El río Belelle, nacido en el barranco
de la Cernada, parroquia de San Martiño de Goente, cerca de las fragas del
Eume, recorre varios concellos de la comarca de Ferrolterra. A lo largo de su
recorrido de 30 kilómetros por As Pontes, A Capela, Fene y Neda, hasta su
desembocadura en la ría de Ferrol, recorre unas zonas de variada riqueza paisajística
y ecológica y dispone de unas aguas de diverso aprovechamiento.
Además del interés de las aguas del
río Belelle para la industria molinera y harinera, singularmente para el
concello de Neda (“Río de Neda” le llamó el historiador Vázquez Rey) es de gran
importancia histórica para Ferrol y su comarca el hecho de que el río Belelle
sirvió para suministrar de agua potable a nuestra ciudad así como para
proporcionarle la necesaria energía eléctrica. Las mejores aguas de Ferrolterra
las llamó Montero Aróstegui.
Los
molinos del río Belelle
Desde la Edad Media fueron numerosos
los molinos existentes en el río Belelle, especialmente los situados en el
concello de Neda desde el salto de la Fervenza hasta su desembocadura, varios
de los cuales todavía se encuentran en función e incluso algunos habitados. Son
los casos de los molinos del Cubo, de Canido, del Roxal, da Barcia, del Foxo,
da Ribera y de Marraxón, entre otros.
Los molinos del río Belelle
Un caso especial de aprovechamiento
hidráulico del río Belelle fue la fábrica textil de los hermanos Veiga, que
comenzó sus trabajos el año 1844. El edificio donde se ubicaba la fábrica es el
actual Pazo de Isabel II, hoy en estado ruinoso y pendiente de restauración;
está situado en la localidad del Roxal, concello de Neda.
La actividad de la fábrica se centraba especialmente en la producción de lino, algodón y lona para fabricación de las velas necesarias para los buques del Arsenal de Ferrol. La maquinaria necesaria para la fábrica era abundante, destacando especialmente tres turbinas hidráulicas que trabajaban en el cauce del río Belelle.
El Pan de Neda
Muy relacionado con las aguas del río
Belelle está el conocido pan de Neda. Su tradición se remonta a la Edad Media,
cuando comenzaron a construirse los primeros molinos. Como escribe Vázquez Rey
en su obra “Crónicas nedenses y otros temas” su historia está unida a la
decisión de Felipe II de construir en Neda las Reales Fábricas para fabricar el
bizcocho y el pan para la Escuadra del Mar Océano y las escuadras de defensa de
la costa gallega, aprovechando tanto la calidad del agua como la molienda de
harina por los molinos del río Belelle.
La posterior construcción del Arsenal
y astilleros de Ferrol originó que desde el siglo XVII y hasta principios del
XIX Neda y Xuvia fuesen conocidas como la capital del trigo y la panadería de
Galicia. Incluso se considera que la primera huelga en España se produjo el
siglo XVIII (junio del año 1752) en Ferrol cuando a los trabajadores del
astillero quisieron cambiarles el pan de Neda por el elaborado en el propio
astillero.
La Fiesta del Pan de Neda es un
importante evento gastronómico que tiene una concurrida presencia de
visitantes. Aparte de degustarse la típica bolla de pan de Neda pueden
degustarse otros productos como son el renombrado pan de huevo, los queiques y
las cocadas.
Fiesta del Pan de Neda
Los
astilleros de Neda y el escudo municipal
En las orillas del río Belelle,
especialmente en la zona cercana a su desembocadura, se puede contemplar el
clásico bosque de la zona atlántica, dotado de alisos, abedules y otras
especies. En la zona de A Fervenza aparece la típica fraga gallega, con buenos ejemplares
de castaños y robles, dotados de una excelente y abundante madera.
Como recuerda Antonio Vázquez Rey, el
historiador de Neda, gracias a esta abundante madera, en Neda hubo un
importante astillero donde, entre otras, se construyó la nave de 200 toneladas,
símbolo del escudo municipal, que durante la reconquista de Algeciras el año 1344
con su fuerte proa rompió la cadena de hierro que protegía su puerto.
Escudo municipal de Neda
El Salto
de la Fervenza, el agua potable y la corriente eléctrica de Ferrol
Desde pasados siglos las aguas del
río Belelle fueron consideradas como las mejores del país tanto para la salud y
la elaboración del pan como para el funcionamiento de molinos, la producción de
energía hidroeléctrica, el blanqueo de hilazas y lavado del velamen de los
buques, como escribe Montero Aróstegui en su “Historia y descripción de Ferrol”
del año 1878.
En su recorrido hacia el mar se
encuentra el salto de agua de la Fervenza, una espectacular cascada de unos 45
metros de altura, rodeada de bosques naturales de robles y castaños, con una
serie de pozos naturales situados en su entorno.. Acompañada de la clásica
leyenda de una gran serpiente, es especialmente visitada en otoño e invierno
cuando es mayor la cantidad de agua que lleva.
El año 1917 se publicó en Ferrol un
“Estudio analítico, químico y bacteriológico del agua de Fervenza”, llevado a
cabo por el médico Santiago de la Iglesia, director del Laboratorio Municipal
de Ferrol, mereciendo las aguas del río Belelle las mejores calificaciones.
Como consecuencia de ello se llevó a cabo el año 1920 la importante obra de la “traída de aguas” desde la Fervenza a
Ferrol.
Poco tiempo antes, el año 1902, un
estudio del ingeniero Andrés A. Comerma, publicado en el Anuario Ferrolano de
ese año con el título de Transmisión de Energía Eléctrica de la Fervenza a
Ferrol, incidiendo en el aprovechamiento del salto de agua sobre el río Belelle
para llevar la corriente eléctrica a Ferrol, que se materializó en la
construcción de una central hidroeléctrica en el monte Marraxón..
El río
Belelle visto por los pintores de Ferrol
El río Belelle fue un tema
profusamente tratado por numerosos pintores ferrolanos. Dotados de sus pinceles
y utensilios de pintura los diferentes artistas recorrieron el río, sus presas
y cascadas, sus caminos, su vegetación y sus árboles, sus puentes y molinos,
motivos que luego reflejaron en sus óleos y acuarelas.
González Collado Castro
Estévez
Historias
locales. El Cine Galicia. Cine de la Zuecas
En plena carretera de Castilla,
situado a medio camino entre el cruce de Fajardo y la carretera de San Juan, entre
los años 1947 y 1973 estuvo funcionando el cine Galicia, conocido popularmente en
Ferrol como el Cine de las Zuecas.
Dos son las teorías sobre el nombre
popular que recibía. La primera era que al tratarse de un cine de fuera de
puertas de Ferrol, dentro de una zona ruralizada, era frecuentado por mujeres
que habitualmente llevaban zuecas como calzado. La segunda, sino más verosímil
si más simpática, se debía a que en una película de “vaqueros” los indios
perseguían al “chico”; para evitar que fuese atrapado, una señora del público le
arrojó una zueca a los “indios”, produciendo la consiguiente rotura de la
pantalla y posterior suspensión de la película.
El Cine Galicia. Carretera de
Castilla
Exposición
sobre la imprenta Paramés
Emilio Paramés González nacido en Pontevedra
el año 1879, emigró joven a Cuba regresando primero a Madrid y luego a Ferrol, donde
ejerció sus dotes de dibujante y escritor. El año 1921, hace ahora 100 años,
Emilio Paramés inauguró en el número 106 de la calle Real de Ferrol la imprenta
de su nombre, falleciendo el año 1936.
Una exposición, recién inaugurada en el Centro Cultural Municipal de la calle del Hospital, muestra las obras y trabajos de la imprenta Paramés, incluyendo varias de las publicaciones editadas durante estos años. Siguiendo la tónica de la inoperante gestión cultural del Concello, la exposición no dispone del oportuno catálogo para el visitante.
Exposición de la imprenta Paramés
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