54 EL PATRIMONIO ETNOGRÁFICO DE FERROL. LOS CRUCEROS Y LAS CRUCES DE PIEDRA

 

 

El crucero visto por los poetas   

Entre las numerosas muestras de arte popular de Galicia el crucero es una de las obras más abundantes, la que mejor se identifica con el paisaje, la más conocida y representativa de la cultura popular  y la que tiene mayor arraigo entre las gentes de la tierra. Junto con los petos de ánimas es la obra popular más vinculada a la religiosidad y creencias tradicionales del pueblo.

No es fácil precisar el número de cruceros del espacio urbano y rural gallego, al carecer de un censo completo. Sometidos a un continuo expolio, según diversas estimaciones el número de estas obras, de diferente valor artístico y etnográfico, y repartidas de modo desigual por la Comunidad Gallega puede oscilar entre 10.000 y 15.000 ejemplares.

La abundante presencia en el paisaje gallego de esta obra de hondo arraigo popular y tan consubstancial con la realidad gallega, inspiró la obra de un buen número de conocidos poetas, que no fueron indiferentes a su presencia. Una atenta lectura de sus poesías nos da a conocer como los cruceros encierran muchas claves de la cultura popular gallega.

Cristo de la Tahona

Son muchos y variados los lugares donde se alzan los cruceros. El poeta orensano Eladio Rodríguez González y el poeta lucense Avelino Gómez Ledo, nos recuerdan que estas antiguas obras, símbolo de las devociones populares, se levantan en diversos lugares en recuerdo de las generaciones precedentes:        

        Vellos cruceiros,                                       y-a beira das igrexas e dos adros,

        tristes, solitarios,                                      onde as desaparecidas

        erguidos a carón dos comareiros             xeneraciós rezaron.

                                                                                                           

       Encima dos valados                                    i-alí onde se xuntan

       da fonda corredoira,                                   en cruce algúns sendeiros

       alí onde a súa coira                                     os sinxelos cruceiros

      deixou pra sempre alguén;                          alí sempre se ven.

                                 

LOS CRUCEROS DE FERROL

En trabajos anteriores se han presentado varias cruceros de Ferrol: el Cristo de la Tahona, parte alta de un crucero medieval, hoy depositado en el Museo de la Semana Santa, y el crucero de Chamorro, obra de época barroca, remate de un Vía Crucis de cruces de piedra, levantado en la ermita de Chamorro.



 







Crucero de Chamorro. Rodríguez Soto


El crucero de la plaza de Canido

De gran interés etnográfico es el crucero que preside la plaza de Canido en Ferrol. Esta cruz de piedra, derribada y levantado varias veces, permanece como símbolo del barrio a través del tiempo. Del primer crucero de la plaza se escribe que fue bendecido, en presencia del conde Fernán Pérez de Andrade, precisamente el 3 de mayo del año 1387, festividad de la Invención de la Santa Cruz, de celebración tradicional en el barrio alto.

Siguiendo la tónica de muchos cruceros, diversos ejemplares fueron derribados y alzados de nuevo  hasta que el año 1938 fue bendecido el actual crucero de la plaza de Canido. Se trata de una obra vistosa, elegante y de buen porte, con imágenes de calidad y buena labra de Cristo y Virgen de la Piedad, que se continúa adornando con numerosos motivos florales como tradicional celebración de los Mayos, fiestas profanas, cíclicas, agrarias y estacionales que saludan la llegada de la Primavera, fiestas no celebradas en este año de estupidemia. 


 Crucero de la plaza de Canido. Misa, año 1925.  Fiesta de los Mayos, año 2000

También los poetas dedicaron sus poemas al crucero de Canido. La poetisa santiaguesa, Xohana Torres, ferrolana de corazón, recuerda el barrio alto con sus sentidos versos gallegos:

Eu vivín moitos anos no barrio de Canido,

batido polo vento nos seus catro costados,

casas no alto, rúas estreitiñas,

o Cristo do cruceiro, a fonte da Tafona ....

Entón, cantaba para nós unha sirena.

 Igualmente le dedica un soneto en castellano el poeta y maestro Manuel Masdías:

                                  Festejando tu Cruz, mayo florido        

                                  presta sus galas a tu Barrio amado;

                                  y a los pies de Jesús Crucificado

                                  se postra el pecador arrepentido.

Otros cruceros de la comarca de Ferrol

Dos cruceros parroquiales de interés son los de Santa María de Caranza y Santa Cecilia de Trasancos. Las columnas de ambos cruceros aparecen decoradas con una serie de relieves de símbolos de la Pasión: tres clavos, martillo, tenazas, disciplinas y escalera, una decoración que es habitual de los cruceros de la parte norte de las provincias de A Coruña y Lugo.

El crucero de la capilla de Santa María de Caranza es un ejemplar de formas genuinas. En la parte alta falta la cruz sólo queda una Virgen de la Piedad con el Hijo en brazos, tras una remodelación poco cuidadosa del año 1995.

En Santa Cecilia de Trasancos se levanta otro ejemplar de bonita decoración. La cruz muestra el detalle corriente usado por los canteros gallegos, de colocar más baja, e incluso con menor tamaño, la imagen de la Virgen comparada con la de Cristo, dando así preeminencia al Crucificado, principal protagonista del crucero.


               Cruceros de Santa María de Caranza y de Santa Cecilia de Trasancos

   Crucero de la ermita de San Cristóbal

En el campo frente a la ermita de San Cristóbal, reemplazando una obra antigua, se levanta un crucero de factura moderna. La cruz de palos cuadrangulares acoge las acostumbradas imágenes de Cristo con corona de espinas bajo cartela de INRI y sus pies sobre un supedáneo, y de la Virgen Inmaculada colocada orante sobre peana de nube, ambas de formas tradicionales y factura correcta. 

Los cruceros de los Olvidados. Cementerios de Catabois, Covas y Doniños

 En el cementerio municipal de Catabois y en los cementerios parroquiales de Covas y Doniños se alzan sendas cruces altas de piedra. Estas obras en recuerdo de los fallecidos, conocidas con el expresivo nombre de “Cruceros de los Olvidados”, son ejemplares sencillos, rematados normalmente con una cruz desnuda de imágenes.

 

Cementerios de Catabois, Covas y Doniños


Un recorrido por los cruceros de Galicia

Merced a mis sostenidas colaboraciones desde el año 1996 con Aulas no Camiño, entidad de grato recuerdo en la Universidad de Ferrol, durante varios años recorrí los cruceros de los diferentes Caminos de Santiago en Galicia (Francés, Inglés, Portugués, Norte y Primitivo), muchas veces acompañado de mi familia.

De la misma forma, gracias a mi pertenencia a la Asociación de Amigos dos Cruceiros, Asociación Galega para a Cultura e a Ecoloxía, Sociedade Cultural da Costa da Morte y otras, pude conocer muchas cruces de piedra gallegas, publicando una docena de libros sobre cruceros y numerosos artículos sobre los mismos en revistas culturales de toda Galicia, catalogando cientos de cruceros de la Comunidad.

    Ediciós do Castro. Sargadelos

Debo resaltar un especial a Ediciós do Castro (Sargadelos), con su fundador y director Isaac Díaz Pardo en primer lugar, por su apoyo en esta labor de dar a conocer los cruceros, auténtica señal de identidad de Galicia. Este apoyo contrasta con cierto olvido y dejación de estos monumentos populares por parte de la Xunta de Galicia, Diputaciones Provinciales y numerosos concellos gallegos.  

Dos sucedidos alrededor de los cruceros

En mi largo búsqueda de cruceros por Galicia, en cierta ocasión me encontré ante una de las situaciones más divertidas de mi vida. El caso me ocurrió cuando fotografiaba un peto de ánimas rematado por una cruz de piedra, perteneciente al Camino Portugués a Santiago, en la plaza do Toural, municipio de Vilaboa.

El peto de ánimas, además de mostrar el habitual Purgatorio de estas obras, incluida la presencia de curas con bonetes entre las llamas, incluía una representación poco corriente del Infierno, donde aparecían curiosas figuras de demonios, tocados con una especie de sombreros que más parecían tricornios de la Guardia Civil que otra cosa. 

           

                                                       Cruz y peto de ánimas de Vilaboa

Mientras hacia la fotografía de los demonios sin poder contener la risa ante las esperpénticas imágenes, fue cuando el paisano gallego que siempre aparece en estos casos sin que te apercibas de su presencia, me dio una lección, no sé si de educación o de antropología, diciéndome muy serio: “Teña vostede un respecto, que o Demo tamén é xente”. La verdad es que no supe dónde meterme.

En cambio la segunda situación fue una de las más tristes y emocionantes de mi vida, de forma tal que tuve que mantener el tipo para no llorar de pena. Me ocurrió en un crucero con “pousadoiro” (mesa de altar para rezos), en pleno monte de una parroquia cerca de Bruma, en el Camino Inglés a Santiago.

Cuando iba a hacerle una foto al crucero me encontré rezando de rodillas ante el crucero a una mujer, más o menos de la edad que yo tenía entonces, unos sesenta años. Lógicamente esperé a que terminara sus oraciones para poder realizar las fotografías del crucero.


                                                            Crucero con mesa de altar

Cuando la mujer terminó sus rezos, me explicó que había tenido un hijo de soltera, que había nacido muerto y que al no estar bautizado, el severo párroco no le permitió enterrarlo en el cementerio parroquial. “Como o cura non me deixou darlle terra sagrada, eu busqueina …..  e atopeina aos pés deste cruceiro”, me explicó.

Profundamente conmovido la escuchaba, mientras me contaba que llevaba cuarenta años yendo a rezarle todos los días a su hijo al pie del crucero. Este ejemplar es uno de los llamados “Cruceiros dos meniños” (también “Cruceiros dos anxiños”), dotados de altar o “pousadoiro”, que se reparten por diversos lugares de la Galicia rural, para acoger bajo su tierra los restos de niños y niñas que por alguna razón no pudieron ser enterrados en los cementerios parroquiales.     

Apostilla final

Los cruceros de Galicia, junto con los calvarios de Bretaña, las cruces de piedra de Irlanda y los “pelourinhos” de Portugal (todos ellos países atlánticos, por algo será ….), deberían gozar del honroso título de Patrimonio de la Humanidad.

“Reparade nos cruceiros e descubriredes moitos tesouros”. A.R. Castelao

 

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