27 EL PARQUE MUNICIPAL DE FERROL. BUSCANDO LA IDENTIDAD PERDIDA

 

LOS ANTECEDENTES DEL PARQUE MUNICIPAL

 Los aproximadamente 17.000 metros cuadrados que actualmente ocupa el Parque Municipal de Ferrol pertenecían a la antigua finca conocida como Huerta de los Frailes, que estaba situada en la parte alta del Campo de San Roque. Según una leyenda urbana esta zona estaba comunicada mediante un pasadizo secreto con la cercana iglesia de San Francisco, a la que pertenecían los terrenos.  

CAMPO DE SAN ROQUE. LAS OBRAS MILITARES

Incorporado Ferrol el siglo XVIII a la Corona, el terreno del Campo de San Roque fue comprado por la Armada. Su primera edificación fue el provisional Cuartel de Brigadas de Artillería de Marina, trasladándose a estas dependencias el año 1765 la Escuela de Pilotos, situada anteriormente en el antiguo arsenal de A Graña.

El año 1791 se inició la construcción de la Academia de Guardiamarinas, una ambiciosa obra proyectada por Francisco de Sabatini. El neoclásico edificio de tres plantas, cuya maqueta se conserva en el Museo Naval de Ferrol, preveía un observatorio astronómico en su parte alta, causa de la actual ausencia de cúpulas de las torres de la iglesia de San Francisco, para no obstaculizar la observación del cielo.

 

Cuartel de Guardiamarinas. Proyecto de Francisco de Sabatini

Por razones económicas la obra se suspendió el año 1796, cuando la primera planta estaba lista, empleándose luego sus materiales de piedra de granito en otras construcciones como el dique de la Campana del Arsenal Militar. A principios del siglo XX los terrenos del Campo de San Roque pasaron a usufructo del Ejército de Tierra, sirviendo de sede del Parque de Ingenieros y construyéndose la Central Telefónica Militar, hasta el pase de los terrenos a propiedad municipal el año 1940.

Central Telefónica Militar

EL PARQUE MUNICIPAL. LAS OBRAS DEL AYUNTAMIENTO

Una vez que pasó a propiedad del Ayuntamiento de Ferrol, se decidió construir un Parque Municipal. Situado en la confluencia de tres barrios: Magdalena, Ferrol Vello y Canido, se pensó en un espacio cerrado por una muralla en contraste con las Alamedas totalmente abiertas a la población. Evidentemente este cierre significaba un retroceso social, explicado por la necesidad de recintos cerrados para la celebración de fiestas, conciertos y otros actos donde se pudiese controlar la entrada. 

El nuevo Parque Municipal fue diseñado el año 1940 por el arquitecto municipal Nemesio López y el paisajista diseñador de jardines Luciano Turc, siendo inaugurado en julio de 1948 con el nombre de Parque Eduardo Ballester, nombre del entonces alcalde de la ciudad. El nuevo parque fue dotado de una abundante vegetación, donde destacaba la presencia de castaños y eucaliptos, plantándose luego magnolios, tilos, secuoyas, arces y cipreses.

 

Proyecto del Parque Municipal

En los años cincuenta se instaló en el recién inaugurado Parque, centrando un estanque octogonal, la artística fuente Wallace, una obra del escultor francés Charles Lebourg, que a partir de año 1872 elaboró una serie de fuentes similares repartidas por diversas ciudades do mundo. Vino procedente de la Praza Vella, donde estuvo colocada de origen al ser comprada por el ferrolano Juan Romero Rodríguez el año 1889 en la Exposición Universal de París. El grupo escultórico, donde destacan cuatro airosas cariátides soportando una cúpula, está elaborado de hierro fundido, aunque pintado de un tono imitando al bronce.

La Fuente Wallace y los bustos de personajes históricos

Alrededor de la fuente se colocaron los bustos de mármol blanco, procedentes de los óculos del nuevo Ayuntamiento de la plaza de Armas: Carlos I, Carlos III, Marqués de la Ensenada y Concepción Arenal, obras del escultor santiagués afincado en Ferrol Agustín López Fernández. Posteriormente se colocó otra serie de bustos de cemento, obras del mismo escultor, representando a personajes ferrolanos: Benito Vicetto, Pérez Villaamil, Álvarez de Sotomayor y Bello Piñeiro, alguno de ellos hoy perdidos. Todos ellos, de factura correcta, están colocados sobre amplios pedestales de piedra de granito.


                                                                         Monolito de Iglesias Brage

 El año 1954 se erigió un monumento en honor del aviador ferrolano Francisco Iglesias Brage, que el año 1929 llevó a cabo la primera travesía sin escalas del océano Atlántico. La obra, inaugurada con la presencia del propio aviador, consistía en un monolito prismático de granito de tono gris, colocado sobre un pedestal de dos escalones. A causa  de las obras para la instalación del jardín temático Aquaciencia desapareció el monumento,  desconociéndose su actual paradero.

EL JARDÍN DIDÁCTICO ACQUACIENCIA

Tras sufrir el Parque Municipal alguna modificación, como la que causó la pérdida del edificio de baile adosado al muro norte, se remodeló la zona occidental para instalar el jardín didáctico Aquaciencia, lo que trajo consigo la tala de numerosos árboles, especialmente eucaliptus, castaños y tilos, muchos de ellos centenarios.

Ocupando unos 5000 metros cuadrados el jardín Aquaciencia fue inaugurado el año 2000. En su recinto se pretende mostrar los importantes usos y funciones que desarrolla el agua, como elemento fundamental en la vida del hombre. Los visitantes, en especial niños, pueden contemplar una serie de diferentes aparatos e ingenios que muestran las facetas de la utilidad del agua. Hoy en día sus instalaciones se encuentran desatendidas y en estado deficiente.   

Instalaciones de Aquaciencia

Con motivo de la instalación de Acquaciencia también desapareció de la parte alta del Parque el amplio estanque de “parrulos” que hizo las delicias de las niñas y niños de Ferrol. El estanque, además de la bonita caseta de los patos, se adornaba con dos simpáticas esculturas, las llamadas “Niño de la Oca” y “Niño del Delfín”, obras del escultor Agustín López Fernández. Ambas esculturas y la caseta hoy también están  desaparecidas, mientras que los patos fueron exiliados al parque vigués de la Madroa donde pronto murieron de morriña.

El antiguo estanque y caseta de los patos

LA PIEDRA EN EL PARQUE MUNICIPAL

Una obra desconocida en el jardín

De curiosa se puede cualificar una lápida de piedra de forma irregular colocada sobre la hierba del jardín de la parte alta del Parque Municipal, en su zona noroeste, justo delante del edificio que con anterioridad era el Aula de Ecología Urbana. En la inscripción que lleva al frente parece leerse : “--------------- DE LA VIRGEN SANTÍSIMA DEL PILAR DE ZARAGOZA”, y debajo, una posible fecha, hoy ilegible, en números romanos. No se la llegado a conocer el origen de esta lápida. 

  Lápida situada en los jardines altos

Los canteros del Parque Municipal

 En la rampa del Parque Municipal que sube por la derecha hacia el edificio de la cafetería están colocadas una amplia serie de losas de granito que llevan grabados unos variados dibujos geométricos, hechos en época reciente, fruto de una escuela de canteros que estuvo trabajando en el Parque durante la década de los años 1960, sirviendo de escuela de los propios canteros al tiempo que hacían más seguro el paseo de los peatones.

 Trabajos de la escuela de canteros del Parque Municipal

LA ÚLTIMA REFORMA DEL PARQUE MUNICIPAL

El año 2013 finalizó un proyecto tratando de convertir el Parque Municipal en un deseable lugar de encuentro y vínculo de unión entre los barrios históricos de la ciudad. Se instaló un nuevo cierre permeable sustituyendo las antiestéticas murallas de las calles de la Estrella e Imeldo Corral y se suavizaron el resto de los límites. Se diseñó un acceso exterior en rampa desde la calle Breogán, mientras se instalaba una nueva entrada principal de diseño poco estético y se colocaba un absurdo mirador de cristal hacia la calle Espartero, que solo permite vislumbrar el acceso al antiestético callejón del Cuco.

Como resultado de la apertura de las murallas, los pocos pavos reales que quedaban se dedican a pasear despistados por los aledaños del Parque, sustituidos en ocasiones por algún jabalí que allí entra por la noche. En estos momentos se encuentra descuidada la fuente Wallace, descabezados los bustos de personajes famosos, despintados los bancos de asiento, descuidados muchos árboles y desatendidos los senderos y jardines.

 

Pista de baile y palacete del Parque Municipal. Años 1970

Después de tantos años, un deseable lugar de descanso y solaz lleva camino de ser un despoblado lugar público como resultado de una desidiosa gestión. No se ha conseguido que el Parque Municipal, tan bien descrita su historia por María José Leira y sus monumentos por Pedro Javier González, sea una adecuada zona verde para el paseo, el esparcimiento infantil y la comunicación ciudadana, como lo fue en su época. Queda mucho que hacer para mejorar y conseguir recobrar la identidad perdida del Parque Municipal de Ferrol.

 

 

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