EL MAR, LOS SANTOS Y LOS BARCOS DE PIEDRA
En las costas bañadas por el océano Atlántico, desde Galicia hasta Irlanda, son abundantes las leyendas de los santos llegados por mar. En muchos lugares de la geografía gallega se conserva la memoria histórica de la llegada a la costa de la Virgen María y de ciertos santos a bordo de embarcaciones que luego se transforman en rocas de carácter mágico, los llamados “barcos de piedra”. Son los casos del Apóstol Santiago en Padrón, la Virgen de la Barca en Muxía y San Andrés de Teixido en Cedeira, incluso Santa Comba en la isla ferrolana de Covas.
Cristo de la
Cadena. Neda
Otras imágenes del
Crucificado existentes en Galicia que se reputa llegaron por mar, son el Santo Cristo de Santa María de
Fisterra, el Cristo de la Agonía de San Pedro de Muros, el Cristo de la Victoria de la Iglesia Colegiata
de Vigo, el Cristo do Consolo de
Cangas do Morrazo, el Cristo das Augas de
A Guarda y el Santo Cristo de la Catedral de San Martiño de Ourense. Varias de estas imágenes, de reconocida
devoción en Galicia, son los que se muestran en las siguientes ilustraciones.
Una vez reparadas sus averías y habiendo mejorado el tiempo, el buque decidió hacerse de nuevo a la mar, pero cada vez que llegaba a la bocana de la ría ferrolana se desataban de nuevo los vientos, teniendo que volver a puerto. Al advertirse que rezumaban agua las tablas de la cubierta del buque, se retiró la carga y se descubrió la presencia de una imagen de Cristo, escondida entre la salmuera de las bodegas. Interpretando de esa manera el deseo del Cristo de quedarse en la villa, se depositó la imagen en la vieja iglesia parroquial.
Varios autores, con ligeras variantes en su exposición, han tratado sobre esta antigua leyenda ferrolana. Últimamente lo ha hecho una publicación sobre leyendas ferrolanas, obra de Esperanza Piñeiro y Andrés Gómez, ilustrada con imágenes del pintor ferrolano González Collado.
El Cristo de los Navegantes. Primitiva imagen
La imagen de la iglesia parroquial de Ferrol Vello está considerada una obra anónima datada el siglo XVII, una escultura de cierta sequedad y dureza formal, con una anatomía bien marcada y sin la menor complacencia estética. La imagen, que presenta buenas proporciones, tiene cierta expresividad dentro de su rusticidad, poseyendo las características del arte barroco popular.
Colocada sobre una cruz prácticamente
sin adornos, casi en una forma de tau, aparece una imagen tradicional de un
Cristo crucificado con tres clavos, musculoso y sufriente, representado como muerto,
con las manos entreabiertas, la cabeza coronada de espinas, claramente ladeada a
la derecha, y con el paño de pureza de abundantes pliegues atado al mismo lado.
Un par de salvavidas y otros elementos marineros flanquean el altar del Cristo.
La nueva imagen de Cristo es un Crucificado también de tres clavos, con las manos abiertas y la cabeza coronada de espinas y caída al lado derecho como es tradicional, pareciendo estar más apoyada que colgada de la cruz. Se trata de una obra de cierto primitivismo y de un buscado patetismo, mostrando cierto parecido formal, incluso en la vestimenta y sus atributos, con las efigies de conocidos Cristos de las iglesias gallegas.
El Cristo de los Navegantes. Nueva talla procesional
La procesión, que transcurre acompañada de fieles a cara descubierta, ha pasado por diversas y discutidas alternativas en la responsabilidad de su organización, incluso se ha variado de forma poco adecuada su habitual recorrido histórico, lo que no impide que para muchos sea considerada la manifestación religiosa más sencilla y auténtica dentro de la variada Semana Santa de Ferrol, reflejando la tradición del más antiguo barrio de la ciudad.
Procesión del Cristo de los Navegantes. Ferrol Vello
EL CRISTO DEL BUEN VIAJE
Al
principio de la década de los años 2000 desapareció una imagen de Cristo crucificado,
situada en una hornacina del muro de San Roque (hoy convento de las Esclavas),
una artística talla en madera del siglo XVIII que con anterioridad había estado
colocada enfrente, en otra hornacina de una casa de la calle San Francisco,
donde hoy se alza el Parador de Turismo, marcando el límite entre Ferrol Vello
y el barrio de la Magdalena. La imagen, muy arraigada en la religiosidad
popular ferrolana, no llegó a recobrarse y en su lugar se colocó una moderna
talla protegida por una reja metálica.
Según el historiador Ricardo Nores, la imagen desaparecida de la
hornacina de San Roque era una obra del siglo XVIII que pertenecía a la capilla
del Buen Viaje de Ferrol Vello, que estaba adosada a la antigua Puerta del Castro
de Ferrol Vello, un templo fundado por el obispo Juan Bermúdez de Mandiá a
mediados del siglo XVII. Cuando se derribó la capilla, el conocido como Cristo
del Buen Viaje fue llevado a la mencionada vivienda de la calle San
Francisco.
Cristo de San Roque. Imágenes antigua
y actual
OTRAS IMÁGENES DE CRISTO EN FERROL
Otras
imágenes de Cristo Crucificado de gran interés, muchas de ellas llevadas en procesión
durante la Semana Santa de Ferrol, se pueden ver en diferentes templos de
Ferrol. Además de las tallas de Cristo en la Cruz existen otras variadas representaciones
de Cristo (Nazareno, Yacente, Ecce Homo, Resucitado, Descendimiento). Muchas de
ellas, que fueron estudiadas por diferentes autores en publicaciones de la
Semana Santa ferrolana como Arimathea y Ecce Homo, podrían ser objeto de un
trabajo específico.
Por su
interés histórico se citan aquí otras dos imágenes de Cristo Crucificado. La
primera de ellas pertenece a la Cofradía de las Ánimas del Purgatorio y estuvo
muchos años expuesta en la antigua iglesia de San Julián de Ferrol Vello, siendo
utilizada en tiempos pasados durante el acto solemne del Descendimiento que
tenía lugar en la Praza Vella de Ferrol. Debido a ello la imagen, procedente de
aquel templo y hoy colocada en el baptisterio de la Concatedral de San Julián,
llevaba en sus hombros un curioso mecanismo de articulación.
La segunda
de las tallas, el Cristo de la Buena Muerte, también conocido como Cristo de la
Luz, es una obra del siglo XVII, considerado el Cristo más antiguo de Ferrol,
de buen tamaño y elegante factura, que se encuentra en un altar lateral de la
iglesia de la Orden Tercera. Procede de la capilla del Buen Viaje, templo del
siglo XVIII que ya se indicó que estuvo adosado a la antigua Puerta del Castro.
Cristo de Ánimas. Cristo de la Buena Muerte
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