60 PERSONAJES DE FERROL DE LA ILUSTRACIÓN. EL ALCALDE MAYOR ÁLVAREZ CABALLERO

 

El Alcalde Eugenio Álvarez Caballero

Un personaje relevante de Ferrol de la Ilustración fue el asturiano Eugenio Manuel Álvarez Caballero, Alcalde Mayor de la urbe entre los años 1783 y 1788. Álvarez Caballero nació el 24 de febrero de 1736 en Pedrafita, concello asturiano de Tineo. Miembro de la nobleza, estudió en la Universidad de Oviedo, logrando el grado de Bachiller en Leyes y Cánones el año 1768. El año 1770 ingresó como abogado en la Real Audiencia de Oviedo y el 28 de octubre de 1773 fue nombrado Regidor de Tineo y representante en la Junta General del Principado.

Casado con Josefa Castro Urdiales, el año 1780 Álvarez Caballero fue uno de los fundadores de la Sociedad Económica del Amigos del País de Asturias. Recomendado por el conde de Campomanes, el político asturiano fue nombrado Alcalde Mayor de Ferrol por el rey Carlos III, relevando en el cargo el 15 de abril de 1783 a Pedro Bayón Ruiz, en un momento en que tenían distinta titularidad las jurisdicciones ordinaria y militar de Ferrol, una urbe de nueva planta diseñada al servicio de la Monarquía.


                                                    Linaje de Álvarez Caballero. Asturias

Pedro Bayón Ruiz ocupaba el cargo de Alcalde Mayor desde el año 1777. La protesta de la Alcaldía de Ferrol ante la jurisdicción castrense por el reparto de los fondos de la Junta del Arbitrio del Vino para las necesidades de la villa, que el alcalde creía contrario a los intereses de la población, originó  la negativa de la Alcaldía a pagar la contribución extraordinaria de guerra del año 1780. Este hecho causó el cese  de los regidores de la villa, siendo desterrados de Ferrol el Alcalde Pedro Bayón, el Procurador General y el Diputado del Común, más tarde repuestos en sus cargos.

Nombramiento de Álvarez Caballero como Alcalde Mayor

Archivo Municipal de Ferrol

 Su obra como Alcalde Mayor de Ferrol

Según el Censo de Floridablanca, al ser nombrado Álvarez Caballero Alcalde, Ferrol tenía 25.000 habitantes. Entre los años 1783 y 1788 el regidor se ocupó del gobierno de la urbe en un fructuoso mandato, mostrando sus dotes de organizador y hombre ilustrado, mejorando la administración, fomentando la industria y el comercio y impulsando las obras públicas, mientras elevaba sus escritos (“representaciones”) a las autoridades de Madrid y viajaba varias veces a la capital del Reino.

Un importante asunto que resolvió Álvarez Caballero fue conseguir una utilización justa de los fondos del Arbitrio del Vino, la mayor fuente de recaudación de impuestos de la época, y fuente de fricciones con la jurisdicción militar. Para ello el 5 de junio de 1785 Eugenio Álvarez elevó una representación al rey Carlos III, haciendo una historia de la evolución de Ferrol desde su incorporación a la Corona, pasando de 240 vecinos el año 1741 hasta llegar entonces a casi 25.000 habitantes, después de las “sumptuosas obras que con embidia de otras naciones y como Nona maravilla del mundo se miran ya concluídas”.

 El problema se solucionó por una Real Orden remitida por el ministro Antonio Valdés al alcalde de Ferrol el 6 de Septiembre de 1785. En este documento, comunicado al Capitán General Antonio de Arce para su conocimiento, se dictaban normas para distribuir los fondos del Arbitrio del Vino. Aunque no se había terminado la construcción de la iglesia de San Julián, se aumentaban los fondos para pagar los sueldos de los funcionarios municipales y para rematar las obras del muelle de la población, la Casa Consistorial, la Cárcel municipal, las fuentes de aguas y otras en el orden que se determinase.

Escuela de Gramática, luego Casa Consistorial

En el ámbito administrativo Eugenio Álvarez, en octubre de 1785 un expediente acotaba a la jurisdicción de las villas de Ferrol y A Graña, fijando los límites con las parroquias vecinas de Caranza, Vilar, Serantes, San Xurxo y Doniños. En el terreno de la administración de justicia, una resolución de septiembre de 1784 regulaba las causas que correspondían al juzgado ordinario de Ferrol. En el terreno económico  por la Real Cédula de 25 de octubre de 1785 obtuvo la ampliación de la jurisdicción económica de la villa, abarcando desde la ría de Ferrol hasta los límites de Viveiro, consiguiendo así el control de las fábricas e instalaciones industriales del término.

En el ámbito religioso, el alcalde Álvarez Caballero elevó una representación el 30 de junio de 1785, escribiendo que “llegó Ferrol, con gloria de la nación, y pasmo de quantos lo adbierten, á ser el mayor Pueblo de Galicia”, disponiendo tan solo de una iglesia parroquial, un convento de frailes franciscanos y un templo castrense. Por ello Eugenio Álvarez pidió el traslado a Ferrol de “la Yglesia Colegial de Cabeyro y del Conbento de Padres Terceros de Montefaro”, peticiones que no fueron atendidas por el Rey.

Eugenio Álvarez democratizó el funcionamiento del Concello poniendo orden en los asuntos públicos de la villa, restableciendo el derecho de los vecinos de reunirse en el pórtico de la iglesia parroquial para elegir a los procuradores y comisarios, y pidiendo a la Audiencia de Galicia el nombramiento de regidores trienales, petición concedida entrado el año 1788, cuando Álvarez Caballero ya había dejado el cargo.

En el terreno de las obras públicas, su breve mandato como alcalde fue muy fructífero, especialmente por la buena sintonía mantenida con el Teniente Coronel del Ejército, el sevillano Dionisio Sánchez de Aguilera. Con Álvarez Caballero se remató la obra del nuevo Hospital de Caridad, construido por iniciativa de Sánchez de Aguilera e inaugurado el 1 de Marzo de 1786.

 

Placa de la fuente de San Roque

En este período también se llevaron a cabo las obras de la Escuela de Gramática, que pronto sería Casa Consistorial, en el Cantón de las Delicias; la fuente de San Roque en el campo de esta capilla; el Matadero y el Secadero de Pieles en el barrio de Esteiro; y la Carnicería pública en Ferrol Vello, las tres últimas obras desaparecidas, por citar las más importantes.

Durante su mandato, la Marina construyó a partir del año 1784 la Alameda y sus jardines, la primera de estas características en Galicia, sirviendo de unión de los barrios de la ciudad y de separación de los espacios civiles y militares de la urbe. Frente a la Puerta del Dique, el año 1787 la Marina levantó la monumental Fuente de la Fama, donde aparece una talla del escudo de Ferrol con la misma categoría que los blasones de Galicia y de España, como muestra de las buenas relaciones del alcalde con la Armada, dando carácter oficial a la piedra de armas de la ciudad.

Matadero y Secadero de pieles

Como buen ilustrado, otra de sus preocupaciones fue el fomento del comercio por vía marítima. El 13 de octubre de 1784 el alcalde Eugenio Álvarez pidió la habilitación del puerto de Ferrol para el libre comercio con América, más tarde reiterada por los comerciantes Juan Lambeye, Ventura Taxonera y Antonio de Anido el 7 de mayo de 1788, elevada con un otro escrito del propio Concello de Ferrol, petición que sería concedida por una Real Orden de 27 de mayo de 1802.

En otra representación de 4 de noviembre de 1786, Álvarez Caballero pidió por primera vez el título de ciudad para Ferrol, adelantándose 72 años a la concesión que haría el año 1858 la reina Isabel II, escribiendo de Ferrol que “es una villa que de justicia clama por el nombre de ciudad, capital del único Departamento del Océano y la mayor población del vasto reino de Galicia”.

Igualmente, una vez rematada la nueva iglesia parroquial de San Julián, en la sesión municipal del 5 de enero de 1786 se acordó que “anualmente se celebre la Función con Voto del Glorioso San Julián, como Patrono de esta villa en el día 7 del presente mes”, determinando que “se publique por bando a voz de pregonero”. De esta manera se empezó a celebrar esta festividad religiosa por el Ayuntamiento, que  incluía la iluminación de la fachada de San Julián y los fuegos de artificio.

   

                                                                          San Julián. Patrón de Ferrol

Sin embargo, su proyecto más ambicioso para Ferrol, que habría cambiado el aspecto da urbe, e incluso su historia, no se llegó a realizar por razones presupuestarias. Se trataba de convertir la entonces plaza de Dolores (hoy de Amboage) en una Plaza Mayor porticada, acogiendo la Casa Consistorial, la Cárcel, la Audiencia Pública y la Aduana. Muchas otras cosas se podrían escribir del buen hacer de Álvarez Caballero en Ferrol, labor que no pasó desapercibida al Real y Supremo Consejo de Castilla, que lo llamó el año 1790 a la Corte de Madrid.

 Su destino y muerte en Madrid

El año 1790 Álvarez Caballero fue nombrado Oidor de la Real Cancillería de Valladolid y el año 1792 alcalde de la Real Casa y Corte de Madrid, ingresando el año 1794 en la Orden de Santiago. El año 1798 fue designado fiscal del Consejo Supremo de las Órdenes Militares y el año 1807 ministro del Consejo Real de Carlos IV. Pronto fue nombrado miembro del Tribunal que en el llamado “proceso de El Escorial” juzgó una conspiración contra el rey Carlos IV. La complejidad del caso y los sinsabores producidos por el juicio causaron su pronto fallecimiento el 31 de enero de 1808. 

El recuerdo de Álvarez Caballero en Ferrol

Años más tarde, cuando se llevó a cabo en Ferrol el “rompimiento de calles”, o sea la construcción en dirección norte-sur de las calles transversales que “rompían” las principales, se puso a la calle actual de Concepción Arenal el nombre de Traviesa de San Eugenio, en recuerdo del alcalde Eugenio Álvarez Caballero. Perdido hoy ese nombre, al igual que se perdió su retrato de la antigua Casa Consistorial, no queda recuerdo alguno en Ferrol del que seguramente fue el mejor alcalde de Ferrol. 

JULIA UCEDA, UNA SEVILLANA EN EL VALLE DE SERANTES

Acaba de fallecer José Caballero Bonald, escritor perteneciente a la Generación de 1950. A esa generación pertenece la poetisa Julia Uceda Valiente, nacida en Sevilla en octubre de 1925. Licenciada en Filosofía y Letras en su ciudad natal, fue profesora de las Universidades de Cádiz y Sevilla. El año 1965 dio clases en la Universidad de Michigan, el año 1973 en la Universidad de Dublín y el año 1976 estableció su domicilio en el valle ferrolano de Serantes. El año 2017 enviudó del médico psiquiatra Rafael González Palacios.


                                                                   Julia Uceda

Hija Adoptiva de Ferrol el año 2008 e Hija Predilecta de Andalucía el año 2005, fue galardonada con varios importantes premios de poesía. Publicó más de una docena de libros de poemas y de ensayo, desde el primero el año 1959; entre ellos se encuentran “Viejas voces secretas en la noche”, “Poesía” y “Conversaciones entre la memoria y el sueño”, obras editadas en Ferrol por la Sociedad de Cultura Valle Inclán.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario