62 EL OLVIDO DE UNA PUBLICACIÓN DE FERROL. EL BOLETÍN DEL CÍRCULO DE MAQUINISTAS DE LA ARMADA

 

Es muy poco conocido que la publicación ferrolana “Boletín del Círculo de Maquinistas de la Armada” (1872-1935) ostentó el honroso título de Decano de la Prensa Provincial. Tras el reinado de Isabel II, al que puso final el pronunciamiento del almirante Topete en Septiembre de 1868 en Cádiz, Ferrol fue la primera ciudad gallega sumada al levantamiento, dado el malestar generado por la situación de crisis del Arsenal Militar. El posterior período conocido como “sexenio revolucionario”, transcurrido entre los años 1868 y 1874, originó un notable incremento de la edición de publicaciones periódicas.

Las publicaciones periódicas de Ferrol

En Ferrol también dicho período fue prolífico en la creación de nuevas publicaciones periódicas. Según el trabajo de Guillermo Llorca, “Historia da prensa ferrolá”, en el caso de los diarios, la mayoría de una marcada significación política, tuvieron una corta duración, excepto el “Diario del Ferrol” (1872-1886) dirigido por Luciano Taxonera. Más tarde, el diario “La Monarquía” (1886-1897), dirigido por Wenceslao Veiga y José Lapique Adrio, se convirtió en una interesante referencia de la época.

                                                Portada de Diario del Ferrol (Año 1874)

Aunque en general se produjo un incremento de la venta en la calle en detrimento de la suscripción periódica, el resto de las publicaciones, de diferentes tendencias desde la republicana a la monárquica, tuvieron una vida más bien corta, excepto el “Boletín del Círculo de Maquinistas de la Armada”, la publicación ferrolana de más larga duración, como recuerda Guillermo Llorca.

El “Boletín del Círculo de Maquinistas de la Armada”

Este Boletín se publicó en Ferrol, primero en la Imprenta de R. Pita, situada en el entonces número 114 de la calle Real de Ferrol y luego en los Talleres tipográficos de El Correo Gallego, en los números 139 y 141 de la misma calle Real, editándose el primer número el 15 de Noviembre de 1872 y siendo el último conocido de fecha 31 de Diciembre de 1935, manteniendo su continuidad durante sesenta y tres años, cambiando en varias ocasiones su formato, su portada y el número de páginas, que osciló desde 16 al principio hasta 60 en los últimos años. Esta continuidad de publicación le permitió poseer el honroso y poco conocido título de Decano de la Prensa Provincial.

Con una periodicidad que osciló de mensual a trimestral, se publicaron 210 números, incorporando diferentes secciones: “Editorial”, “Notas Profesionales”, “Científica e Industrial”, “Noticias generales”, “Acuerdos de la Junta Directiva”, “Sección Económica”, “Necrologías y Movimientos de Socios” y “Legislación”, siendo considerado, junto con los boletines de los Cuerpos de Infantería de Marina y de Condestables de la Marina, uno de los pocos órganos de expresión propia de un Cuerpo de la Armada. El contenido técnico y científico de sus trabajos, el buen hacer de sus redactores y la buena presentación de la revista fueron también la causa de que el Boletín obtuviese la Medalla de Oro en la Exposición Regional de Cádiz del año 1887.

Como órgano de expresión de una institución de la Armada tan emblemática como el Cuerpo de Maquinistas de la Armada, de especial arraigo sus componentes en la ciudad de Ferrol y con un gran protagonismo en el desarrollo de la historia del vapor a bordo de los buques, esta publicación nació con una vocación profesional, predominando los temas técnicos en su contenido, sin dejar de informar de los temas sociales y administrativos que afectaban a los miembros del Cuerpo de Maquinistas.

Entre las firmas colaboradoras a lo largo de su larga trayectoria están nombres conocidos como los ingenieros Andrés Comerma y Manuel Estrada, el matemático Rey Pastor, el médico Alfredo Audibert, el Capitán de Navío Víctor Concas y el Teniente de Navío José Luis Diez, además de prestigiosos componentes del Cuerpo de Maquinistas: Ángel Lloveres, Valle Collantes, Ernesto Torrente, Emilio Bonaplata y muchos otros.

La elaboración del Boletín se llevaba a cabo por un grupo de ocho redactores, además de un amplio grupo de delegados para la administración y distribución, y una serie corresponsales, todos ellos nombrados en asamblea del propio Círculo de Maquinistas. El último director del Boletín fue Ángel Vázquez da Porta, años más tarde General Inspector del Cuerpo de Máquinas, heredero del anterior Cuerpo de Maquinistas. El redactor jefe era José Rodríguez López y el redactor administrador Manuel Brage Vizoso, ambos oficiales del cuerpo, y ferrolanos como el director de la publicación. 

Calle Real. Imprenta R. Pita

La “Revista de Historia Naval”, en su número 67 publicado el año 1999, presentó un completo trabajo del Coronel de Máquinas de la Armada José A. Ocampo Aneiros sobre el Boletín del Círculo de Maquinistas de la Armada, su historia, contenidos y colaboradores, del cual se han tomado una parte importante de los datos aquí reseñados.

La colección del Ateneo Ferrolán

No existen razones objetivas que expliquen la ausencia o las escasa difusión de una publicación estrictamente profesional como el “Boletín del Círculo de Maquinistas de la Armada” de las bibliotecas de la ciudad, tanto las pertenecientes a entidades oficiales como a sociedades particulares, con la excepción del Ateneo Ferrolán, además de la existencia de diversos ejemplares en manos particulares.


La práctica desaparición de la vista pública de los ejemplares de esta publicación en una ciudad de memoria histórica exacerbada como Ferrol,  solo se explica como la reacción tras la Guerra Civil ante el hecho de que el Boletín fuese el órgano de expresión de un Cuerpo tan prestigioso como el de los Maquinistas, de gran preparación técnica y de acendrada y estricta profesionalidad, dentro de su reconocido respeto, que no beligerancia, a la legalidad republicana.    

El Ateneo Ferrolán, gracias a la reciente cesión de un socio, dispone en su notable  Hemeroteca de una colección completa de 162 ejemplares de los 210 que componen la colección total. Esta serie de ejemplares, que hoy se pueden consultar digitalizados, es la serie más completa que se conoce del “Boletín del Círculo de Maquinistas de la Armada”.

Biblioteca del Ateneo Ferrolán

El Foro de Amigos de Ferrol quiere hacer un especial recuerdo del extinguido Cuerpo de Maquinistas de la Armada, luego Cuerpo Patentado de Máquinas. Precisamente un miembro de este Foro, durante su etapa profesional en la Armada, perteneció al Cuerpo de Máquinas, del que guarda un imborrable recuerdo.

Anécdota que si no es cierta merece serlo

Muchos maquinistas de la Armada fueron expulsados del Cuerpo tras la Guerra Civil por su respeto a la legalidad republicana. Se dice de un conocido Ingeniero Naval de Ferrol, que fue director de la entonces Empresa Bazán y posteriormente de la fábrica Fenya, que tuvo en cuenta la idoneidad profesional de estos marinos expulsados para emplearlos posteriormente en ambas factorías.

Informado del caso, en una visita que hizo a Ferrol el entonces Jefe del Estado Franco Bahamonde comentó al citado Director que le habían dicho que tenía muchos ex-maquinistas navales trabajando en sus empresas, recibiendo la evangélica contestación de que “tenía empleados los justos y necesarios”, respuesta que pareció convencer al entonces Jefe del Estado.


EL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE

Sobran las palabras


 

 Año 2016. Cementerio de Catabois

61 LAS COSTUMBRES DE FERROL. ELOGIO DE LA TAZA

 

Los miembros de este Foro de Amigos de Ferrol siempre recomendamos que se beba el vino blanco. Seguimos la norma enunciada por un conocido médico del siglo pasado acerca de lo que se bebe, se  orina; por eso él bebía siempre vino blanco, y nunca vino tinto o rosado. Muchos estamos de acuerdo con esa visión particular y por eso nos decantamos por denominaciones de Ribeiro, Albariño, Monterrei, Rosal, Valdeorras, Godello, Caíño y Treixadura.

Las tascas de Ferrol

Ferrol siempre fue un lugar de concurridas tascas y tabernas, frecuentadas por los ferrolanos hasta que empezó a hacer sus estragos la actual estupidemia. No citamos sus conocidos nombres para no olvidar a ninguna de ellas. En estas tascas era corriente que se reuniese un grupo de amigos delante del vino del Ribeiro servido en las habituales tazas. Incluso más de un miembro de este Foro al que el médico, dada su avanzada edad le prohibía “pisar moqueta”, se reunía con un recordado político municipal de Ferrol, en una de estas tascas, con una taza de Ribeiro de testigo.


                                                                 Las tascas de Ferrol

La taza del vino de Ribeiro

A cunca chea, os ollos alegra

La forma tradicional de beber el vino de Ribeiro es usar la clásica taza gallega, la llamada cunca, un recipiente en forma de cuenco semiesférico, elaborado de cerámica común recubierta de cerámica blanca. Sus usuarios han llegado a celebrar en varios lugares de Galicia la fiesta de Santa Cunca, reivindicando esta forma de beber el vino.

                                                           Una cunca de vino blanco


                                                          La fiesta de la Santa Cunca

Anécdotas ferrolanas alrededor de la taza

En un conocido restaurante de Ferrol hace varios años se solía tomar una taza antes de la comida. En cierta ocasión un usuario perfectamente trajeado derramó una taza de vino blanco de Ribeiro por encima de su ropa. Inmediatamente la dueña del restaurante se dirigió a dicha persona diciéndole: “No  mancha, es solo agua …….. “

En otra conocida taberna de Ferrol tiempo atrás entraron dos amigos a disfrutar del vino blanco. El primero de ellos le dijo al camarero: “Ponga dos tazas”. A continuación el acompañante dijo: “Otras dos tazas para mí”. Y desde entonces este personaje ferrolano fue conocido con el sobrenombre de “El Tazas”.


                                                              Jarra y tazas de Sargadelos

Otra anécdota relacionada con la taza le pasó a un miembro de este Foro con un amigo madrileño en una tasca de Pontedeume, un lugar que solía frecuentar para beber el buen vino blanco. Al amigo le gustaba mucho el vino de Ribeiro, pero no le convencía el continente usado, o sea la cunca. El primero pidió una taza de Ribeiro, y al llegar su turno el madrileño dijo: “Yo quiero una taza en vaso”. Pasado el primer momento de estupor, el camarero le colocó un vaso de cristal y se lo llenó de vino de Ribeiro.

En la cercana localidad de Betanzos son corrientes los centenarios “furanchos”, unos establecimientos a medio camino entre lo público y lo privado, donde se reúne la gente a beber el vino de Ribeiro. Cuando llegan los apreciados vinos de las primeras cosechas del año lo anuncian con una rama de “loureiro” (laurel), para conocimiento de los clientes habituales.


                                                   Un furancho y su rama de loureiro

Los cantos de taberna

En tiempos no muy lejanos, hasta que empezaron a aparecer los letreros  de “Se prohíbe el cante”, muchas tascas y tabernas de Ferrol y de Galicia eran el lugar de reunión de pandillas de amigos que, mientras tomaban unas tazas de vino, se dedicaban a cantar canciones populares, incluso a veces acompañados de algún instrumento musical.


De esa manera se dejaron de oir las canciones de ayer, hoy y siempre: desde Catro vellos mariñeiros hasta Polo río abaixo vai, o desde Para vir a xunto a min hasta Na beira do mar. Sin embargo, pese a la extendida prohibición de cantar en muchas tabernas, en numerosas localidades de toda Galicia se han seguido celebrando Concursos de Cantos de Taberna, recordando esta ancestral costumbre.


Los cantos de taberna en Galicia

Una historia del vino. Crego e monaguillo

En uno de los viajes realizados a Londres, hace ya bastantes años, tuvimos ocasión de conocer a un clérigo orensano, el misionero y Padre Paúl Ernesto Atanes, que ejercía su labor entre la numerosa colonia gallega de la capital inglesa. Al paso de los años el citado clérigo regresó a su tierra, donde recordando sus orígenes fundó una bodega de vinos de la tierra en el Concello de Monterrei.


En memoria de aquel que fue “cocinero antes que fraile”, el cura gallego no quiso olvidarse de su etapa de monaguillo, y de esa forma bautizó al mejor de sus vinos como “Crego e monaguillo”, elaborando una magnífica muestra de vino blanco gallego que hoy podemos ver y saborear en el mercado. Fallecido el padre Ernesto Atanes el año 2017, como no podía ser menos y tal como indica su esquela funeraria, el cadáver del clérigo fue velado entre los barriles de la bodega de A Salgueira que él había fundado y donde se elaboraba el conocido vino, hecho que no fue del agrado de alguna autoridad eclesiástica.

 

 

60 PERSONAJES DE FERROL DE LA ILUSTRACIÓN. EL ALCALDE MAYOR ÁLVAREZ CABALLERO

 

El Alcalde Eugenio Álvarez Caballero

Un personaje relevante de Ferrol de la Ilustración fue el asturiano Eugenio Manuel Álvarez Caballero, Alcalde Mayor de la urbe entre los años 1783 y 1788. Álvarez Caballero nació el 24 de febrero de 1736 en Pedrafita, concello asturiano de Tineo. Miembro de la nobleza, estudió en la Universidad de Oviedo, logrando el grado de Bachiller en Leyes y Cánones el año 1768. El año 1770 ingresó como abogado en la Real Audiencia de Oviedo y el 28 de octubre de 1773 fue nombrado Regidor de Tineo y representante en la Junta General del Principado.

Casado con Josefa Castro Urdiales, el año 1780 Álvarez Caballero fue uno de los fundadores de la Sociedad Económica del Amigos del País de Asturias. Recomendado por el conde de Campomanes, el político asturiano fue nombrado Alcalde Mayor de Ferrol por el rey Carlos III, relevando en el cargo el 15 de abril de 1783 a Pedro Bayón Ruiz, en un momento en que tenían distinta titularidad las jurisdicciones ordinaria y militar de Ferrol, una urbe de nueva planta diseñada al servicio de la Monarquía.


                                                    Linaje de Álvarez Caballero. Asturias

Pedro Bayón Ruiz ocupaba el cargo de Alcalde Mayor desde el año 1777. La protesta de la Alcaldía de Ferrol ante la jurisdicción castrense por el reparto de los fondos de la Junta del Arbitrio del Vino para las necesidades de la villa, que el alcalde creía contrario a los intereses de la población, originó  la negativa de la Alcaldía a pagar la contribución extraordinaria de guerra del año 1780. Este hecho causó el cese  de los regidores de la villa, siendo desterrados de Ferrol el Alcalde Pedro Bayón, el Procurador General y el Diputado del Común, más tarde repuestos en sus cargos.

Nombramiento de Álvarez Caballero como Alcalde Mayor

Archivo Municipal de Ferrol

 Su obra como Alcalde Mayor de Ferrol

Según el Censo de Floridablanca, al ser nombrado Álvarez Caballero Alcalde, Ferrol tenía 25.000 habitantes. Entre los años 1783 y 1788 el regidor se ocupó del gobierno de la urbe en un fructuoso mandato, mostrando sus dotes de organizador y hombre ilustrado, mejorando la administración, fomentando la industria y el comercio y impulsando las obras públicas, mientras elevaba sus escritos (“representaciones”) a las autoridades de Madrid y viajaba varias veces a la capital del Reino.

Un importante asunto que resolvió Álvarez Caballero fue conseguir una utilización justa de los fondos del Arbitrio del Vino, la mayor fuente de recaudación de impuestos de la época, y fuente de fricciones con la jurisdicción militar. Para ello el 5 de junio de 1785 Eugenio Álvarez elevó una representación al rey Carlos III, haciendo una historia de la evolución de Ferrol desde su incorporación a la Corona, pasando de 240 vecinos el año 1741 hasta llegar entonces a casi 25.000 habitantes, después de las “sumptuosas obras que con embidia de otras naciones y como Nona maravilla del mundo se miran ya concluídas”.

 El problema se solucionó por una Real Orden remitida por el ministro Antonio Valdés al alcalde de Ferrol el 6 de Septiembre de 1785. En este documento, comunicado al Capitán General Antonio de Arce para su conocimiento, se dictaban normas para distribuir los fondos del Arbitrio del Vino. Aunque no se había terminado la construcción de la iglesia de San Julián, se aumentaban los fondos para pagar los sueldos de los funcionarios municipales y para rematar las obras del muelle de la población, la Casa Consistorial, la Cárcel municipal, las fuentes de aguas y otras en el orden que se determinase.

Escuela de Gramática, luego Casa Consistorial

En el ámbito administrativo Eugenio Álvarez, en octubre de 1785 un expediente acotaba a la jurisdicción de las villas de Ferrol y A Graña, fijando los límites con las parroquias vecinas de Caranza, Vilar, Serantes, San Xurxo y Doniños. En el terreno de la administración de justicia, una resolución de septiembre de 1784 regulaba las causas que correspondían al juzgado ordinario de Ferrol. En el terreno económico  por la Real Cédula de 25 de octubre de 1785 obtuvo la ampliación de la jurisdicción económica de la villa, abarcando desde la ría de Ferrol hasta los límites de Viveiro, consiguiendo así el control de las fábricas e instalaciones industriales del término.

En el ámbito religioso, el alcalde Álvarez Caballero elevó una representación el 30 de junio de 1785, escribiendo que “llegó Ferrol, con gloria de la nación, y pasmo de quantos lo adbierten, á ser el mayor Pueblo de Galicia”, disponiendo tan solo de una iglesia parroquial, un convento de frailes franciscanos y un templo castrense. Por ello Eugenio Álvarez pidió el traslado a Ferrol de “la Yglesia Colegial de Cabeyro y del Conbento de Padres Terceros de Montefaro”, peticiones que no fueron atendidas por el Rey.

Eugenio Álvarez democratizó el funcionamiento del Concello poniendo orden en los asuntos públicos de la villa, restableciendo el derecho de los vecinos de reunirse en el pórtico de la iglesia parroquial para elegir a los procuradores y comisarios, y pidiendo a la Audiencia de Galicia el nombramiento de regidores trienales, petición concedida entrado el año 1788, cuando Álvarez Caballero ya había dejado el cargo.

En el terreno de las obras públicas, su breve mandato como alcalde fue muy fructífero, especialmente por la buena sintonía mantenida con el Teniente Coronel del Ejército, el sevillano Dionisio Sánchez de Aguilera. Con Álvarez Caballero se remató la obra del nuevo Hospital de Caridad, construido por iniciativa de Sánchez de Aguilera e inaugurado el 1 de Marzo de 1786.

 

Placa de la fuente de San Roque

En este período también se llevaron a cabo las obras de la Escuela de Gramática, que pronto sería Casa Consistorial, en el Cantón de las Delicias; la fuente de San Roque en el campo de esta capilla; el Matadero y el Secadero de Pieles en el barrio de Esteiro; y la Carnicería pública en Ferrol Vello, las tres últimas obras desaparecidas, por citar las más importantes.

Durante su mandato, la Marina construyó a partir del año 1784 la Alameda y sus jardines, la primera de estas características en Galicia, sirviendo de unión de los barrios de la ciudad y de separación de los espacios civiles y militares de la urbe. Frente a la Puerta del Dique, el año 1787 la Marina levantó la monumental Fuente de la Fama, donde aparece una talla del escudo de Ferrol con la misma categoría que los blasones de Galicia y de España, como muestra de las buenas relaciones del alcalde con la Armada, dando carácter oficial a la piedra de armas de la ciudad.

Matadero y Secadero de pieles

Como buen ilustrado, otra de sus preocupaciones fue el fomento del comercio por vía marítima. El 13 de octubre de 1784 el alcalde Eugenio Álvarez pidió la habilitación del puerto de Ferrol para el libre comercio con América, más tarde reiterada por los comerciantes Juan Lambeye, Ventura Taxonera y Antonio de Anido el 7 de mayo de 1788, elevada con un otro escrito del propio Concello de Ferrol, petición que sería concedida por una Real Orden de 27 de mayo de 1802.

En otra representación de 4 de noviembre de 1786, Álvarez Caballero pidió por primera vez el título de ciudad para Ferrol, adelantándose 72 años a la concesión que haría el año 1858 la reina Isabel II, escribiendo de Ferrol que “es una villa que de justicia clama por el nombre de ciudad, capital del único Departamento del Océano y la mayor población del vasto reino de Galicia”.

Igualmente, una vez rematada la nueva iglesia parroquial de San Julián, en la sesión municipal del 5 de enero de 1786 se acordó que “anualmente se celebre la Función con Voto del Glorioso San Julián, como Patrono de esta villa en el día 7 del presente mes”, determinando que “se publique por bando a voz de pregonero”. De esta manera se empezó a celebrar esta festividad religiosa por el Ayuntamiento, que  incluía la iluminación de la fachada de San Julián y los fuegos de artificio.

   

                                                                          San Julián. Patrón de Ferrol

Sin embargo, su proyecto más ambicioso para Ferrol, que habría cambiado el aspecto da urbe, e incluso su historia, no se llegó a realizar por razones presupuestarias. Se trataba de convertir la entonces plaza de Dolores (hoy de Amboage) en una Plaza Mayor porticada, acogiendo la Casa Consistorial, la Cárcel, la Audiencia Pública y la Aduana. Muchas otras cosas se podrían escribir del buen hacer de Álvarez Caballero en Ferrol, labor que no pasó desapercibida al Real y Supremo Consejo de Castilla, que lo llamó el año 1790 a la Corte de Madrid.

 Su destino y muerte en Madrid

El año 1790 Álvarez Caballero fue nombrado Oidor de la Real Cancillería de Valladolid y el año 1792 alcalde de la Real Casa y Corte de Madrid, ingresando el año 1794 en la Orden de Santiago. El año 1798 fue designado fiscal del Consejo Supremo de las Órdenes Militares y el año 1807 ministro del Consejo Real de Carlos IV. Pronto fue nombrado miembro del Tribunal que en el llamado “proceso de El Escorial” juzgó una conspiración contra el rey Carlos IV. La complejidad del caso y los sinsabores producidos por el juicio causaron su pronto fallecimiento el 31 de enero de 1808. 

El recuerdo de Álvarez Caballero en Ferrol

Años más tarde, cuando se llevó a cabo en Ferrol el “rompimiento de calles”, o sea la construcción en dirección norte-sur de las calles transversales que “rompían” las principales, se puso a la calle actual de Concepción Arenal el nombre de Traviesa de San Eugenio, en recuerdo del alcalde Eugenio Álvarez Caballero. Perdido hoy ese nombre, al igual que se perdió su retrato de la antigua Casa Consistorial, no queda recuerdo alguno en Ferrol del que seguramente fue el mejor alcalde de Ferrol. 

JULIA UCEDA, UNA SEVILLANA EN EL VALLE DE SERANTES

Acaba de fallecer José Caballero Bonald, escritor perteneciente a la Generación de 1950. A esa generación pertenece la poetisa Julia Uceda Valiente, nacida en Sevilla en octubre de 1925. Licenciada en Filosofía y Letras en su ciudad natal, fue profesora de las Universidades de Cádiz y Sevilla. El año 1965 dio clases en la Universidad de Michigan, el año 1973 en la Universidad de Dublín y el año 1976 estableció su domicilio en el valle ferrolano de Serantes. El año 2017 enviudó del médico psiquiatra Rafael González Palacios.


                                                                   Julia Uceda

Hija Adoptiva de Ferrol el año 2008 e Hija Predilecta de Andalucía el año 2005, fue galardonada con varios importantes premios de poesía. Publicó más de una docena de libros de poemas y de ensayo, desde el primero el año 1959; entre ellos se encuentran “Viejas voces secretas en la noche”, “Poesía” y “Conversaciones entre la memoria y el sueño”, obras editadas en Ferrol por la Sociedad de Cultura Valle Inclán.

 

 

59 EL MUSEO DE FERROL. HISTORIA INTERMINABLE O MISIÓN IMPOSIBLE ?

 

Los Museos, tal como hoy los conocemos, nacieron de forma mayoritaria a comienzos del siglo XIX, al amparo de las ideas igualitarias de la Revolución Francesa, con un doble objeto: custodiar lo que entonces se entendía por Patrimonio Histórico-Artístico y difundir las obras de arte, en especial las de pintura y escultura, dentro de la incipiente función de tutela cultural ejercida por el Estado. Con el paso del tiempo los museos evolucionaron buscando muchas veces su especialización.

Un museo de la ciudad

El fablar es clareza,

el callar, escureza

   Rabí Sem Tob (Siglo XIV)

Ferrol necesita hacer una seria reflexión sobre el tipo de Museo que necesita una urbe nacida el siglo XVIII como ciudad marítima y villa realenga marcada por la Ilustración, sin olvidar su pasado de villa de señorío medieval, y que al ser nombrada ciudad recibió la huella, entre otras, del Modernismo.

Aunque la ciudad dispone de un Museo Naval y de un Museo de la Construcción Naval, que muestran la historia de la Armada y de la industria naval, y de forma más específica, de un Museo de la Semana Santa y de un Museo de Historia Natural, Ferrol precisa un Museo de la Ciudad, habilitando el lugar adecuado para ello. 


                                                    Museos Naval y de la Construcción Naval

Con este objeto, en febrero del año 2016, dos estudiosos de la historia de Ferrol, Guillermo Llorca y Juan J. Burgoa, presentaron una propuesta sobre la creación de un Museo de la Ciudad, que mereció el apoyo firmado de forma conjunta por las dieciséis principales entidades y asociaciones culturales de la urbe (firmaron todas menos una, muy conocida), dentro de su variada y diferente orientación política y social.

Presentada la propuesta por Registro Municipal al entonces Alcalde de Ferrol y los respectivos concejal de Cultura y concejala de Patrimonio, así como a los cinco representantes del resto de los partidos de la corporación municipal, ninguno de estos ocho destinatarios y destinatarias se dignó contestar, ni siquiera dando un simple acuse de recibo. Quedó muy claro que la carencia de educación y la ineptitud cultural es una señal de identidad común a todos los partidos políticos.

Ferrol tiene numerosas potencialidades en el campo de la Cultura, Patrimonio y Turismo, que debe poner en valor y dar a conocer a propios y visitantes: la Ilustración, el Arsenal y la Construcción Naval, el Patrimonio Industrial y Comercial, el Modernismo, los castillos y defensas de la ría, el Patrimonio Natural, la cultura del trabajo y de la emigración, además de las señales propias de la urbe que van desde las Rondallas hasta la Semana Santa, pasando por el Camino Inglés.

Ferrol necesita contar a la posible brevedad con algún edificio emblemático del patrimonio público para albergar ese necesario Museo de la Ciudad que sirva para exponer todo lo anteriormente citado. Quizás, como muchas personas conocedoras están reclamando, podría ser ese lugar la vivienda donde nació Carvalho Calero, una vez se lleve a cabo esa soñada rehabilitación.


 
 Casa natal de Carvalho Calero

Especialmente deberían formar parte de ese demandado Museo de la Ciudad las abundantes colecciones de pintura y artes plásticas dispersas por diferentes dependencias y entidades culturales de la urbe, centenares de obras muchas veces expuestas de forma desordenada y en otras ocasiones guardadas en lugares no adecuados, de modo no visible e incluso de forma descuidada.

También este Museo debería ser el lugar de archivo y consulta por los estudiosos de toda esa documentación histórica relativa a Ferrol, privada de su visión pública, en especial la procedente del Archivo Histórico Nacional y otros archivos, recogida para acompañar el paralizado  expediente de Patrimonio de la Humanidad.

Ferrol hacia el Patrimonio de la Humanidad

Un Centro de Estudios Locales

Como complemento, debería crearse un Centro de Estudios Locales que sirva para la recuperación de nuestra memoria histórica, supervisando la documentación y las publicaciones relativas a la historia de la ciudad. Otra de las funciones de ese Centro de Estudios debería ser la de poner en marcha esa Revista de Estudios Locales, de la que carece Ferrol y de la que disponen desde hace tiempo localidades próximas y de menor entidad como Neda, Ortigueira, Pontedeume, Betanzos o Mondoñedo.

También debe recordarse el importante papel que en este contexto deberían jugar las adormecidas entidades y asociaciones culturales de la ciudad como interlocutoras sociales del Concello. También quizás sea el momento en que la Universidad juegue ese papel en el terreno cultural que en estos momentos no está llevando a cabo. Incluso se podría considerar la celebración de ese necesario Congreso del Patrimonio Cultural de Ferrol, como continuación del primero y único celebrado el año 1999, non el patrocinio de la Diócesis de Mondoñedo y la Universidad de Ferrol.

El museo Xornalismus

Cumple hacer una referencia a un museo fantasma, el conocido con el nombre de Xornalismus, que se encuentra situado en plena calle Galiano, en los bajos del edificio del periódico “Diario de Ferrol”. Fue concebido de origen como un museo destinado a mostrar al visitante diversos aspectos de la prensa ferrolana y la historia del periodismo en general, exponiendo todo tipo de instrumentos empleados por los periodistas. Hoy se encuentra cerrado al público por lo que sería de interés que el volátil periódico local informase del contenido y los objetivos de dicho museo.


                                                                       Museo Xornalismus

PLAZA DE ARMAS. QUIEN TE HA VISTO Y QUIEN TE VE

En Ferrol la Ilustración creó las plazas de Armas (Carmen) y Amboage (Dolores) como centros bipolares del racional barrio da Madalena, complementadas con otras plazas que servían de unión entre el centro histórico de Ferrol y los barrios periféricos. Estaban las plazas del Callao, de las Angustias, de Capitanía, de Canido de San Roque y Praza Vella, a la que se unió más tarde la Puerta Nueva, luego plaza de España.

Hace poco tiempo le tocaron las reformas a la plaza de Armas. Mentes pensantes consideraron necesario diseñar una plaza más acogedora y dotada de accesos más pertinentes. Se decidió además suprimir el aparcamiento subterráneo, con la oposición de la mayoría de los ciudadanos y de muchas asociaciones comerciales y vecinales. 

 

Nueva Plaza de Armas, Selfie y mono incluidos

Aunque ya parece olvidada la inicial temeridad de colocar en la plaza pública el  escudo de piedra de Ferrol de la Ilustración, se recubrió una amplia zona de la superficie de la nueva plaza de una mezcla especial de tierra y arena, cuyo comportamiento con la lluvia, el viento y la propia inclinación del terreno, además de las peligrosas hojas de los veinte tilos allí plantados, no es nada recomendable. Todo ello se une a la supresión de senderos diagonales para los vecinos que decidiesen entrar en la plaza, por la parte baja, desde la calle Real.

El mal tiempo ha demostrado que muchas opiniones tenían razón al cuestionar la solución adoptada para remodelar la plaza y prever su fracaso. Sin embargo, los designios del destino son inescrutables y el proyecto pomposamente titulado “Un lugar para todas”, con sorpresa para “muchas” (y también para “muchos”), ha sido seleccionado para un premio de arquitectura europea.  

La Autoridad Competente instaló recientemente en la plaza de Armas un Selfie, se supone que para autofotografiarse con el aparatoso edificio del Concello. Como réplica la Autoridad Incompetente colgó un mono de trabajo de una farola para hacerse la autofotografía correspondiente.

 

58 FAMILIAS DE FERROL. LOS HERMANOS CAAMAÑO Y PARDO

 

Una de las casas solariegas más antiguas del apellido Caamaño procede de la villa de Noia, nacida con Sancho García de Caamaño el siglo XII. Miembro de este linaje fue Vicente Caamaño y Gayoso, nacido en Santiago de Compostela, que fue Señor de Romelle, Leboráns, Goiáns e Isla de Sálvora, asi como Caballero de la Orden de Malta.

 Vicente Caamaño fue además militar de la Armada. Siendo Capitán de Navío estuvo destinado en Ferrol como Director de la Academia de Pilotos de la Armada. Casado el año 1760 en la iglesia ferrolana de San Julián con Josefa Pardo y Osorio, tuvo con ella cinco hijos (Juan José, Rafael, Joaquín, José Frutos y Vicente) y una hija (Antonia), todos ellos nacidos en Ferrol. Sus tres hijos mayores tuvieron un importante papel en la historia de Ferrol.

Juan José Caamaño y Pardo. Conde de Maceda    

El mayor de los hermanos, Juan José Caamaño y Pardo, nacido en Ferrol el año 1761, fue un reconocido personaje de la época final de la Ilustración gallega. Además de sus títulos nobiliarios y de las numerosas distinciones de honor recibidas, fue edil del Concello de Ferrol, Alguacil del Santo Oficio de Galicia, Vocal de la Junta de Comercio y Navegación y Caballero de la Orden de Malta.

 


                                                         Juan José Caamaño. Fundación Barrié de la Maza

Casado con Ramona Pardo de Figueroa y Sarmiento, condesa de Maceda, Juan José Caamaño invirtió importantes caudales propios para poder armar y pertrechar al Ejército gallego en la Guerra de la Independencia contra Napoleón, mandando personalmente un regimiento con el empleo de Coronel, grado que le fue concedido por el Marqués de la Romana.

En su labor como empresario creó una almadraba para la pesca de atunes, la primera que hubo en Galicia, en la isla de Sálvora y una fábrica de tejidos en Ferrol. Obtuvo para el puerto ferrolano la apertura al tráfico comercial europeo y americano y la creación de un Consulado de Comercio. Como economista ilustrado, dentro de los principios del liberalismo, dejó varias obras referidas al comercio marítimo, el fomento de la pesca y la hacienda pública. Considerado un auténtico benefactor de su ciudad natal, fue distinguido el año 1797 con el nombramiento de Regidor Perpetuo de Ferrol, falleciendo el año 1819 en Santiago.


                                                    Juan José Caamaño. Sobre libertad de pesca. Año 1815

Rafael Caamaño y Pardo 

El segundo de los hermanos, Rafael Caamaño y Pardo, nacido en Ferrol el año 1762, sentó plaza en la Armada como guardiamarina el año 1782, participando en diversas campañas navales. El año 1789 fue promovido a Teniente de Navío y el año 1793 pasó a mandar una galera de la Orden de Malta, siendo nombrado el año 1796 Ministro encargado de Negocios de la isla de Malta.

De regreso a España ascendió a Capitán de Fragata el año 1799. Tras pedir el retiro fue investido como Comendador de Malta y tomó parte en la guerra de la Independencia. Tras ser revisada su controvertida actuación en la contienda contra los franceses, fue ascendido a Capitán de Navío y nombrado Senador del Reino por la provincia de La Coruña, siendo uno de los pioneros de la creación del Museo Naval de Madrid.

En Ferrol desplegó una señalada tarea filantrópica, siendo un decidido impulsor de la instalación del alumbrado público en la ciudad, Entre los años 1836 y 1837 Rafael Caamaño fue Hermano Mayor del Hospital de Caridad, al que hizo importantes donaciones y costeó diversas obras a sus expensas, falleciendo en febrero del año 1849. En su retrato conservado en el Hospital de Caridad aparece vestido de Comendador de la Orden de Malta, con la cruz en la casaca y en su gargantilla

 

                                                                  Rafael Caamaño. Hospital de Caridad

Joaquín Caamaño y Pardo

El tercero de los hermanos Caamaño y Pardo, Joaquín, siguió la carrera de las armas en el Ejército de Tierra. Tuvo una sobresaliente actuación contra los franceses en la Guerra de la Independencia, destacando sus acciones militares en Badajoz y Cádiz. Ascendido a Brigadier, al terminar la contienda fue Gobernador político y militar de Alicante el año 1812 y de Figueras a partir del año 1815. Una vez ascendido a General, de vuelta a Ferrol y continuando la tradición familiar fue nombrado Administrador y Director del Hospital de Caridad entre 1842 y 1846, falleciendo en abril del año 1849.

Los otros dos hermanos Caamaño y Pardo, José Frutos y Vicente, respectivamente nacidos en 1772 e 1775, ingresaron en la Academia de Guardiamarinas de Ferrol, ejerciendo su carrera fuera de Ferrol. También su hermana Antonia, casada el año 1792 con Francisco Javier Suárez de Deza, Señor de Bergondo y Láncara, pasó su vida por tierras de Castilla y Andalucia.

La relación familiar con el Hospital de Caridad

La familia Caamaño y Pardo, de reconocido abolengo en Ferrol, tuvo una importante y continua relación con el Hospital de Caridad ferrolano. Además de que Rafael Caamaño fue Hermano Mayor del Hospital, y sus hermanos Juan José y Joaquín fueron vocales del mismo, sus padres, Vicente Caamaño y Gayoso y Josefa Pardo y Osorio, fueron respectivamente Vocal de la Primera Junta y Hermana Mayor de la Junta de Señoras.

Otros familiares suyos como José Quindós y Pardo, marqués de San Saturnino, primo hermano de los Caamaño y Pardo, fue Consiliario del Hospital de Caridad, y Justo Gayoso y López, alcalde de Ferrol y cuñado de los anteriores, fue también Consiliario y Hermano Mayor.


                                                                 La casa solariega de la familia Caamaño

La casona de la familia de los Caamaño

La familia de los Caamaño habitó en Ferrol un amplio edificio situado en la esquina de las calles Dolores y Sánchez Barcáiztegui. La citada vivienda, un sobrio y elegante caserón neoclásico del siglo XVIII, consistía en una construcción compuesta de bajo y dos plantas, con fachada de mampostería enlucida, esquinales de sillares labrados, balcones enrejados en el primer piso y ventanas de cantería en la segunda planta. En una de tantas muestras del urbanismo destructor de mediados del siglo XX, este noble edificio fue derribado, perdiéndose la piedra de armas de la familia Caamaño, mientras que en su solar se levantaba un insustancial edificio comercial.  

La corta historia del Real Consulado Marítimo de Ferrol

En la época de la Ilustración la Corona favoreció en los puertos habilitados para el comercio marítimo, como era el caso de Ferrol, la presencia de la institución del Consulado Marítimo, de gran importancia como un medio de fomento del comercio y de estímulo de la industria y las actividades económicas. Para ello, los años 1797 y 1798, los comerciantes de Ferrol, encabezados por Ventura Taxonera y Juan Lambeye, encargaron al ilustrado ferrolano Juan José Caaamaño y Pardo, en su calidad de miembro del Real Consulado Marítimo de La Coruña que gestionase en Madrid el establecimiento de una institución similar en Ferrol.

 


                                     Real Cédula de Carlos IV. Diciembre 1799. Archivo Histórico Nacional

En diciembre de 1799 una Real Cédula de Carlos IV autorizaba la erección de un Consulado Marítimo y Terrestre en la Real Villa de Ferrol, con jurisdicción sobre Ferrol y el resto de puertos del Obispado de Mondoñedo. En la Cédula se nombraba Prior vitalicio de la institución a Juan José Caamaño y Pardo, Cónsules a Ventura Taxonera y Ángel García, Consiliarios por la clase de Hacendados al Marqués de San Sadurniño y José María Bermúdez, por los Comerciantes a Ramón Monge y Francisco Casanova, por los Fabricantes a Juan Lambeye y por los Navieros a Josef Aguirre. 

Esta institución, que en ciertos puertos de Galicia como el de La Coruña fue de gran importancia para el comercio marítimo, en Ferrol tuvo una vida efímera. Apenas 4 años más tarde, una Real Orden de junio del año 1803, remitida a los Diputados del Comercio de la Ciudad y Puerto de Ferrol, anulaba su establecimiento en la plaza de Ferrol.

 El recuerdo de la familia Caamaño y Pardo

Aunque la familia Caamaño y Pardo no ha dejado ningún recuerdo de su memoria en Ferrol, excepto un retrato de Rafael en el Hospital de Caridad, tanto los historiadores Guillermo Llorca y Antonio Blanco como Elena Cardona y Alberto Lens en sus respectivas publicaciones, trataron de la vida y obra de los influyentes hermanos Caamaño y Pardo en la historia de nuestra ciudad.

Otras familias de fuera de Ferrol. Las Marías

 

Las tres Marías del Evangelio (Magdalena, Salomé y Cleofás). Siglo I

Las dos Marías de Santiago. Siglo XX