23 LA PINTURA MURAL EN FERROL

BELLO PIÑEIRO Y GONZÁLEZ COLLADO

LAS PINTURAS MURALES

Desde la antigüedad la pintura mural fue una concepción artística y un recurso pictórico utilizado por el hombre. Sin necesidad de remontarnos a la prehistoria, podemos ver numerosos ejemplos de este arte mural en el Renacimiento y el Barroco. El siglo XX volvió a propiciar un desarrollo de esta pintura, aplicable directamente en la pared (al fresco o al seco) o utilizando materiales cerámicos y otros soportes.

En Galicia tenemos destacados pintores de murales, como son los casos de Rodríguez Castelao, Luis Seoane, Urbano Lugrís, José Laxeiro y Carlos Sobrino, que han dejado su obra en diferentes lugares de la Comunidad gallega. En Ferrol destaca especialmente la obra de Bello Piñeiro y de González Collado.

PINTURAS MURALES MODERNISTAS DE BELLO PIÑEIRO

SALA DE CONVERSACIONES DEL CASINO DE FERROL

Entre las obras modernistas de Rodolfo Ucha en Ferrol se encuentra el Casino Ferrolano, construido a partir del año 1922 en la calle Real. En su planta baja se encuentra la Sala de Conversaciones, más conocida por su nombre popular de la Pecera, un amplio salón dotado de una larga cristalera que mira a la calle. Su techo y sus paredes están decorados con unas simbólicas pinturas murales modernistas, únicas en su género en Galicia, obra del pintor natural de Mugardos Felipe Bello Piñeiro. Esta decoración mural, que abarca algo más de cien m2 y que constituye un homenaje al paisaje de San Andrés de Teixido, se realizó en varias etapas, entre los años 1925 y 1936. 




Vista de conjunto de las pinturas murales

 La obra muestra un singular conjunto decorativo dentro del espíritu modernista vigente en España de aquella época, uniendo influencias inglesas y orientales a una concepción panteísta del autor, que hace de su trabajo una recreación del paisaje gallego y de sus especies vegetales.

Como resultado de la obra de Bello Piñeiro, el techo quedó recubierto de una decoración vegetal, con predominio de tonos verdes, ocres y dorados, que alterna casetones decorados con dibujos de entrelazos célticos con otros que muestran dibujos de la emblemática flor del tojo. El casetón central se decora con una armoniosa combinación de hojas de roble y castaño, otras dos especies autóctonas de Galicia.

 


                                                             Vista parcial de la decoración

En las paredes del Salón de Conversaciones se van alternando varios paneles decorados con diferentes escenas de paisajes y motivos vegetales. Sobre un armonioso fondo verde aparecen mezcladas las doradas hojas del roble y castaño y las amarillas flores del tojo, añadiéndose la presencia del pino gallego, tanto en forma de sus agujas como de sus frutos.

En los paneles se muestran además expresivos paisajes de la ribera de la ría de Ferrol y del espacio natural del santuario de San Andrés de Teixido, tradicional lugar de peregrinación de la comarca, además de variados elementos simbólicos.  Destacan dos representaciones diferentes del propio apóstol San Andrés, ambas de carácter popular (los típicos “sanandreses”).

 

      Visiones de San Andrés

 Como característica singular de estas pinturas murales cumple resaltar la personal dedicatoria del autor que aparece escrita y que apenas se puede leer en un lateral del techo. Además de agradecer el apoyo de sus amigos Felipe de Vierna y Gumersindo Otero, dedica de forma especial este trabajo a otra persona de la que escribe que se trata de “un nombre de mujer que no diré nunca y por el cual toda Galicia está representada aquí”.

Dedicatoria escrita en el techo

Por respeto al propio Felipe Bello Piñeiro y a este amor atormentado, no damos a conocer en este trabajo el nombre de la  conocida mujer ferrolana que constituyó el gran amor de la vida del pintor de Mugardos.  Precisamente el desenlace poco afortunado de esta relación amorosa contribuyó a la muerte del pintor, que fallecería años más tarde alcoholizado.

 


Juego de Café Sargadelos

 En recuerdo al pintor de Mugardos, la Fábrica de Cerámica Sargadelos ofrece entre sus obras un decorado juego de café inspirado en los geométricos dibujos florales que Bello Piñeiro llevó a cabo en los murales del Casino de Ferrol.

 

LAS PINTURAS MURALES DE GONZÁLEZ COLLADO

En Ferrol, el pintor recientemente fallecido, José González Collado, dentro de su abundante producción, que incluye acuarelas, óleos y dibujos, ha dejado un interesante conjunto de pinturas murales, utilizando diferentes materiales y técnicas, algunas de ellas tristemente desaparecidas o en mal estado, y otras situadas en lugares de difícil acceso público.

Según sus biógrafos, Esperanza Piñeiro y Andrés Gómez Blanco, la primera obra mural que dio a conocer el pintor ferrolano fue un trabajo de cerámica que presentó el año 1959 en una exposición de la Casa de la Cultura de A Coruña. También fuera de Ferrol, el año 1961 pintó un amplio mural para la decoración del Centro Gallego de Madrid, sintetizando el paisaje del campo gallego.

Realmente las primeras pinturas murales que llevó cabo González Collado fueron las realizadas en Ferrol durante la época que hizo el servicio militar. Estas pinturas, de tema bélico, adornan las paredes de la Residencia Militar Baluarte y presentan un estilo y unas características formales que no dejan entrever su personal arte posterior.


Residencia Militar Baluarte
              

Siguiendo con su obra en Ferrol, González Collado llevó a cabo el año 1959 un amplio mural sobre cerámica cocida, decorando las paredes de los almacenes de tejidos Rafael y Vicente. Esta pintura mural de alto valor artístico y llamativo colorido, que representaba la historia del traje, sufrió diversas vicisitudes y hoy el establecimiento donde se encontrba el mural está cerrado al público.

Almacenes Rafael y Vicente 

Una serie de murales de gran interés son los que realizó el pintor y muralista ferrolano para el desaparecido Bambú Club, un conocido local de hostelería del barrio de Recimil, que hacía esquina con la plaza de España. Cerrado desde hace varios años y demolido en parte, el local, de triste propiedad municipal, todavía conserva una serie de pinturas murales que reflejan diversos temas tropicales, una obra que tampoco hoy es accesible al público.


Local del Bambú Club

De otro tipo, pero igualmente digno de resaltar, era el adornado mural de cerámica que decoraba la nueva iglesia de la parroquia ferrolana de Santa Mariña do Vilar, una escena bíblica pintada directamente sobre la piedra de la fachada. La mala calidad de la construcción obligó a demoler recientemente la fachada, desapareciendo la pintura mural de González Collado.


Iglesia de Santa Mariña 

Sin embargo, en diversos lugares de Ferrol se conservan pinturas murales en relativo buen estado de González Collado, caso del edificio de la Cocina Económica, las instalaciones del Gran Hotel Hesperia y la sede del Colegio de Ingenieros Industriales.

                                                                              


                                              

Cocina Económica de Ferrol

Gran Hotel Hesperia. Colegio de Ingenieros Industriales

Como contraste, en una conocida cafetería de la calle Real de Ferrol pueden verse los restos de varias pinturas murales del pintor ferrolano que quedaron completamente arruinadas tras las reformas realizadas en el local.


Cafetería de Ferrol

OTRAS PINTURAS MURALES Y VIDRIERAS DE IGLESIAS

Otras ejemplos de pinturas murales de Ferrol, en este caso en iglesias, son una imagen de Cristo que permanece en el ábside en el altar de la iglesia de Santa Mariña do Vilar, obra de Segura Torrella;  una representación de San Fernando montado a caballo en la fachada del templo de la Virgen del Pilar de Recimil, obra del pintor madrileño, vinculado a Galicia, Seijo Rubio; y una serie de pinturas del retablo de la iglesia de San Martiño de Covas, obra de Carlos Villaamil.


Imagen de Cristo. Segura Torrella 

En lo que se refiere a las vidrieras de iglesias de Ferrol es digno de señalar el conjunto que representa diversos personajes históricos y religiosos relacionados con la Orden mercedaria. Fue una obra realizada el año 1926 por el artista ferrolano Camilo Díaz Baliño en el ábside y el coro de la iglesia neogótica de la Virgen de la Merced.


Vidrieras de la iglesia de la Merced. Díaz Baliño

 

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