata, representando las siete antiguas provincias gallegas, rodean al Santo Grial.

 


                                                                             Escudo de Galicia

Las cruces de la orden de Malta

La Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén tuvo su origen en  la ciudad italiana de Amalfi, cuando el siglo XI edificó la iglesia y hospital de San Juan de Jerusalén para el cuidado de enfermos. El siglo XII, unió a su objetivo inicial la defensa de los Santos Lugares y la protección de los peregrinos que allí viajaban. A partir del siglo XIV se extendió por Europa, especialmente por el el mar Mediterráneo, concediéndole el papa Clemente VII el año 1530 su feudo en las islas de Malta, regresando, como actividad principal de la Orden, a su original y tradicional misión de asistencia hospitalaria.

La Orden de San Juan de Jerusalén inició su presencia en España durante la Reconquista a partir del siglo XII, dejando patente su presencia en batallas como la de Las Navas de Tolosa. Tuvo una notable implantación en Galicia a lo largo del Camino de Santiago, especializándose en la ayuda y acogida de los peregrinos. El patrimonio territorial de la Orden en Galicia se configuró dentro de cuatro bailías o encomiendas mayores: Portomarín, Quiroga, Beade y Pazos de Arenteiro.

Las cruces de Malta en la comarca de Ferrol

La presencia de las cruces de Malta en la comarca de Ferrol fue objeto de un estudio de Carlos de Aracil y Juan J, Burgoa en la revista mindoniense Rudesindus del año 2007. En el trabajo se escribe que fue precisamente la encomienda sanjuanista de Portomarín, vinculada al paso de los peregrinos del Camino de Santiago, la que tuvo una mayor relación  con la comarca de Ferrol, en especial con la parroquia cedeiresa de Santa María de Régoa y con el santuario de San Andrés de Teixido, que dependía de aquella parroquia.

Con el paso del tiempo la jurisdicción de la encomienda sanjuanista sobre la parroquia de Santa María de Régoa se iría extendiendo más tarde a otros lugares cercanos como San Xiao de Trebo en Cariño, San Xiao dos Osos en Moeche o la Capela da Fame de Liñeiro en  Vilarrube.


                                       
Cruz de Malta. Retablo de San Andrés de Teixido

La existencia del Priorato sanjuanista en la parroquia de Régoa parece justificar la presencia de cruces de Malta en el santuario de Teixido (una en el escudo de armas de los Andrade colocado en una pared de la nave y otra coronando el retablo barroco del altar principal), iglesia de Santa María de Régoa (colocada en la parte alta del presbiterio), y Capela da Fame en Liñeiro (dos de ellas en la fachada principal y la tercera en la parte trasera).

La presencia de posibles ejemplares de la cruz de Malta en otros lugares del ancestral camino de San Andrés de Teixido, como son la capilla de Santa Margarita de O Val en Narón, incluida una cruz en el frontis de la fuente, y la de O Bo Xesús en Meirás en Valdoviño, parece más discutible y menos justificada documentalmente. En ciertas ocasiones las cruces patadas pudieran ser meramente cruces indicativas de “consagración eclesiástica” y no de pertenencia a la Orden de Malta.


          Capela da Fame. Liñeiro       Fuente de Santa Margarita. Narón

Los símbolos del Camino a San Andrés de Teixido

Dadas las diferencias de criterio que existen respecto a la presencia de la Cruz de Malta en el Camino a San Andrés de Teixido, no se llegó a un pleno acuerdo para el reconocimiento de dicha cruz de Malta como símbolo de la ruta de peregrinación a Teixido, tal como pretendían varias asociaciones.

Debido a ello, algunas asociaciones relacionadas con el Camino de Teixido, se han inclinado por el uso de la figura de un Pez, alegoría utilizada por los antiguos cristianos, como símbolo y señal de identificación de este ancestral camino, un símbolo que, para muchos, no parece el más adecuado para señalar el camino, mientras que en otros lugares de la ruta, dentro del Concello de Cedeira, aparecen varios marcos de señalización de la ruta con la imagen de la Cruz en aspa de San Andrés.


Diferentes marcos de la ruta a Teixido

    La Cruz de San Andrés

Las cruces de la orden del Temple en la comarca de Ferrol

Como contraste con lo expuesto sobre la asistencia hospitalaria cumplido por la Orden de Malta en el Camino de Teixido, refiriéndonos ahora al Camino Inglés de peregrinación a Compostela, no hay constancia de levantarse hospitales de la citada orden sanjuanista en esta ruta.

En cambio, según el investigador Andrés López Calvo, se documenta la presencia de cuatro hospitales del Camino Inglés (en Ferrol, Neda, Pontedeume y Betanzos), que llevan el nombre del Espíritu Santo, aunque no está demostrado que perteneciesen a la orden hospitalaria del Sancti Spíritu, congregación religiosa fundada por Guido de Montpellier a finales del siglo XII. Hoy prácticamente desaparecidos, no hay constancia de la presencia de cruces específicas en estos hospitales.


Cruces templarias. Portulano de la Ría de Ferrol. Año 1498

Por su parte, siguiendo a lo que escriben los historiadores Juan A. Carneiro y Miguel A. Rodríguez en su Historia de Mugardos (año 2009), un portulano del año 1498, obra del veneciano Andrea Corso, sitúa tres cruces templarias en el plano, pertenecientes a establecimientos templarios de la ría de Ferrol: Santeirum (Chanteiro), França (Franza) y Feroli (Ferrol), un plano que muestra la temprana presencia de Recimil.


                                            Una colección de cincuenta cruces diferentes

 

En el cuadro que se acompaña como ilustración puede verse la variedad de cruces de diferente formato y origen histórico, tanto desnudas como figuradas, que se muestran en la colección particular de un colaborador de este Foro de Amigos de Ferrol.

Los judíos en la comarca de Ferrol

Otro símbolo de uso generalizado, en este caso por la religión y la cultura judía, es la Estrella de David o de Judá. Aunque se conoce que fue poco numerosa, no hay un estudio completo sobre la presencia de la comunidad de religión judía en la comarca de Ferrol. El siglo XV la localidad de Ares sirvió de refugio a una comunidad sefardí, dedicada especialmente al comercio de la sal. En su barrio portuario una vivienda muestra los vestigios de una Estrella de David que indicaba el uso del edificio como sinagoga.      


                                               
Restos de la Estrella de David. Ares

Por su parte en el libro de actas del congreso “Xenética e historia no noroeste peninsular”, celebrado en Santiago el año 2002, se informa de la existencia de una sinagoga y una comunidad judía desde el siglo XIII en Esmelle, cuyo nombre se hace derivar precisamente de Ismael. En lo que se refiere a la villa de Ferrol, sin datos concretos, para algunos la existencia de una calle con el nombre de la Estrella en el barrio de Canido pudiera apuntar a una posible presencia de judíos en la localidad.

 

 

77 MAL USO, ABUSO Y DESUSO DE LOS EDIFICIOS PÚBLICOS DE FERROL. EL ANTIGUO HOSPICIO MUNICIPAL


El maleficio del estropicio del edificio del Hospicio

El conocido hoy en día como edificio del Hospicio Municipal se construyó en la década de los años 1790, siendo de origen una amplia vivienda de corte neoclásico que fue conocida como Mesón de Valentín, levantada en un solar de casi 500 m2. Se trataba de  una construcción compuesta de bajo, dos plantas y altillo, dotada  de un patio interior, de la que solamente se remató una de sus cuatro alas, la fachada norte orientada a la calle del Sol.

El año 1860 la parte del edificio que daba a la plaza de Amboage fue ocupado por la sociedad La Tertulia de la Confianza, que sería el germen del futuro Casino Ferrolano. Llegado el año 1875 el Ayuntamiento de Ferrol compró el edificio, que destinó a Hospicio Municipal, institución que hasta entonces estaba instalada en el antiguo Hospital de Caridad, mientras que se acometían diversas obras de rehabilitación en el edificio y el arquitecto Manuel de la Riva construía el pabellón de niños que daba a la calle María.

Al fondo el Hospicio Municipal. Año 1900

El año 1904 sufrió un importante incendio, siendo sometido a una amplia reforma que condujo al edificio actual. El año 1908 el edificio dejó de ser el Hospicio Municipal para convertirse en el colegio Santa Teresa, que estuvo funcionando hasta los años 1980. Hasta su reciente rehabilitación, albergó luego, entre otros, el Museo de la Sociedad Gallega de Historia Natural y una Escuela de Danza, y fue un lugar de depósito de los pasos e imágenes de la Cofradía de Dolores.

Con fondos del Plan Urban el edificio fue rehabilitado en su parte central y en la zona norte que mira a la calle del Sol entre los años 2011 y 2014, con una inversión superior a un millón de euros de dinero público. Como consecuencia de ello, en los casi mil metros cuadrados de superficie útil del edificio, se dispone hoy de abundantes espacios, prácticamente sin el adecuado uso desde entonces.

En el bajo se instaló un amplio salón de actos con capacidad para más de cien personas, el primer piso disponía de tres zonas independientes y el segundo consistía en un espacio diáfano preparado como biblioteca, dotado de los oportunos estantes, mientras que el altillo o buhardilla se concebía como archivo. En el patio interior un ascensor, últimamente fuera de uso, de alguna forma rompía la estética del entorno.

Edificio del Hospicio Municipal. Vista reciente

No llegó a realizarse la absurda reforma prevista para la fachada sur que da a la plaza de Amboage y se desistió de la peregrina idea de instalar en la primera planta una escuela de hostelería, y a pesar de estar prácticamente vacío todo el edificio, el año 2014 se destinó la buhardilla para archivo del Centro de Documentación del Patrimonio, malamente gestionado durante meses por una organización empresarial ferrolana. Dicho Centro había nacido con el frustrado propósito de ofrecer un servicio de consultas a los investigadores de Ferrol de la Ilustración.

El lugar asignado al Centro era realmente un espacio de difícil acceso para la  consulta de la importante documentación histórica, estando su ubicación en contra de las normas de seguridad exigidas para su custodia. Hoy, los más de 3.000 importantes registros de planos y documentos relativos a Ferrol y la petición de Patrimonio Mundial siguen inaccesibles a su estudio y consulta, sin conocer realmente lo que ha hecho con esa notable documentación el inepto Concello ferrolano.

Han sido varios los intentos posteriores de uso de este edificio: Centro Cívico, Casa de la Juventud, sede de determinadas asociaciones culturales y vecinales. Lo cierto es que como un ejemplo más de la evidente disfunción municipal de las diferentes Corporaciones, el edificio se encuentra normalmente cerrado, sin el necesario personal que lo atienda y sin un claro conocimiento de sus pretendidos usos.  

El desuso, el mal uso y el abuso de edificios públicos

Además del antiguo edificio del Hospicio, Ferrol dispone de una serie de edificios e instalaciones malamente utilizados, bien propiedad del Gobierno de la nación, de la Xunta de Galicia o del propio Concello. Paseando por la ciudad podemos contemplar más de una docena de edificios, sobre los que cabe preguntarse sobre su falta de uso, el mal uso e incluso el abuso que se está a hacer de los mismos.

En la plaza de la Puerta de Canido se encuentra el edificio que fue la antigua Residencia de Suboficiales. Se trata de un amplio edificio de impecable estilo racionalista, prácticamente sin uso hoy en día. Por su situación y sus características debería ser reformado para convertirlo en esa Residencia de Mayores que necesita la ciudad.

Residencia de Suboficiales. Plaza de la Puerta de Canido

Presenta unas buenas características de edificio de baja altura para ser habitado por la gente mayor, prácticamente está ya dividido en habitaciones, situado en un lugar de magníficas características ambientales (recordemos “Brisas de Canido”), céntrico y cómodo para la visita de familiares y que debería ser cedido sin gasto por el Ministerio de Defensa, por lo barato que le salió al no pagar IBI durante tantos años.

Sin salir del barrio alto de la ciudad se podría citar el Chalé de Canido, calle Alegre, notable edificación modernista de Rodolfo Ucha, pendiente de rehabilitación por la empresa compradora. Además, una serie de construcciones tradicionales del barrio se encuentran en mal estado por su falta de atención: la Casa del Pobre en la calle Alegre y el conjunto del Corral de Chapón.

En el barrio de la Magdalena se encuentra la antigua sede de Hacienda, un amplio edificio oficial de la calle Magdalena, que lleva varios años sin uso en sus diferentes plantas. En su día se habló de que podría albergar el Archivo Municipal del cercano edificio del Concello, hoy prácticamente carente de espacio, tanto para el propio archivo como para el trabajo de los investigadores, 

Otros edificios sin uso son la antigua sede de la Compañía Telefónica, calle María, y el cuidado edificio de la antigua Cámara de Comercio, cercano al anterior. No se conoce el uso previsto para el edificio de Intendencia de Marina, esquina Tierra y Magdalena, o de lo que se tiene previsto hacer con el desaparecido cine Avenida o con los restos del antiguo Teatro Rena.

Cámara de Comercio

En el barrio de Ferrol Vello se encuentran varios edificios de buena presencia, sin uso y sin rehabilitar desde hace varios años. Es el caso de dos edificios situados en el Paseo Marítimo, la antigua Comandancia Naval, propiedad de la Autoridad Portuaria, y la antigua  Aduana, propiedad de la Administración Central. 

Un caso especial es el de la Casa del Mar, levantado en la Carretera Alta del Puerto. Edificio moderno, amplio y bien dotado de instalaciones logísticas que, en un ejemplo de infrautilización, perdió su función original. Es de esperar que tras del vergonzoso uso por la ineptas Autoridades Portuarias, las anunciadas gestiones de la Xunta de Galicia sean capaces de transformar este edificio en ese necesario Albergue para unas 60 plazas del Camino Inglés, del que, de forma vergonzosa, carece Ferrol, inicio de la importante ruta de peregrinación.

Casa del Mar de Ferrol

Todo lo anterior constituye una lista no exhaustiva de instalaciones en desuso o con una mala utilización. Se  podría seguir con una serie de edificios y construcciones repartidos por la ciudad. Como caso especial se deben citar las instalaciones del antiguo cuartel Sánchez de Aguilera.

Los diferentes edificios y el amplio espacio que hoy ocupan las instalaciones en mal estado del antiguo cuartel de Infantería permitirían articular de forma práctica la necesaria conexión entre los barrios de Canido, Catabois e Inferniño. Además se podrían llevar a cabo varios proyectos allí previstos: un amplio aparcamiento público, la construcción de viviendas, una residencia universitaria, la construcción de alguna plaza pública y la dotación de zonas verdes, incluso una zona comercial y suelo de uso industrial, todo ello dentro de una adecuada y lógica planificación.

 

Un presunto Museo del Juguete. La Casa del Patín

Ferrol carece de un Museo de la Ciudad, incluso de un Museo de Pintura, verdaderas necesidades de la urbe. Con independencia de la existencia en Ferrol de museos específicos: Museo Naval, Museo de la Construcción Naval y Museo de la Naturaleza, y del precipitado Museo de la Semana Santa, en una nueva ocurrencia del Concello de Ferrol se habla de un Museo del Juguete.


                               
Casa del Patín. Grabado de J. Ferrín. Estado actual

Para su instalación se ha pensado en la destartalada Casa del Patín de la calle Atocha en Canido. En esta histórica vivienda habitó Pimborete, el conocido cazador de gatos, y durante los años finales del siglo XX las hermanas conocidas como las Gatas Fieras. La vivienda, dotada del tradicional patín de la casa gallega, arrastra estos últimos años su visible mal estado en una concurrida calle del barrio.  

 

Foto histórica. Si las miradas hablasen ……..


Año 2005. Nombramiento de Pérez Touriño como Presidente de la Xunta de Galicia. La postura y actitud de Salvador Fernández Moreda dirigiendo su atención a un sentado Manuel Fraga exime de cualquier comentario.

 

76 UN EPISODIO DE FERROL DE LA ILUSTRACIÓN. LA VISITA DEL CURA DE FRUIME

 

Uno de los clérigos ilustrados que visitó Ferrol fue Diego Cernadas y Castro, conocido como el Cura de Fruime, nacido en Santiago de Compostela el año 1702. El Cura de Fruime fue un ingenioso erudito, un desigual literato y un incansable versificador en lenguas castellana y gallega. Gran amante de Galicia y todo lo que representaba, escribió tratados históricos, no siempre del debido rigor, obras teatrales y poesía, normalmente de género satírico y jocoso, siempre manteniendo la defensa de los intereses de su tierra. Polemizó con numerosos personajes, siendo de gran interés sus controversias sobre temas históricos con los padres Mariana y Flórez.

Tras el viaje realizado a Ferrol, el año 1754 publicó en la librería de Joseph García Laura de Madrid un opúsculo poético que tituló “Real de Esteyro. Poema heroyco joco-serio a los doce navíos que se están construyendo de orden de su Real Magestad”, utilizando como seudónimo el anagrama de Jacobo Sandacer y Torcás, natural de Galicia, Clérigo de Menores. Muerto su autor, el poema se reprodujo en el tomo I de las “Obras en prosa y verso del Cura de Fruime”, editadas en siete tomos en la imprenta de Joachin Ibarra de Madrid el año 1778. 


                                                          El Cura de Fruime. Museo de Pontevedra

Apenas hay referencias ni constancia exacta de la fecha de la visita realizada a Ferrol por el Cura de Fruime pero se sabe que fue durante la construcción de los buques del Apostolado, en todo caso antes del año 1754, año en que publicó el citado opúsculo. Diego Cernadas durante cuarenta y siete años ejerció de cura párroco de San Martín de Fruime, en el municipio de Lousame, siendo una persona poco aficionada a viajar y que nunca se trasladó fuera de Galicia.

Su viaje a Ferrol se debió a su curiosidad de conocer las grandes obras que se llevaban a cabo. Durante su estancia en Ferrol departió con Mauro Valladares, párroco de San Julián, y los frailes dominicos del convento de San Sadurniño. Pero sobre todo se dedicó a conocer los intensos trabajos realizados en el arsenal y el astillero, que luego reflejó en su obra.

La larga composición dedicada al Real de Esteiro se inicia con un Romance seguido de un Canto que el autor divide en dos Mediaciones con cincuenta octavas reales cada una. Se trata de un amplio poema descriptivo, de versos entusiastas y grandilocuentes, no siempre depurados, a veces serios y otros burlescos, en una línea a medio camino entre Quevedo y Góngora, en los que utiliza la comparación festiva y los juegos de palabras.

Las doce gradas del Apostolado (Siglo XVIII)

La composición poética está dedicada a la “Muy Ilustre Señora Doña Josefa Cayetana Pardo, Marquesa de San Saturnino y Señora de Baltar”, con la intención de ejerciese de mecenas de la obra y pagase su edición, propósito que no consiguió. A lo largo de las cuarenta y siete cuartetas del Romance inicial, que dirige a la citada marquesa, hace un versallesco y adulador panegírico de la noble ferrolana:

                       Mil cosas buenas he visto                     De las musas de Galicia

                      en Ferrol; pero en conciencia,              sois la madre en acogerlas

                       pues a vos no os ví, es mentira             y por eso en vos la mía

                       decir que ví cosa buena.                        busca su madre Gallega.


                                                                       Poema Real de Esteyro

La Mediación primera empieza con una barroca invocación a personajes mitológicos como las Nereidas, Ninfas y Driadas, alabando la belleza del puerto ferrolano, al que se dirige con el poético nombre de Puerto del Sol, como era conocido por los antiguos historiadores, describiendo la intensa actividad constructiva del astillero de Esteiro y la labor de los operarios llegados de diferentes lugares hasta completar los quince mil hombres que llegaron a trabajar en las obras del arsenal y astilleros:

Por el Puerto del Sol fue conocido      A poco trecho, para más adorno,

                                        el seno del Ferrol antiguamente,         el Real de Esteyro, población hermosa,

                                         título que, sin duda, ha merecido,       extendiéndose va por el contorno

                                         por ser vuestro palacio transparente. en mucha inmensa fábrica costosa.

En otro momento, Diego Cernadas glosa en sus versos la construcción simultánea de los doce buques del Apostolado, indicando sus nombres oficiales y el orden de puesta en quilla,  explicando luego sus sobrenombres de carácter religioso, todo ello con su florido vocabulario y su fácil y peculiar manera de versificar:

Allí se están á un tiempo construyendo         Vencedor es el nombre del primero;

doce naves de tan bella estructura,               al segundo le llamaron el Glorioso;

aunque á verlas por gradas va subiendo       al tercero le pusieron el Guerrero;

la admiración, no alcanza su hermosura.      al cuarto el Soberano, nombre honroso.

 

Eolo al quinto; Oriente al que numero      El nombre del undécimo es Brillante,

sexto; Aquilón al séptimo furioso;             Héctor el del duodécimo; mas viendo

al octavo Neptuno; y al noveno                 que el primor es en todos semejante,

Magnánimo; y Gallardo es deceno.           si es que a su perfección hermosa atiendo.


                                                            Vista del astillero de Ferrol

En la segunda Mediación hace un cántico del tamaño y la amplia capacidad de carga de los buques, describiendo con precisión los diferentes elementos utilizados en la construcción naval. Este hábil manejo del vocabulario pudo deberse a los conocimientos adquiridos por el clérigo ilustrado en los contactos previos que tuvo con marineros y carpinteros de ribera del puerto pesquero de Noia, villa cercana a la feligresía de Fruime donde Diego Cernadas ejercía de párroco:

                                        ¿Quién sabrá ponderar las prevenciones

de grímpolas, bonetas, gallardetes,

gumenas, andorinas y motones,

pinzotes, masteleros, giumbaletes,

cureñas (en que están por sus muñones

fixas las piezas, o los morteretes),

los guardafuegos, los guardacartuchos,

polipastos, garruchas y garruchos¿

A lo largo de la segunda Mediación, Diego Cernadas combina en su versos de  gran riqueza de vocabulario las andanzas de los personajes clásicos de la Mitología, los doce signos del Zodíaco que el autor hace corresponder a los doce buques del Apostolado, las siete maravillas del mundo y la coruñesa Torre de Hércules, finalizando con una serie de elogios al rey Fernando VI y al Marqués de la Ensenada por las extraordinarias obras llevadas a cabo en Ferrol:

     Quiera Dios, gran FERNANDO, que tu gloria,  Quiera Dios, marqués, que esta armada

     y la de la Fe tanto se adelante,                        las naves en las playas más remotas,

     que sea dada nave otra victoria,                     celebrando el favor de la ENSENADA,

     que un giro a todo el mundo dé triunfante.    vuelvan de honor cargadas, y de flotas.

Es de gran interés el soneto que dedicado “a las obras de Ferrol”, publicado en el tomo IV de sus citadas obras. En el soneto hace un nuevo canto al moderno astillero del Real de Esteiro, haciendo una expresiva descripción de la intensa actividad fabril desarrollada por los miles de trabajadores de todas las procedencias empleados en estas obras, citando de forma expresa la presencia de vizcaínos y bretones:

     De Ultonia, Hibernia y Flandes los Soldados      Vense bosques de troncos empinados

     se ven en Oficiales convertidos;                         entre selvas de robles abatidos,

     Vizcaya da maestros escogidos,                         confuso el Arsenal a los zumbidos

     Bretaña constructores realzados.                       de enxambres de peones afanados.

Al pasar los años se volvería diferente la situación de Ferrol y su  Arsenal. A principios del siglo XX, durante uno de los cíclicos períodos de crisis de Ferrol a lo largo de su historia, el 30 de enero de 1904 el periódico Diario Ferrolano publicaba la poesía “Doña Soledad Marina” firmada con el seudónimo de B.Iga. El autor fue el periodista, autor teatral y poeta Wenceslao Veiga y Gadea, director del semanario satírico El Otro. En sus versos se lamenta de la ausencia de la Escuadra del puerto ferrolano, por diversos motivos, con la consiguiente repercusión negativa en la vida ciudadana.  

      Da pena bajar al muelle,                        No hay buque disponible

      y contemplar la bahía,                           en donde arbolar su insignia,

      sin una nave que ostente                       y no le queda otro mástil ….

      el pabellón de Castilla.                           ¡que el mástil de la machina¡


Rodofo Ucha Piñeiro. Hijo adoptivo de Ferrol

Según se puede leer en la prensa, en un acto escenificado en el Auditorio de Caranza, el arquitecto nacido en Vigo, Rodolfo Ucha Piñeiro, tras la petición de numerosos ciudadanos y entidades de Ferrol, finalmente ha sido nombrado Hijo Predilecto de la ciudad donde ejerció de arquitecto municipal y dejo un abundante testimonio de su obra modernista repartida por las calles de la urbe. En la ilustración aparece al volante de su emblemático automóvil descapotable Renault.               

 

 

 

 

75 FERROL, DE XANEIRO A DECEMBRO. FESTAS, FASTOS E NEFASTOS

 

Un dos nosos lectores fainos notar, con razón, que os traballos do Foro de Amigos de Ferrol (F.A.F.) sempre aparecen no idioma castelán. O seguinte traballo, que atinxe ás diferentes festas, fastos e nefastos que teñen ou tiñan lugar na nosa cidade estará escrito no idioma galego.

As festas e os fastos forman parte da memoria colectiva e do acervo cultural dos pobos, sendo un indicador da evolución dos seus usos e costumes. No agro, as festas sempre seguiron o ancestral calendario das estacións atmosféricas e os ciclos do Sol e da Lúa, adaptándose aos traballos do campo e á evolución das colleitas.

Do mesmo xeito, a Igrexa, co seu secular sincretismo e sabedoría, adaptou as celebracións dos seus santos e santiños ás festas profanas e pagás e ás crenzas populares que celebran os ciclos do tempo. Non obstante, certas celebracións como os fiadeiros, as mallas e as esfolladas, ou costumes como as cinzarradas, as regueifas e os bailes de tranca, perdéronse ou consérvanse de xeito case testemuñal.

Por outra banda, as cidades e vilas importantes, máis cosmopolitas e indolentes que as aldeas e cunhas tradicións de menor raizame, escollen os meses do verán como a época axeitada para celebrar as festas, ás veces sen coincidir coa data do patrón. O ciclo festivo de Ferrol amosa ao longo do ano unha serie de fastos que mesturan celebracións relixiosas coas festas populares, unhas inventadas e outras de fonda tradición e con pegada propia na urbe. Mentres o rural galego celebra na primavera a Festa do Cabalo, sexa a rapa das bestas ou os curros dos cabalos cimarróns, Ferrol ten a súa propia Festa do traslado do Cabalo da praza de España, sen periodicidade fixa, ante o abraio ou simplemente a curiosidade de propios e estraños.

                                                                   Festa do Cabalo. Ano 2002

Ferrol ten como patrón a San Xulián, un dos santos de haxiografía máis variada, celebrando a súa festa o sete de xaneiro, cando o bispo Cuadrillero consagrou un tal San Xulián de Antioquía como patrón de Ferrol, importando do mosteiro de Samos as súas reliquias, na contra do sentir popular que celebraban desde tempo inmemorial a San Xulián de Vienne. Apoiado por un bando do Alcalde Álvarez Caballero, que instituíu a Función con Voto o ano 1786, a Festa de San Xulián co paso dos anos perdeu a súa relevancia, quedando tan só os insulsos fastos protocolarios do Concello, incluído o invento do arroz con leite, nun día festivo que os veciños aproveitan para acudir ás rebaixas, ben en Ferrol ou ben na Coruña.

As seguintes son as Festas do Entroido. Na súa antiga orixe latexa un dobre senso anovador da vida, un deles de orixe pagá proclamando o fin do inverno e outro de tradición cristiá anunciando o comezo da Coresma. Os seus arraigados festexos na Galicia rural subsisten en lugares como Verín, Laza e Xinzo de Limia en Ourense, Chantada en Lugo e na comarca do Ulla en Pontevedra, comezando no Domingo Fareleiro, seguindo cos Xoves de Comadres, e rematando no Domingo de Piñata.

Os carnavais urbanos teñen certa tradición italiana, amosando algunha entidade desde o século XIX en Vigo e A Coruña. No caso de Ferrol consta a súa celebración regulados en bandos municipais desde o ano 1784. Na súa dobre vertente, unha máis popular e barullenta nas rúas e outra máis elitista nos teatros e sociedades, tivo o seu maior auxe a cabalo dos século XIX e XX, coa celebración da corrida do galo, os desfiles de comparsas e carrozas e os bailes de disfraces no Teatro Jofre e nas sociedades recreativas.  

Nos últimos anos xurdiu unha nova sinal de identidade do carnaval ferrolán, unha ruidosa pléiade de mozos e mozas vestidos de monos de traballo que, nun alarde de imaxinación e bo gusto, percorren as rúas, mesmo si cadra, lanzando ovos a algún parvo viandante. Cumpre significar que renaceron das cinzas as comparsas, mentres que unha das tradicións máis arraigadas, o Enterro da Sardiña, simbolismo cristián do xaxún na Coresma, mantén a súa concorrida celebración no barrio de Ultramar.


                                                               Festa das Pepitas, anos 1886 a 1986

San Xosé, o pai nutricio de Xesús, festexa no mundo cristián, desde a Idade Media, un dos nomes máis usados en Galicia, prostituído ultimamente pola connotación comercial de ser o Día do Pai. En Ferrol ten o especial relevo de levarse a cabo na súa véspera a animada Noite das Pepitas, de fonda tradición musical, que ten o innegable éxito de encher de visitantes as rúas ferrolás.

A celebración de San Xosé Artesán naceu a fins do século XIX, nunha festa comezada polas rondallas dos traballadores do sector naval, que combinaban as cancións tradicionais de Ferrol coas habaneiras e a música de alén o mar. Hoxe en día é unha das festas máis arraigadas na cidade, xa coa incorporación da muller, aínda que sería desexable máis roldas nas rúas e prazas e menos fastos nas sociedades recreativas. Cumpre lembrar que as cancións das Rondallas e da tradicional Noite das Pepitas foron reproducidas por varios escritores ferroláns.

Os actuais desfiles das Festas da Semana Santa constitúen a manifestación pública dunha relixiosidade popular que levou á rúa, na forma de procesións itinerantes, as antergas escenificacións do teatro medieval celebradas na propia igrexa, representando a Paixón, a Morte e a Resurrección de Cristo. Aínda que estas celebracións se remontan ao medievo, a Semana Santa ferrolá documéntase desde o ano 1616, coa presenza das confrarías do Santísimo, do Rosario e das Ánimas, e coa Cerimonia do Desencravo o Venres Santo na Praza Vella.


 Procesión do Venres Santo

Coa soleira dunha poboación de aluvión, as procesións modularon as súas antigas tradicións con influxos relixiosos e culturais de lugares como Cádiz, Castela e Cartagena. Resultou así unha Semana Santa sobria e disciplinada, dotada dunha ricaz imaxinería e ornato floral, que combina de xeito ecléctico a cultura, o turismo e a devoción popular, aínda que precisa máis sordina e menos tamborradas nas bandas e bandurrias acompañantes e fáltalle recobrar a súa autenticidade histórica ao Cristo dos Navegantes. Nos últimos tempos adoece tamén dalgúns discutibles aditamentos folclóricos e da tristeira ausencia das notables revistas Ecce Homo e Arimathea.

No luns de Pascua celébrase a Romaría de Chamorro, xa perdida na brétema do tempo a romaría de San Roque e esquecidas as festas de troula e xantar dos soutos de San Pedro e San Xoán de Filgueira. A ermida da Virxe do Nordés, aínda hoxe de discutible propiedade privada, xurdiu da cristianización de vellos cultos arredor da Pena de Embade integrada na capela. No día da festa, desde a mañanciña ata o solpor, os romeiros repártense o escaso espazo arredor do santuario para mercar as candeas e degustar as rosquillas. Séguense a celebrar na comarca as romarías relixiosas do Voto de Chanteiro e de San Antonio da Cabana, así como a civil Romaría do Pote en Maniños.

As cerimonias e ritos da Festa dos Maios, son restos de vellos cultos de orixe agrícola, celebrando a volta da primavera e o renacer da natureza, e festexando o comezo do bo tempo coa floración e a frutificación dos vexetais. A propia Igrexa, coa súa habitual adaptación, integrou estas antigas costumes agrarias nos seus ritos relixiosos, convertendo as festas de Maio na Festividade da Santa Cruz. Mentres, nun concello veciño, os celtistas de baixa intensidade recuperan da noite dos tempos a festa de Aureana, a lenda da Pena Molexa e o Oenach da Feira do Trece.  


                                                          Os Maios de Canido

En Ferrol, a vella aldea de Canido tivo de sempre unha dedicación agrícola, o que explica que o barrio alto da cidade siga a manter ritos e costumes propios do rural galego. Por iso, aínda hoxe a procesión e a festa relixiosa da Santa Cruz e os fastos profanos de Os Maios mantense no barrio ferrolán, adobiando o secular cruceiro da praciña de Canido con plantas e flores, e erixindo altares vexetais nas prazas e rúas do barrio, como mostra da conservación das antigas tradicións veciñais.

En xuño, coincidindo co solsticio de verán, celébrase a Festa de San Xoán, o santo de culto máis intenso en Europa. Son abondosas as tradicións desenvolvidas nesta festa arredor do culto ao sol, dos baños nas ondas da mar e do uso das augas das fontes  coas herbas sanxoaniñas, fiúncho, loureiro e sabugueiro, mentres que a Terra e Mar de Ferrol presenta a singularidade de celebrar nestas datas os fastos das Sardiñadas Culturais, adobiadas coa presenza dos inefables políticos.

A tradición máis coñecida nesta data é a das Luminarias de San Xoán, unhas cacharelas acesas na véspera do Santo. Ergueitas con fins purificadores nas prazas e encrucilladas, persisten arredor delas vedrañas costumes como recoller a leña corenta días antes, saltalas un número impar de veces ou bailar as mozas e mozos arredor do fogo, mentres que as emerxentes tribos urbanas galegas se incorporan malamente a esta vella tradición celebrando os seus botellóns, unhas degradadas festas do viño e licores, ao tempo que prenden lume ás fogueiras que enchen de lixo as praias de Riazor, Panxón, Samil e outras.

Xa non teñen lugar en Ferrol as grandes luminarias de antano, como a de Canido, baixando cara a fonte de Insúa, ou a da estrada de Castela, no cruce de San Xoán de Filgueira, acesa tralo paso do derradeiro tranvía camiño de Cocheras. Algúns barrios ferroláns seguen a prender lume ás fogueiras na véspera de San Xoán, salientando a monumental luminaria, onte acesa fronte ao Cuartel de Dolores e hoxe levantada na praza de Ferrándiz, mais sempre coa concorrida presenza dos veciños de Esteiro.


                                                                         Luminaria de Esteiro

As vilas costeiras renden culto e celebran a Festa da Virxe do Carme, patroa da xente do mar, celebrándose o 16 de Xullo vistosas romarías marítimas, portando a imaxe carmelita, por rolda ou por sorteo, as embarcacións dos pescadores. Desaparecidas ao final do pasado século XX as procesións do Carme no porto de Ferrol Vello e en San Felipe, nas comarcas de Eume y Ortegal salientan aínda hoxe as tradicionais celebracións nos portos de Redes, Pontedeume e Cariño, mentres en Ferrol ten lugar unha aséptica e restrinxida celebración por parte da Armada.

As festas patronais de Ferrol foron substituídas o ano 1896 polas laicas Festas do Marqués de Amboage, esquecido benfeitor da cidade, nas máis axeitadas datas do verán. Tempo atrás estes festexos tiveron gran sona, asistindo moitos visitantes no derradeiro día de agosto aos Fogos de San Ramón, un dos de maior renome en Galicia. Co paso do tempo, esta festividade perdeu a súa identidade, celebrándose o mes de agosto as chamadas Festas de Verán, unha serie de nefastos actos dispersos, coa presenza de abondosos triunfitos, naranjitos e outros espectáculos anódinos e sen interese, que ás penas conectan cos veciños.

Festas de Amboage

Non estaría de mais que estas festas tivesen un pouco máis de coherencia. Entre outras trapalladas, aducindo presuntas razóns de seguridade, a sinal de identidade das festas, os fogos de Amboage, leváronse cada vez máis lonxe do seu lugar inicial na praza do Marqués, primeiro ao peirao de Curuxeiras e logo á enseada da Malata, quizais rematando un ano destes no castelo de San Felipe, para que ese senlleiro monumento sirva para algo máis que para facer acampadas.

Mentres tanto o desaproveitado recinto feiral de Punta Arnela, que algúns veñen a chamar Feira da Longaniza, non é quen de ofrecer unha atraínte programación de actividades festivas como as que alí tiñan lugar noutros tempos. Agora que desapareceu a Festa da Queimada ou de Lume Bóo, inventada por un tal Fraga Iribarne aló polo Pleistoceno, quizais algunha desas coñeras tribunas, foros, tertulias e fiadeiros da urbe ou esas noviñas e entusiastas asociacións de amigos da lírica e da épica, que de xeito abondoso xorden en Ferrol como as setas no monte ou as terrazas nas rúas, poidan servir de alicerce a novas actividades festivas, diferentes daquel invento do Equiocio, hoxe exiliado en Covas.

Ademais das festas ¿maiores? da urbe, os barrios da cidade (Canido, Esteiro, Caranza, Inferniño) e as parroquias dos arredores (A Graña, San Xurxo, Doniños, Serantes, Santa Mariña) manteñen as súas festas patronais, adaptándoas como poden á evolución dos gustos populares, mentres que ao inicio do milenio perdéronse as históricas e lembradas Festas da Parrocheira celebradas moitos anos en Ferrol Vello, nome posto na honra da popular Virxe do Socorro, cuxo manto pagaban “mota a mota” tódolos anos as peixeiras (“parrocheiras”) do barrio.


                                                                 Festas da Parrocheira. Ano 2010

O mes de Novembro é tamén pródigo en celebracións populares na terra galega. Iniciase cos Días de Santos e Defuntos, datas na que se visitan os cemiterios para poñerlles flores e honrar aos defuntos, nunha celebración de especial raizame no ámbito rural, onde subsiste no imaxinario popular a idea de que a parroquia dos mortos acompaña aos vivos no seu tránsito polo mundo. Todo o contrario do hoxe considerado politicamente correcto nas asépticas tribus urbanas, que tenden a esconder aos sempre molestos mortos ou, como moito, reducen a súa presenza a actos puramente simbólicos.

Unha arraigada tradición galega, a Festa do Magosto, segue viva en moitos lugares. No ámbito rural significa a festa do lume, das ánimas do Purgatorio, dos colariños de zonchos e do viño novo, nas datas de Santos ata San Martíño, cando ten lugar a Matanza do porco, costume ritual de gran relevo na economía familiar galega. Nos derradeiros anos, en moitos lugares da Terra e Mar de Ferrol, celébrase de xeito mimético entre a xente moza uns fastos a medio camiño entre a emerxente festa celta das caveiras do Samaín e o hiperenxebrismo dos importados festexos do Halloween anglo-saxón.

O ciclo do Nadal abonda en vedrañas costumes e festas tanto cristiás como profanas. Nas Festas de Nadal mantense a Misa do Galo na Noiteboa e o canto das panxoliñas na compaña de cunchas, ferriños e pandeiros, aínda que desapareceron os tradicionais aninovos e os reises. Vellas costumes como deixar un prato na mesa para os familiares mortos, a prohibición de varrer a cociña para non botar as almiñas fora do lar ou manter o Tizón de Nadal aceso toda a noite como protección cara aos espíritos malignos, ás penas se manteñen no mundo rural. Mesmo perdéronse os pratos típicos destas festas como a coliflor con bacallau, substituído polos fastos do inevitable marisco.

                                                                    Festas de Nadal e dos Reis

Hoxe en día o mundo urbano, alienado pola cultura de masas e mediatizado polas grandes superficies, mudou o seu comportamento cara a unhas Festas de Nadal e Festas dos Reis de deseño dirixido e de patróns obrigatorios. Agroman novas costumes, como a horterada de colgar dos balcóns aos Reis Magos, Papa Noel ou o Neno Xesús, costume que, ademais de ofender ás santas conciencias laicas de certas persoas, non reflicten a verdadeira realidade de que os que hoxe realmente entran nas casas (non sei se con permiso da autoridade competente) son os okupas e certas bandas de cidadáns doutras latitudes.

Corren malos tempos para a lírica e a utopía; as toliñas autoridades seguen a celebrar a plena Festa da Estupidemia. O tempo será testemuña se os cambios sufridos pola sociedade tiveron lugar para a nosa mellora como persoas e cidadáns. Algúns coidamos que, a pesares do pregoado espírito de Nadal, a pobreza, a soidade e a marxinación que sofren moitos semellantes nesta sociedade cosmopolita (ou globalizada, como algúns din agora), faise aínda máis ostensible nestas insoportables datas de consumo inmoderado.

A Festa da Estupidemia

Festa no Centro Cultural Municipal

Fai poucos anos que un membro do Concello debeu pensar que o Centro Cultural de Ferrol podería celebrar a Festa de San Camulo, colocando no seu patio o rechamante busto do persoeiro ferrolán, un pedrusco que non quería ver nin a súa familia. Que o Demo lle conserve o oído ao concelleiro, porque a vista xa perdeuna.