83 UN PERSONAJE DE FERROL: FRANCISCO SUÁREZ. LA TOPONIMIA LOCAL

 

Un personaje de gran interés en el Ferrol del siglo XIX fue Francisco Suárez García, hijo del procurador Antonio Suárez y de María García. Nacido en la calle de la Iglesia el 31 de marzo de 1827, fue periodista, escritor, alcalde de Ferrol y Diputado a Cortes en la Primera República. Ingresó en el Cuerpo de Pilotos de la Armada, embarcando el año 1845 en la fragata Perla. Al disolverse el Cuerpo de Pilotos el año 1848, la fragata Perla navegaba por el Río de la Plata, desembarcando Francisco Suárez en Montevideo, empleándose en la empresa comercial Gradin.

Pronto se trasladó a Corrientes en Argentina, donde el año 1854 Suárez García publicó el libro “Poesías Sagradas”, dedicado al general Juan Pujol, gobernador de la provincia argentina de Corrientes, que le nombró alcalde de la localidad de Goya y lo situó al frente de la Comisión de Colonización, ocupándose de facilitar el trabajo de los emigrantes españoles.

                                                      Retrato de Francisco Suárez

A partir del año 1855 se dedicó al periodismo, como redactor del Diario de Corrientes, La Opinión y El Comercio, ejerciendo diferentes cargos públicos en varios departamentos económicos argentinos. El año 1857 Francisco Suárez fue nombrado Director de Instrucción Pública de la República Argentina, escribiendo el libro “Tratado de Puntuación y Ortografía”, obra de uso obligatorio en las escuelas argentinas. Después de acceder el año 1858 a la Secretaría de Gobierno del Presidente Justo José de Urquiza, fue nombrado  secretario de la Legación Argentina en París, regresando el año 1860 a Ferrol.

A su llegada convalidó en la Escuela Normal de Santiago los estudios realizados antes del viaje a Argentina, estableciendo en Ferrol una academia de enseñanza. El año 1861 publicó la novela “Los guaraníes” o “La Cruz milagrosa”, recuerdo de su estancia en el Río de la Plata. El año 1862 publicó en el Álbum de la Caridad coruñés el poema “Dios y tú”. El año 1863 publicó la novela “Los Demócratas” o “El Ángel de la Libertad” y el año 1866 la obra dramática “El honor español”. El año 1867 adquirió la imprenta de Nicasio Taxonera, que pasó llevar su nombre. En la imprenta se editó el diario El Eco Ferrolano que Francisco Suárez dirigió hasta el año 1873.  


                                           Necrología. Santiago de la Iglesia. Año 1900

Francisco Suárez militó en el republicanismo federal, siendo el primer  presidente del Comité del Partido Republicano en Ferrol. En octubre de 1868, al iniciarse el sexenio revolucionario tras el pronunciamiento contra la monarquía por parte de la Armada, fue nombrado alcalde de la ciudad. Como alcalde tomó varias medidas, tales como la abolición del sistema de quintas para el servicio militar o la institución del matrimonio civil.

Su rechazo de la Constitución española del año 1869 trajo consigo la destitución por parte del Gobierno Civil de la Corporación municipal que presidía. Durante ese período fue de gran importancia la creación por parte de Francisco Suárez de una Cooperativa progresista en apoyo de los obreros de la Maestranza, muchos de ellos despedidos por su rechazo a dicha Constitución. En septiembre de 1871 fundó el semanario El Trabajo, subtitulado Órgano de la Asociación de Trabajadores de Ferrol.

El año 1869 comenzó su evolución hacia la francmasonería, primero integrado en la logia herculina con el nombre simbólico de Silvio y más tarde en la logia La luz de Fisterre, posiblemente fundada en Ferrol por el propio Francisco Suárez. Mientras tanto, el año 1872 el político ferrolano fue nombrado Presidente de la Junta Revolucionaria formada con motivo de la sublevación armada del brigadier Bartolomé Pozas, que proclamó la República Federal en octubre de ese año. El sometimiento de los sublevados por el general Sánchez Bregua, obligó a Francisco Suárez a huir a Madrid, donde estuvo presente en la proclamación de la I República en febrero de 1873.










El Eco Ferrolano. Año 1866





Tras la correspondiente amnistía volvió a Ferrol, siendo elegido en junio del año 1873 diputado en Cortes, militando en el ala izquierda del partido republicano. En junio de 1875 volvió a poner en marcha su imprenta ferrolana de la calle Sinforiano López. Tras la Restauración monárquica, fue desterrado de Ferrol en agosto de 1875, primero a Oporto y  luego a París, donde tras diversos contactos con Salmerón y Ruiz Zorrilla, el año 1877 refundó un partido republicano de carácter radical.

De regreso a Ferrol en febrero de 1877 tuvo un importante protagonismo en la vida cultural y política de la ciudad. El año 1879 fue uno de los fundadores del primer Ateneo ferrolano y el año 1884 fue nombrado vicepresidente de la Comisión de Reformas Sociales de Ferrol. El año 1885 fundó el periódico La Democracia, que dirigió hasta el año 1896. Ese año 1895 estalló un grave conflicto social en Ferrol dada la noticia que el crucero Infanta Elena sería reparado en Bilbao; con ese motivo Francisco Suárez y los miembros de la Junta de Defensa de los Intereses de Ferrol ingresaron en la cárcel.

Ediciones antiguas (año 1900) y modernas (año 2000) de Grandal y Los Invasores

El año 1897 se publicaron las dos obras que le dieron mayor fama: “Los invasores” (que había sido editado por entregas varios años antes) y “Grandal”, su novela más popular. La primera de ellas trata de la batalla de Brión del año 1800 contra los ingleses, un tema que fue tratado por numerosos escritores, desde Nicolás Fort a Miguel Ángel Fernández. La segunda de las obras (que también había sido editada en fascículos) trata sobre un mítico personaje ferrolano, trabajador de los astilleros y natural de Serantes, que se caracterizaba por su fuerza hercúlea.

Francisco Suárez García falleció el  15 de marzo de 1900, siendo enterrado en una sentida manifestación de duelo en el cementerio de Canido, siendo trasladados sus restos el año 1967 al cementerio municipal de Catabois. Su vida y obra fue tratada en primer lugar por Santiago de la Iglesia en 1900 (el año de su muerte), haciéndolo posteriormente Esperanza Piñeiro, Guillermo Llorca, Bernardo Máiz, Guillermo Escrigas y Juan J. Burgoa.

                                                         

                                                                Tirando a dar

Ferrol, a falla de respecto pola toponimia urbana

O Concello de Ferrol puxo o nome de Francisco Suárez a unha rúa da cidade, que máis tarde cambiou a rúa da Terra. Nos nomes das rúas, prazas e lugares característicos das nosas cidades e pobos debería quedar gravada a memoria histórica e a pegada dos nosos devanceiros. Sobre este tema xa se pronunciara a Real Academia da Lingua Galega, nunhas recentes Xornadas celebradas en Pontevedra, afondando sobre o uso da toponimia tradicional nas rúas e rueiros, recuperando o antigo costume de poñer estes nomes a estas vías.

A Lei do Patrimonio Cultural de Galicia define a toponimia tradicional como unha parte do patrimonio inmaterial galego, tendo a Administración local o deber de protexela. Débese conservar e estudar estes topónimos para coñecer quen somos e de onde vimos. A toponimia non soamente ten un importante papel para a investigación histórica, se non que é unha ferramenta que permite ás persoas facer propio o mundo próximo, conservando na memoria as referencias da contorna.  

        Lume Boo

Nese tema do respecto e conservación da toponimia tradicional das rúas e lugares, a cidade de Ferrol é un mal exemplo. Non só os dirixentes da época franquista, se non tamén os responsables dos partidos políticos do seguinte período democrático (esquerda, dereita e nacionalistas), fixeron unha apropiación indebida dos nomes dos espazos públicos, cun ostensible manexo político dos cambios levados a cabo.

Tódalas variantes desta retorta utilización da toponimia pódense ver en Ferrol. Non embargantes, algunhas rúas e prazas de Ferrol conservan o seu antigo nome: volveu a rúa da Terra, seguen os calexóns das Hortas e do Cuco, e a praza do Carbón. Pola contra outras perderon o seu nome: rúa dos Mortos (por onde subían os enterros ao cemiterio), rúa do Olvido (por mor da presenza da cárcere municipal), rúa do Hospital, rúa Travesa de Canido, ou Cantón das Delicias (hoxe Cantón de Molíns).

   

   

                    Callejón de las Huertas                               Aldea de Canido

En Ferrol atopamos axeitados casos de recuperación de nomes tradicionais: Carretera de Castilla, rúa Real ou rúa San Francisco. Noutras ocasións foron inventados pola simple unión de dous nomes: Carmen Curuxeiras. Noutro caso Canalejas transformouse en Magdalena, mentres algunhas rúas conservan as placas con dous nomes: Eduardo Ballester e Euskadi. Algún intrépido periodista debería facer un estudo completo da toponimia desta cidade.

                                                      Nome antigo e moderno

Temos o tamén o caso dos nomes de edificios como o Ateneo Ferrolán, no seu día chamado Centro Cultural Concepción Arenal na vez de Carvajal de Castro, nome do seu propietario; o Centro Cultural Municipal, nomeado Torrente Ballester na vez do seu construtor, Sánchez de Aguilera; o a Antiga Cárcere, logo Casa do Concello, que hoxe leva o pouco axeitado nome da sede dunha fundación bancaria.

Hai outros casos: a Praza de Armas, hoxe sometida a unha arrepiante reforma, inaugurouse o ano 1807 con ese nome, que contou sempre co apoio popular a pesares de ser máis tarde chamada praza do Carmen, de Churruca e do marqués de Alborán. Mesmo fai pouco tempo unha mente pensante da Corporación Municipal quixo chamala praza Concepción Arenal.

       Praza de Armas

A toponimia do barrio de Canido

En Ferrol, o barrio alto de Canido é un caso especial de abondosos topónimos e, ao mesmo tempo, de descoido da conservación da súa toponimia orixinal. Deixando aparte o seu propio e discutible nome, para uns procedente de Casal de Anido ou e para outros de “lugar de canas silvestres”, nas súas rúas e prazas pódense ver vellos e suxestivos topónimos que lembran a súa historia.

A riqueza toponímica de Canido é evidente. Ben trátese de prazas:  Praza da Tafona, Porta de Canido ou Praza do Cruceiro; ben sexan rúas: Cangrexeiras, Muíño de Vento, Navegantes, A Marola, Camiño da Fonte, Alegre (cecais os que volvían do cemiterio?), Estrela (quizais unha presenza xudea?), Miramar, Maiola (“castaña pilonga”), Atocha ou Costa do Raposeiro; mesmo nomeando os lugares singulares do barrio: Aldea de Canido, Lume Boo, Fonte de Insua, Corral de Chapón, Casa do Pobre, Casa do Xílgaro, Brisas de Canido ou Vila Campa.

Cecais algún día Canido, que de sempre conxugou de maneira intelixente Tradición e Modernidade, atope o axeitado camiño no estudo da súa toponimia. deixando de facer experimentos e inventos como os que nas derradeiras datas se están a facer no barrio alto da cidade. Quizais poderían nomear unha rúa do Xabarín, polo cada maior número destes exemplares que visitan o barrio.

 

82 FERROL MEDIEVAL. LAS PRIMERAS MENCIONES HISTÓRICAS

 

Como ya se trató en anteriores entregas de este Foro de Amigos de Ferrol, nuestra urbe fue nombrada Villa de la Corona el siglo XVIII por Real Decreto del año 1733 del rey Fernando VII y recibió el título de Ciudad de Ferrol el siglo XIX por Real Decreto del año 1858 de la reina Isabel II. Sin embargo, Ferrol remonta su existencia a varios siglos anteriores.

Ferrol en época medieval

La primera mención que se conoce de la Iglesia y parroquia de “San Iulián de Ferrol” se remonta al año 1087, apareciendo citadas en un documento de la Colección Diplomática de Xuvia, obrando una copia del mismo en el Archivo Histórico Nacional.

La primera referencia histórica conocida de la “Villa de Ferrol” está datada el año 1111,  apareciendo en la escritura de fundación del monasterio de San Salvador de Pedroso, una copia de la cual está guardada en el Archivo Catedralicio de Mondoñedo.

La primera mención del “Puerto de Ferrol” data del año 1268, apareciendo en un documento de las Cortes de León y Castilla convocadas en Jerez por Alfonso X el Sabio, guardado en el Archivo de la Real Academia de la Historia.

La primera cita del “Concejo de Ferrol” fue realizada el año 1283, estando reflejada en un Privilegio de Ferrol dado por Sancho IV el Bravo, documento obrante en el archivo de la Casa de Alba (Palacio de Liria de Madrid).

La Iglesia y parroquia de San Julián de Ferrol (año 1087)

Coinciden los historiadores en que la primera mención histórica del nombre de Ferrol aparece en un documento de venta datado el 30 de marzo de 1087, perteneciente a la Colección Diplomática de Xuvia, citándose ese nombre de Ferrol como feligresía bajo la advocación de San Julíán.  

El documento, una copia del cual se encuentra guardada en el Archivo Histórico Nacional, se refiere a una venta  realizada por Osorio Velázquez a Rodrigo Froilaz de unos terrenos lindantes con los términos de la feligresía de” Sancto Iuliano de Ferrol”, apareciendo citados en el documento los lugares que limitaban la feligresía “aula Sancte Cecilie”, “villa de Veleicon”, “Recemil”, “términos de Palacio” (Pazos) e “Illa aqua de Serantes”. 


                                                         Archivo Histórico Nacional. Año 1087

 


Cita de “Sancto Iuliano de Ferrol”

Un trabajo de Carlos de Aracil y Juan J.  Burgoa en la revista Estudios Mindonienses, número 30 del año 2014, se extiende sobre esta primera mención histórica del nombre de Ferrol de 30 de marzo de 1087 y de la primitiva iglesia de San Julián.

La Villa de Ferrol (año 1111)

En el texto del documento fundacional del monasterio de San Salvador de Pedroso, datado el año 1111, aparece la primera mención histórica de la villa de Ferrol:  “.... concedo ibi medietatem de mea Villa de Ferrol et suos homines et Villam de Canito et suos homines et ganancias quas ibi ganabi ....”. En el documento Munia Froilaz, hermana de Pedro Froilaz, conde de Galicia, concede al monasterio la mitad de las villas de Ferrol y Canido, junto con sus hombres y las ganancias que allí obtuvo. 

Aunque se perdió el documento original del año 1111, se conservan tres copias autenticadas, realizadas el año 1543 por el notario apostólico Pedro Lastra, clérigo de la diócesis de Burgos, por mandato del obispo de Mondoñedo fray Antonio de Guevara. Estas copias de la escritura original pertenecen a la Colección Diplomática de Pedroso guardada en el Archivo Catedralicio de Mondoñedo, reproduciendo en este trabajo una de las copias, remitida en su día por el Deán de la Catedral de Mondoñedo.

                                               Archivo Catedral de Mondoñedo. Año 1111  

 


Cita de “medietatem de mea villa de Ferrol et suos homines”

 

Con referencia al significado de “villa” en la época medieval en que se redacta este documento fundacional de que tratamos, debe recordarse que el término no coincide con el más amplio concepto actual de villa como población urbana, al que posteriormente derivó, debiendo interpretarse entonces como una finca de buen tamaño, un caserío rústico o incluso una pequeña aldea. De todas formas debe destacarse que se trata de la primera cita escrita de la “villa de Ferrol”, hecha en una fecha tan temprana como el año 1111.

Siguiendo la traducción del documento fundacional realizada en su día por Álvaro Porto Dapena, doctor en Filología Románica, se reconocen interesantes topónimos de interés  relativos a lugares de Ferrol medieval, tales como casal de Recemil, vilar de Esteyro, leira da Pena en Canido, Agro da Vigía, Agro de Fojos, Chousa da Area, Campo das Redes, Cortiña da Xorda y calle Corujeiras.

Un trabajo de Juan J. Burgoa y Carlos de Aracil y Juan J.  Burgoa en la revista Nalgures (Asociación Cultural de Estudios Históricos de Galicia, número 12 del año 2016, informa sobre esta primera mención documentada de la Villa de Ferrol de 30 de junio de 1111 y de la fundación del monasterio de Pedroso.

El Puerto de Ferrol (año 1268)

Según escribe Manuel Colmeiro en su obra “Cortes de los antiguos Reinos de León y Castilla”, editada el año 1861 en Madrid por la Real Academia de la Historia, en las Cortes de Jerez celebradas el año 1268, el rey Alfonso X el Sabio estableció el primer ordenamiento aduanero de los puertos marítimos de la Corona de Castilla, listando una serie de puertos de las villas costeras norteñas (Galicia, Asturias, Santander y País Vasco).

En dichas Cortes de Jerez, dentro del numeroso grupo de puertos gallegos, se autorizó al “puerto de Ferrol” para el tráfico de mercancías, junto con otros puertos gallegos como Ribadeo, Viveiro, Ortigueira, Cedeira, A Coruña, Betanzos, Padrón, Pontevedra, La Guardia y Bayona, lo que indica una cierta importancia del tráfico portuario de Ferrol en una fecha tan temprana como el citado año 1268.            

Cortes de los antiguos reinos de León y Castilla

El Concejo de Ferrol (año 1283)

Según escriben varios historiadores el rey Sancho IV expidió el 22 de enero del año 1283 (era de 1321) en Toro una carta real en la que se “confirmaban los foros, costumbres, libertades, franquezas y privilegios concedidos por Alfonso X y Fernando III”, padre y abuelo de don Sancho, al “Concejo de Ferrol”,

En el Archivo Municipal de Ferrol se conserva una “Nota de los fueros municipales otorgadas a esta villa y la de la Graña”, guardada en la Caja 908, expediente 1, de dicho archivo. En dicha nota, manuscrita y sin fecha, se informa que existe una “copia simple escrita en papel” del privilegio de 22 de enero de 1283, dado en Toro por el Infante don Sancho, indicando que dicha copia “concuerda con el registro que está asentado en el Libro número tres de las Confirmaciones de D. Enrique IV”, obrante en el Archivo General de Simancas.


                                             Nota de la fueros municipales. Archivo de Ferrol

Conociendo que el citado documento del año 1283 se encontraba guardado  en el Archivo de la Casa de Alba, Palacio de Liria de la calle Princesa de Madrid, se pidió una copia del mismo. Remitida una copia fotográfica de dicho documento, un trabajo del miembro de este Foro, Juan J. Burgoa, en la revista ferrolana Papeis Ártabros, número 5 del año 2009, informa sobre la existencia de este documento y reproduce la citada copia del mismo.

Para su estudio se hizo uso de la transcripción del mismo realizada por Benito Vicetto en el tomo V de su “Historia de Galicia” (año 1872), siendo la primera vez que en un documento aparece la cita histórica del “Concejo de Ferrol”.


 Archivo Casa de Alba. Privilegio de Ferrol. Año 1283

 

Historias de Galicia. El burro Ingeniero de Caminos

Así como entre los animales domésticos la cabra es el ejemplar ideal para viajar por lugares montañosos dada su habilidad para buscar los trayectos menos peligrosos, el burro es el animal preferido en el mundo rural gallego por su docilidad, su memoria para recordar los caminos y por su habilidad para encontrar siempre el trayecto más corto y seguro.

El burro listo

En cierta ocasión, visitando el Presidente de la Diputación provincial una localidad gallega comprobó el amplio número de burros que se veía en el término. Informado por el Alcalde de cómo se hacían los caminos locales: soltando un burro y siguiendo exactamente su recorrido, en tono de chanza el Presidente le preguntó que hacían cuando no tenían burros. En el mismo tono de chanza el Alcalde le contestó que en ese caso llamaban al Ingeniero de Caminos de la Diputación.

 

 

 

81 LA MÚSICA TRADICIONAL GALLEGA. LOS GAITEROS DE FERROL

 

                                              

                                                                                                                              

                                                                                              .. que eu podo decirche:

                                                                                                non canta, que chora.

                                                                                                                                                                        Rosalía de Castro   

Dentro de la música popular, con el nombre de gaita se conocen varios instrumentos de viento de similares características, siendo la gaita gallega para muchos la gaita por antonomasia. Aunque sus muchas variantes se extendieron por el Mediterránea, el noroeste de Africa y el oriente europeo, el área actual de mayor difusión y conocimiento es el arco atlántico. Con ese nombre y los de cornamusa, bagpipe, y a veces confundida con la chirimía, la musette o la zanfoña, forma parte del patrimonio cultural y musical de diferentes países.

Tan discutible como su etimología es su origen. Por su morfología y por los materiales usados algunos etnógrafos la hacen proceder de pueblos pastoriles en oposición otros estudiosos que sitúan su nacimiento en el mundo celta, tratándose de un instrumento específicamente extendido en estos pueblos: Irlanda, Escocia, Gales, Bretaña y la propia Galicia. Algunos investigadores consideran que la gaita gallega (y asturiana) fue introducida en el Noroeste peninsular por los suevos a partir del siglo V.

 La gaita en Cantigas de Santa María y en Danzas de Campesinos de P. Brueghel

Realmente se desconoce su origen, aunque es citada en una comedia de Aristófanes (siglo V a.C.) y en un relato de Suetonio (siglo I de nuestra era). Estos y otros argumentos son citados por varios estudiosos para negarle a la gaita su progenie celta, aunque desde el punta de vista etnográfico y geográfico no se puede negar que la mayor área de extensión actual de este instrumento coincide prácticamente con las áreas de ascendencia cultural celta.

El desarrollo posterior de la gaita tuvo lugar dentro de época medieval, siendo el Camino de Santiago, como la vía más importante de la vida religiosa y posiblemente de las ideas culturales en Europa, la ruta de difusión de la gaita, accedienfo a su configuración más tradicional. Hoy la gaita es el símbolo tradicional de la música de Galicia, extendiéndose por el norte de Portugal, el oeste de Asturias y las comarcas del Bierzo y Sanabria.


                                                            Componentes de la gaita gallega

 La gaita gallega tradicional consta esencialmente de un soplete, para introducir la reserva de aire, un puntero, que se puede tocar en abierto o en cerrado, un fuelle, donde se almacena el aire, un roncón, el palo grande que se apoya en el hombro del gaitero, un ronquete y un ronquillo, además de flecos y borlas de adorno. Para su fabricación de forma habitual se usan las maderas de boj, palo santo y/o granadillo.  

 Ferrol y la gaita gallega

No se puede hablar de Ferrol y la gaita gallega sin citar al Real Coro Toxos e Froles, una asociación fundada el año 1914 y dedicada a la música tradicional gallega, que fomentó la utilización de este instrumento tradicional en sus actividades y a la formación en sus sucesivas escuelas de gaita. Precisamente uno de los fundadores de Coro fue el maestro gaitero Manuel Lorenzo Barxa (Ferrol 1878-1959), cuya vida y obra fue estudiada por Dopico Blanco y Santiso Medín.  

Otro gaitero conocido de Ferrol fue Constantino Bellón, hijo de gaitero, que se inició en el coro Ecos da Terra fundado el año 1921. Fue un músico innovador que combinó en su gaita la tradición popular con el rigor interpretativo. En su madurez se dedicó a la formación de gaiteros, llevando su nombre un premio a la interpretación de gaita gallega que viene convocando de forma modélica todos los años el Ateneo Ferrolán.

                                     Lorenzo Barxa                                       Constantino Bellón

Constantino Bellón fue uno de los promotores el año 1968 del conocido cuarteto de gaitas Raparigos, una banda a la que en su momento pertenecieron los gaiteros ferrolanos Xan Rodríguez Silvar y Antón Varela Cachaza. Este último, gaitero y luthier, posteriormente estableció en Ferrol un taller artesanal para la fabricación de gaitas gallegas. A su muerte el año 2017 el barrio ferrolano de Canido dio su nombre a una plaza parque.


 

   Ramón de Arana “Pizzicato”                               Solo de gaita (R.A.G.)

Desde el punto de vista del estudio de la gaita destaca en Ferrol Ramón de Arana y Pérez. Nacido el año 1858, era hijo de un director de bandas militares y fue profesor de la Escuela de Artes y Oficios y miembro del Ateneo y del Casino Ferrolano. Con la firma de “Pizzicato” fue un notable estudioso del folclore musical gallego en la comarca ferrolana, siendo una de sus obras más conocidas “Solo de Gaita”, publicada por la Real Academia Gallega.

La gaita gallega y la poesía

El año 1863 se editó la obra “Cantares gallegos” donde Rosalía de Castro publicaba su poema “A gaita galega”, de la que decía:

                                                 .. que eu podo decirche:

                                                    non canta, que chora.

Como contraste, el año 1907 el poeta nicaragüense Rubén Darío en su poema en lengua castellana “Gaita galaica” escribe:

                                              Gaita galaica, sabes cantar

                                              lo que profundo y dulce nos es.     

Fueron muchos los poetas gallegos que cantaron a la gaita y a su intérprete, el gaitero, entre otros Curros Enríquez, Valentín Lamas, Amado Carballo y Nan de Allariz. Valga de ejemplo la poesía de Xoán Manuel Pintos que describe de forma expresa las alegrías y emociones que transmite la música de la gaita:

 

É a alegría dos vales                         é o solaz e recreo,

dos montes e dos outeiros;              e dos tristes corazóns

das xentes é o consolo,                    quita os pesares por dentro.


La representación de la gaita

En lo que al terreno artístico la gaita y los gaiteros aparecen representada ya en diversas miniaturas de las Cantigas de Santa María del siglo XIII y en los cuadros del Bosco y Peter Brueghel de los siglo XV y XVI, hasta llegar a época actual en la que el pintor ferrolano González Collado nos muestra el gaitero montado a caballo o las cerámicas de Sargadelos que nos ofrecen diversas variantes del gaitero gallego.

    

Gaiteros a caballo. González Collado. Año 2005

Son numerosos los ángeles gaiteiros labrados en capiteles y dovelas de iglesias y monasterios medievales de Galicia, siendo la representación más antigua un capitel de Melide, conservado en el Museo de Pontevedra y datado el siglo XII En la comarca de Ferrol es de gran interés el ángel gaitero tallado en una dovela del monasterio aresano de de Santa Catalina de Montefaro, obra del siglo XIV, depositada en el Museo Arquelógico de A Coruña.


                                                            Dovela del monasterio de Montefaro

En el caso de Ferrol, puede citarse igualmenter la presencia de gaiteros en los carteles de las Fiestas de Amboage, caso del año 1988.

                                                    Cartel Fiestas de Ferrol. Año 1988

 La evolución de la gaita y los gaiteros

Hoy se asiste a un manifiesto renacimiento de la gaita gallega. Al gaitero tradicional vestido de traje típico y acompañado de un conjunto, que todos conocimos en las tradicionales romerías y fiestas gallegas, hoy se contrapone el aumento de bandas de todo tipo, algunas de evidente aparato paramilitar y otras con un  visible mimetismo anglosajón. Mostrando una indumentaria de mayor libertad en su uniformidad, se forman unos grupos que van más allá de la tradición y el nacionalismo histórico.

Hay que agregar a ello la evolución que supone la fusión de la música tradicional con los géneros actuales, que ha llevado a la proliferación de solistas como Cristina Pato, Susana Seivane y Carlos Núñez o grupos como Milladoiro y el ferrolano Cempés. Todo ello condujo también a diferencias visuales y morfológicas del instrumento, con un número cambiante de roncones, como a variaciones en su repertorio y propuestas musicales.

No debe dejar de citarse la presencia de la gaita en unidades y bandas militares de la Armada y el Ejército de tierra, incluso en bandas de empresas de cierta entidad. En las ilustraciones puede verse una gaita (decorada con la bandera gallega) en un buque de la Armada, una serie de gaitas (decoradas con la bandera nacional) de una banda militar del Ejército y un tercer grupo de gaitas de una banda de la empresa Navantia. 

 

La gaita en la Armada, Ejército y Navantia

Curiosidad pictórica

Óleo sobre una paleta de madera, pintado en Ferrol el año 1909, obra del pintor de Valdoviño Vicente Díaz González. Aparece el poeta y dramaturgo Nan de Allariz, vestido de gaiteiro y enarbolando la bandera gallega, con un pie en Galicia y otro en Cuba.


                                                  Nan de Allariz visto por Vicente Díaz. Año 1909

Coda final. Los soplagaitas

Mientras que para ciertas instancias la gaita se identifica como medida de afirmación de la propia identidad cultural, el más tradicional de los instrumentos gallegos últimamente parece valer tanto para las tomas de mando de prebostes con fecha de caducidad reconocida como para amenizar los festejos de liquidación y derribo de estatuas por parte de los iconoclastas de turno, en todo caso con la puesta en escena del mayor número posible de sopladores de gaita, vulgo soplagaitas.


                                                     El Concello de Ferrol y los soplagaitas

 

La otra historia de Ferrol. Una destilería local

 


El año 1950, Antonio Más, un murciano afincado en Ferrol, fundó en la carretera de Castilla, pasado el cruce de Fajardo, una destilería de licores, llamada, como no podia ser menos, Destilerías La Murciana. Allí se fabricaron diversos licores, desde ron escarchado a licor de abruños (el llamado pacharán en Navarra). Dos de sus productos más conocidos y apreciados en Ferrol fueron el Anisete Dos Hermanas (Virichi y Pili, sus hijas) y el Licor de Guindas Doña Elvira.

        

Anisete Dos Hermanas          Licor de Guindas La Murciana