67 FERROL Y LA VIRGEN DE LA MERCED. LA EXENCIÓN DEL VOTO DE CHANTEIRO

 

La Orden de la Merced en Galicia y en la comarca de Ferrol

La Orden de la Merced, “celeste, real e militar” como reza su himno, se fundó el año 1218 en Barcelona por San Pedro Nolasco, bajo el amparo del rey Jaime I el Conquistador, dedicada al rescate y redención de los cautivos en tierras islámicas. Fundó su primer templo el año 1267 en Barcelona y fue proclamada patrona de la ciudad el año 1687. A partir del siglo XIV se expandió por España, Francia e Italia, ampliando el año 1696 el papa Inocencio III su culto a toda la Iglesia Católica.

Su presencia en Galicia comenzó el año 1400 en el convento de San Lorenzo de Trasouto de Santiago, siguiendo los conventos de Conxo el año 1482 y de Verín el año 1484. Tras la Desamortización de Mendizábal, el año 1890, se fundó el convento y centro espiritual de San Xoán de Poio, que ejerció una intensa labor religiosa, intelectual y artística, dentro de la cultura gallega. El siglo XX se fundaron nuevos conventos mercedarios, siendo la Virgen de la Merced nombrada patrona de los concellos de Poio, Corcubión y Rairiz de Veiga, además de los de Ares e Mugardos.  

La presencia de la Virgen de la Merced se materializó en la comarca de Ferrol desde el siglo XIV cuando se puso bajo su advocación la ermita de Chanteiro. El año 1811 se construyó en el pazo de los Bermúdez de Ferrol Vello la capilla de la Merced y a mediados del siglo XIX la capilla de la misma advocación en la Fábrica de Curtidos de la Florida en O Puntal de Neda.

 

                        Pazo de la Merced                                Pazo de Neda                                                  

Otras imágenes de la Merced se encontraban en un camarín de la sacristía de la iglesia de la Orden Tercera de San Francisco y en un altar lateral de la antigua capilla del Hospital de Caridad. El año 1908 se establecieron los mercedarios en Ferrol levantando el año 1925 el actual templo neogótico de la Merced, donde además  de la Virgen con el Niño del camarín del altar mayor, una nueva imagen sustituyó a la “Virgen Blanca”, “desaparecida” el año 1972, después de salir en procesión durante varios años en la Semana Santa ferrolana.


 

 Virgen Blanca. Imagen actual y desaparecida

La ermita de la Virgen de Chanteiro

No existe plena documentación sobre la existencia de tres sucesivos templos en Chanteiro, abrigado lugar entre las puntas de Segaño y Coitelada, parroquia aresana de Cervás, aunque se cree que se originó debido a la cristianización de un lugar de antiguos cultos. Del primer templo, posible eremitorio medieval, erigido sobre unas rocas protegidas por las alturas de Montefaro, queda la tradición del hallazgo de una imagen de la Virgen llegada por mar, aparecida cerca de la playa de Chanteiro a unos pescadores, originando la dedicación inicial de la ermita a Nosa Señora dos Mares.   

La afluencia de fieles originó la erección del segundo templo a principios del siglo XI, en estilo románico rural, conservándose unos capiteles con una notable iconografía de fieras, jabalíes, faisanes, pavos reales y pequeñas figuras humanas, decorado el conjunto con palmetas y conchas. Alrededor del año 1390, Pérez de Andrade o Bo mandó edificar el tercer templo, dedicada a la Virgen de la Merced, donde se instalaron los monjes franciscanos antes de fundar el convento de Santa Catalina. La ermita de Chanteiro pasó a depender del convento de Montefaro, volviendo el año 1844 a la jurisdicción ordinaria.

Para algunos historiadores los franciscanos de Montefaro eran los propietarios de la ermita de Chanteiro, donde comenzó la fundación del monasterio, abandonándola pronto por no ser un lugar seguro a orillas del mar, sometido a frecuentes ataques de los corsarios medievales a la costa gallega, especialmente donde se levantaban iglesias y monasterios.

La advocación de la Virgen de la Merced y los Remedios con que se conocía la capilla de Chanteiro, podría deberse a las mercedes concedidas a los fieles, sin una relación directa con la histórica Virgen catalana. Su nombre puede derivar de alguna de las “veredas de redención” que la Orden Mercedaria mantenía en Galicia, precisamente la de Mondoñedo, que recorría la zona costera de As Mariñas, desde Miño a Viveiro, pasando por Ferrol, recogiendo limosnas para redimir a los cautivos.

   


Virgen de la Merced de Chanteiro

El templo actual es de estilo gótico marinero. Su única nave está dividida en tres tramos por arcos apuntados. El ábside es rectangular llevando un arco de ingreso al presbiterio de bóveda de crucería. La cubierta es a dos aguas con cubrición de teja curva. Perdida la cruz cumial con remates en flor de lis, tiene una esbelta espadaña barroca de dos cuerpos, se decora de placas y remata de cornisa y frontón con cruz central y pináculos laterales.

La fachada, rehecha el siglo XVII, incorpora un desgastado tímpano con efigies de la Virgen coronada con el Niño, flanqueada de dos figuras más pequeñas con hábito talar. La sacristía exterior y el coro se añadieron en la última reforma del año 1943. Las imágenes barrocas del retablo mayor y los retablos laterales fueron quemadas en junio de 1933, salvándose  del incendio la imagen de la Virgen de la Merced con el Niño en su brazo izquierdo. Hoy el interior de la ermita tiene una decoración austera y una atmosfera monacal.

Con referencia a la toponimia, algunos hacen derivar Chanteiro del antiguo nombre de Plantarium. Para otros, el nombre de Chanteiro se refiere a “monte alto y bien visible” o a “lugar de piedras abundantes e sobresalientes”. En un plano de la ría de Ferrol, obra del año 1498 del piloto veneciano Andrea del Corso, el lugar aparece denominado como Santeirum, lo que añade una nueva referencia al topónimo.

Debe señalarse la mantenida devoción de la gente marinera de la comarca hacia la Virgen de Chanteiro, de forma tal que hasta fechas recientes los tripulantes de embarcaciones de pesca de Ares y Mugardos, al pasar remando delante de la ermita, se descubrían en señal de devoción y respeto, levantando los remos y cantando una Salve en honor de la Virgen.

  

Tímpano de la ermita de Chanteiro

El Voto de Chanteiro

Iniciado el siglo XV una fuerte epidemia de peste declarada en Europa incidió en la comarca ferrolana. Los ferrolanos creyeron que fue remediada por intercesión de la Virgen de la Merced del santuario de Chanteiro, dependiente del convento franciscano de Montefaro. Por ello, los concellos de Ferrol, Ares y Mugardos hicieron el voto de visitar anualmente el santuario en una procesión conjunta de rogativa presidida por las autoridades civiles y religiosas, portando los pendones municipales y las cruces alzadas de las parroquias.

Según Montero Aróstegui, el lunes de Pascua del año 1404 los vecinos de Ferrol pidieron en rogativa a la Virgen de la Merced el remedio para la epidemia, ofrendando seis libras de cera en velas para el culto. Desaparecida la peste, “empujada con viento de levante la densa niebla que abrumaba al Ferrol y quedando su atmósfera enteramente limpia y despejada”, la ofrenda se consolidó en años sucesivos, añadiendo un amplio ramo de flores naturales, “la flor de Chanteiro”, llevado en andas por cuatro hombres.

La celebración, de sencillo ceremonial al principio, se convirtió con el tiempo en una aparatosa romería. Una amplia comitiva en botes acompañaba a las autoridades que viajaban en una falúa de Marina desde el muelle de Curuxeiras. Rematado el acto religioso se celebraba una romería popular, mientras que en el lugar del Baño tenía lugar un banquete para el clero y autoridades de la comitiva.

A los crecientes gastos de la fiesta, sufragados especialmente por el concello de Ferrol, se sumaron varios incidentes entre los religiosos de Chanteiro y los concellos de Ferrol, Ares y Mugardos, discutiendo la preeminencia en el orden de misas y en la prelación de cruces, además de incidentes durante el viaje de las embarcaciones a causa del mal tiempo y los alborotos de los asistentes, que según Couceiro Freijomil “convirtieron el acto religioso en una profana distracción”, convenciendo al concello ferrolano a poner el oportuno remedio. 

Ermita de la Virgen de Chanteiro

El año 1784 el Concello de Ferrol recordó al superior del convento de Montefaro la preferencia de Ferrol “antes que otros pueblos que concurren en el mismo día” para celebrar el Voto de Chanteiro. Los posteriores incidentes llevaron al Concello de Ferrol a solicitar el año 1825, sin resultado, la conmutación del Voto de Chanteiro. Llegada la exclaustración del año 1835 el Concello de Ferrol volvió a solicitar la conmutación del Voto, por tratarse de “una verdadera fiesta de diversión y regocijo”, lo que concedió el Obispado de Mondoñedo en diciembre de 1839, quedando Ferrol exento del Voto de Chanteiro, sustituido por la celebración en Pascua de una procesión a la capilla del Socorro en Ferrol Vello, llevando en rogativa al Patrón San Julián y celebrando una misa.

Esta conmutación del Voto de Chanteiro el año 1839 indignó a los vecinos de Ares y Mugardos, causando la protesta de sus alcaldes, el párroco de Cervás y el arcipreste de Bezoucos. Se reclamó al Arzobispo de Santiago la anulación de la conmutación realizada por el Obispo de Mondoñedo, por no tener competencia para ello, sin contar con la opinión de Santiago e incluso la de Roma, dado que se trataba de un voto a perpetuidad.


                                                                           Bando del Voto de Chanteiro

Mientras que en Mugardos y Ares se continuó celebrando el Voto de Chanteiro, en Ferrol fue perdiendo solemnidad y asistencia su celebración en la iglesia del Socorro, por lo que el año 1960 el Concello de Ferrol solicitó del Obispo de la Diócesis el traslado del Voto al domingo siguiente a la fiesta de la Virgen del Carmen. Con ello y a pesar del arraigo de la Virgen de la Merced en la comarca ferrolana, la celebración del Voto de Chanteiro fue decayendo hasta su práctica desaparición.

Referencias literarias y poéticas

En el ámbito de la cultura popular, el cancionero tiene un lugar destacado, y dentro del mismo las coplas y cantares dedicados a los santos y los santuarios guardan una de las manifestaciones más destacadas del folklore gallego. Son muchas y conocidas las coplas dedicadas a la Virgen de Chanteiro, como las citadas por Cardeso Liñares:

Nosa Virxen de Chanteiro,                   Dulce Virxe da Merced,

dánolo vento en popa,                         sempre está tan caladiña

que somo-los de Mugardos,                vento arriba ou vento abaixo,

levámo-la vela rota.                             sempre está na súa casiña.

 De gran interés es la canción mencionada por el escritor de Viveiro, Enrique Chao Espina, en el recorrido que realizó por la costa ferrolana:

                                                      Madre de Dios de Chanteiro,

o que non queira borrasca

non se meta mariñeiro.

Otra nueva copla popular, recogida por Juan A. Carneiro y Miguel A. Rodríguez, muestra la posición contrapuesta, y al mismo tiempo complementaria, que Chanteiro tiene con otro santuario de la comarca ferrolana, el de la Virgen del Nordés en Chamorro:

                                                      Nosa Virxe de Chanteiro

ten a cara para o mar

e a Virxe de Chamorro

tena para o vendaval.

 Otras cantigas populares sobre Chanteiro fueron recogidas por los autores de la obra Camiños de Ferrolterra: 

             Madre de Dios de Chanteiro,        Adiós Virxe das Mercedes,

está sentada na porta                    adiós Madre de Chanteiro,

mirando para os remeiros             volveremos os remeiros                          

como lle baixan a costa.                para o ano venideiro.

 Por último, otros poetas de la comarca ferrolana, como el segrel Xosémaría Pérez Parallé, dedicaron sus versos sencillos y sonoros a Nosa Señora de Chanteiro: 

    Nosa Virxe de Chanteiro

    que estás a carón da mar,

    terma do meu mariñeiro

    que na súa barca moza,

    saléu na noite a pescar.

 

SANTIAGO MATAMOROS

La representación iconográfica de Santiago el Mayor, conocida a nivel popular como Santiago Matamoros, tiene su origen histórico en la batalla de Clavijo del año 844, donde según la tradición el apóstol Santiago intervino montado a caballo apoyando a los cristianos en su lucha contra los musulmanes.

   

Santiago Matamoros en Compostela

Estamos en pleno Año Xacobeo. Los cada vez más numerosos peregrinos que llegan a la plaza compostelana del Obradoiro pueden ver, con unos quinientos metros de separación, dos representaciones de Santiago Matamoros: una presidiendo en la altura el palacio de Raxoi, sede del concello de Santiago, y el otro en un altar dentro de la catedral de Compostela.

La escultura de piedra del palacio de Raxoi aparece tal cual fue esculpida, con los musulmanes visibles bajo el caballo del Apóstol. En la escultura de madera de la catedral los musulmanes aparecen púdicamente tapados por ramos de flores. En estos tiempos convulsos, en que puede tener lugar cualquier atentado, vemos la diferencia de listeza de los estamentos políticos y religiosos.

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