82 FERROL MEDIEVAL. LAS PRIMERAS MENCIONES HISTÓRICAS

 

Como ya se trató en anteriores entregas de este Foro de Amigos de Ferrol, nuestra urbe fue nombrada Villa de la Corona el siglo XVIII por Real Decreto del año 1733 del rey Fernando VII y recibió el título de Ciudad de Ferrol el siglo XIX por Real Decreto del año 1858 de la reina Isabel II. Sin embargo, Ferrol remonta su existencia a varios siglos anteriores.

Ferrol en época medieval

La primera mención que se conoce de la Iglesia y parroquia de “San Iulián de Ferrol” se remonta al año 1087, apareciendo citadas en un documento de la Colección Diplomática de Xuvia, obrando una copia del mismo en el Archivo Histórico Nacional.

La primera referencia histórica conocida de la “Villa de Ferrol” está datada el año 1111,  apareciendo en la escritura de fundación del monasterio de San Salvador de Pedroso, una copia de la cual está guardada en el Archivo Catedralicio de Mondoñedo.

La primera mención del “Puerto de Ferrol” data del año 1268, apareciendo en un documento de las Cortes de León y Castilla convocadas en Jerez por Alfonso X el Sabio, guardado en el Archivo de la Real Academia de la Historia.

La primera cita del “Concejo de Ferrol” fue realizada el año 1283, estando reflejada en un Privilegio de Ferrol dado por Sancho IV el Bravo, documento obrante en el archivo de la Casa de Alba (Palacio de Liria de Madrid).

La Iglesia y parroquia de San Julián de Ferrol (año 1087)

Coinciden los historiadores en que la primera mención histórica del nombre de Ferrol aparece en un documento de venta datado el 30 de marzo de 1087, perteneciente a la Colección Diplomática de Xuvia, citándose ese nombre de Ferrol como feligresía bajo la advocación de San Julíán.  

El documento, una copia del cual se encuentra guardada en el Archivo Histórico Nacional, se refiere a una venta  realizada por Osorio Velázquez a Rodrigo Froilaz de unos terrenos lindantes con los términos de la feligresía de” Sancto Iuliano de Ferrol”, apareciendo citados en el documento los lugares que limitaban la feligresía “aula Sancte Cecilie”, “villa de Veleicon”, “Recemil”, “términos de Palacio” (Pazos) e “Illa aqua de Serantes”. 


                                                         Archivo Histórico Nacional. Año 1087

 


Cita de “Sancto Iuliano de Ferrol”

Un trabajo de Carlos de Aracil y Juan J.  Burgoa en la revista Estudios Mindonienses, número 30 del año 2014, se extiende sobre esta primera mención histórica del nombre de Ferrol de 30 de marzo de 1087 y de la primitiva iglesia de San Julián.

La Villa de Ferrol (año 1111)

En el texto del documento fundacional del monasterio de San Salvador de Pedroso, datado el año 1111, aparece la primera mención histórica de la villa de Ferrol:  “.... concedo ibi medietatem de mea Villa de Ferrol et suos homines et Villam de Canito et suos homines et ganancias quas ibi ganabi ....”. En el documento Munia Froilaz, hermana de Pedro Froilaz, conde de Galicia, concede al monasterio la mitad de las villas de Ferrol y Canido, junto con sus hombres y las ganancias que allí obtuvo. 

Aunque se perdió el documento original del año 1111, se conservan tres copias autenticadas, realizadas el año 1543 por el notario apostólico Pedro Lastra, clérigo de la diócesis de Burgos, por mandato del obispo de Mondoñedo fray Antonio de Guevara. Estas copias de la escritura original pertenecen a la Colección Diplomática de Pedroso guardada en el Archivo Catedralicio de Mondoñedo, reproduciendo en este trabajo una de las copias, remitida en su día por el Deán de la Catedral de Mondoñedo.

                                               Archivo Catedral de Mondoñedo. Año 1111  

 


Cita de “medietatem de mea villa de Ferrol et suos homines”

 

Con referencia al significado de “villa” en la época medieval en que se redacta este documento fundacional de que tratamos, debe recordarse que el término no coincide con el más amplio concepto actual de villa como población urbana, al que posteriormente derivó, debiendo interpretarse entonces como una finca de buen tamaño, un caserío rústico o incluso una pequeña aldea. De todas formas debe destacarse que se trata de la primera cita escrita de la “villa de Ferrol”, hecha en una fecha tan temprana como el año 1111.

Siguiendo la traducción del documento fundacional realizada en su día por Álvaro Porto Dapena, doctor en Filología Románica, se reconocen interesantes topónimos de interés  relativos a lugares de Ferrol medieval, tales como casal de Recemil, vilar de Esteyro, leira da Pena en Canido, Agro da Vigía, Agro de Fojos, Chousa da Area, Campo das Redes, Cortiña da Xorda y calle Corujeiras.

Un trabajo de Juan J. Burgoa y Carlos de Aracil y Juan J.  Burgoa en la revista Nalgures (Asociación Cultural de Estudios Históricos de Galicia, número 12 del año 2016, informa sobre esta primera mención documentada de la Villa de Ferrol de 30 de junio de 1111 y de la fundación del monasterio de Pedroso.

El Puerto de Ferrol (año 1268)

Según escribe Manuel Colmeiro en su obra “Cortes de los antiguos Reinos de León y Castilla”, editada el año 1861 en Madrid por la Real Academia de la Historia, en las Cortes de Jerez celebradas el año 1268, el rey Alfonso X el Sabio estableció el primer ordenamiento aduanero de los puertos marítimos de la Corona de Castilla, listando una serie de puertos de las villas costeras norteñas (Galicia, Asturias, Santander y País Vasco).

En dichas Cortes de Jerez, dentro del numeroso grupo de puertos gallegos, se autorizó al “puerto de Ferrol” para el tráfico de mercancías, junto con otros puertos gallegos como Ribadeo, Viveiro, Ortigueira, Cedeira, A Coruña, Betanzos, Padrón, Pontevedra, La Guardia y Bayona, lo que indica una cierta importancia del tráfico portuario de Ferrol en una fecha tan temprana como el citado año 1268.            

Cortes de los antiguos reinos de León y Castilla

El Concejo de Ferrol (año 1283)

Según escriben varios historiadores el rey Sancho IV expidió el 22 de enero del año 1283 (era de 1321) en Toro una carta real en la que se “confirmaban los foros, costumbres, libertades, franquezas y privilegios concedidos por Alfonso X y Fernando III”, padre y abuelo de don Sancho, al “Concejo de Ferrol”,

En el Archivo Municipal de Ferrol se conserva una “Nota de los fueros municipales otorgadas a esta villa y la de la Graña”, guardada en la Caja 908, expediente 1, de dicho archivo. En dicha nota, manuscrita y sin fecha, se informa que existe una “copia simple escrita en papel” del privilegio de 22 de enero de 1283, dado en Toro por el Infante don Sancho, indicando que dicha copia “concuerda con el registro que está asentado en el Libro número tres de las Confirmaciones de D. Enrique IV”, obrante en el Archivo General de Simancas.


                                             Nota de la fueros municipales. Archivo de Ferrol

Conociendo que el citado documento del año 1283 se encontraba guardado  en el Archivo de la Casa de Alba, Palacio de Liria de la calle Princesa de Madrid, se pidió una copia del mismo. Remitida una copia fotográfica de dicho documento, un trabajo del miembro de este Foro, Juan J. Burgoa, en la revista ferrolana Papeis Ártabros, número 5 del año 2009, informa sobre la existencia de este documento y reproduce la citada copia del mismo.

Para su estudio se hizo uso de la transcripción del mismo realizada por Benito Vicetto en el tomo V de su “Historia de Galicia” (año 1872), siendo la primera vez que en un documento aparece la cita histórica del “Concejo de Ferrol”.


 Archivo Casa de Alba. Privilegio de Ferrol. Año 1283

 

Historias de Galicia. El burro Ingeniero de Caminos

Así como entre los animales domésticos la cabra es el ejemplar ideal para viajar por lugares montañosos dada su habilidad para buscar los trayectos menos peligrosos, el burro es el animal preferido en el mundo rural gallego por su docilidad, su memoria para recordar los caminos y por su habilidad para encontrar siempre el trayecto más corto y seguro.

El burro listo

En cierta ocasión, visitando el Presidente de la Diputación provincial una localidad gallega comprobó el amplio número de burros que se veía en el término. Informado por el Alcalde de cómo se hacían los caminos locales: soltando un burro y siguiendo exactamente su recorrido, en tono de chanza el Presidente le preguntó que hacían cuando no tenían burros. En el mismo tono de chanza el Alcalde le contestó que en ese caso llamaban al Ingeniero de Caminos de la Diputación.

 

 

 

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