Cuando el año 1726 el rey Felipe V declaró a Ferrol capital del Departamento Marítimo del Norte, se levantó un astillero y un pequeño arsenal en la villa de A Graña, por Real Orden de 5 de diciembre de 1726. Aunque los primeros buques de este astillero se armaron a partir del año 1730, pronto se vio que no cubrían las crecientes necesidades de la Armada, por lo que se pensó en unas instalaciones más completas en el viia de Ferrol. Por ello, una Real Cédula de 21 de septiembre de 1733 del rey Felipe V otorgaba a Ferrol la condición de villa de realengo, cesando el señorío jurisdiccional de los condes de Andrade y Lemos.
Reinando el
primer monarca de la casa de Borbón, el rey Fernando VI, el Marqués de
Arsenal de Ferrol. Año 1756
La construcción de los doce buques del Apostolado
Tras la
construcción inicial de varios navíos en las gradas de Esteiro, su momento de
mayor esplendor llegó con la puesta en quilla simultánea de doce navíos de
línea por orden del Marqués de
La puesta en quilla de los doce buques del
Apostolado se verificó entre mayo y noviembre de 1752. Las primeras botaduras fueron
las de los navíos Oriente o San Diego de Alcalá y Eolo o San Juan de Dios, en agosto de
Como subraya José M. de Juan en su trabajo
sobre el Apostolado, publicado el año 2001 en la revista FerrolAnálisis, los
doce navíos se construyeron de acuerdo al proyecto aprobado el año 1752 en
Madrid por
La primera visita
del Padre Sarmiento
Este período de intensa actividad de astilleros, unido a las notables obras de construcción de un moderno Arsenal, en virtud de Real Orden de 14 de enero de 1750, y de una ciudad levantada de nueva planta, originó que desde mediados del siglo XVIII, Ferrol fuese visitado por diversos personajes. Entre estos visitantes destacan varios miembros de la iglesia gallega, representantes de una Ilustración que también alumbraba nuevas luces en el mundo eclesiástico. Uno de ellos fue el fraile benedictino Martín Sarmiento, que visitó Ferrol en dos ocasiones.
Fray Martín Sarmiento, fue un sabio
estudioso e investigador tenaz, considerado como un verdadero precursor del movimiento
ilustrado. En el mundo Pedro José García de Seraxe Balboa, nació de padres
pontevedreses en Villafranca del Bierzo el año 1695, regresando a Pontevedra a
los pocos meses de nacer. Con su carrera eclesiástica finalizada, a partir del
año 1727 se instaló en Madrid, de donde salió solamente para realizar sus conocidos
viajes a Galicia los años 1745 y 1754, ambos de especial interés por las
visitas que hizo a Ferrol y sus referencias descriptivas de la ciudad, arsenal
y buques de
En el primer viaje llegó el 7 de agosto de
1745 al monasterio benedictino de San Martín de Jubía. El domingo día 9 se
trasladó a Ferrol pasando por las feligresías de Santa Cecilia, San Juan, Santa
Marina y San Salvador de Serantes. Se desplazó luego a San Román de Doniños,
informando que tiene un lago de un cuarto de legua de circunferencia y la
tradición de una ciudad sumergida llamada Valverde, y a Santa María de Brión,
lugar del que escribe: “Aquí está
Narra luego su visita a la villa de La
Graña y su puerto, visitando la instalación del Bispón “donde está la pólvora”
y el castillo de San Felipe “que no está acabado y tenía montadas 117 piezas”,
informando de la existencia de las baterías de este tramo de costa: San
Cristóbal, Cariño, Canelas y Pieiro. Describe la costa sur de la ría de Ferrol
con el cabo Segaño, el monte Faro, los castillos de San Martín y de
Después de considerar que las villas de
Mugardos,
Llegado a la villa de Ferrol, de cuyo centro urbano no hace referencia por no haber empezado las obras del nuevo barrio, informa de su pasó por Recimil, Caranza, punta del Montón, Lóngaras, Domirón y Faísca hasta llegar al Priorato de Jubia, a una legua de Ferrol, pasando la noche en el monasterio benedictino, regido por un conocido personaje ilustrado: el fraile pontevedrés Felipe Colmenero. Así terminó esta primera e intensa visita de un día a la ría de Ferrol.
La segunda visita del Padre Sarmiento
Diez años más tarde, junio de 1755, fray Martín Sarmiento realizó una nueva visita a Ferrol, en un amplio viaje que realizó a Galicia. Salió de Pontevedra el 9 de Junio “a ver las obras de Ferrol”, alojándose de nuevo en el Monasterio de San Martín de Jubia. Desde allí realizó un recorrido por el Camiño Vello de San Andrés de Teixido, que reflejó minuciosamente en su obra.
El 16 de junio se trasladó a Ferrol, pasando
por Caranza, Esteiro, Recimil y la Magdalena, permaneciendo hasta el 23 de
Junio alojado en el convento de San Francisco. Con su peculiar estilo
telegráfico narra los lugares que recorrió dentro del municipio, donde visitó
la ermita de la Virgen de Chamorro (“Chamorro, si de clamore ¿”), Doniños
(“Dízese que aquí hubo una ciudad y se anegó. El lago era dulce y que tenía
fondo”), Prioiro (“Allí cogí las camariñas con frutilla, hay muchas matas”),
Cobas (“Hermita de Santa Comba en una isleta”), San Cristóbal, Monte Faro, San
Xurxo, Pietro, Viñas y Cariño (“Estoy que viene de Carina, que se toma por nave”).
De La Graña, Sarmiento escribe que disponía de magníficos almacenes y que había doce navíos de línea, “unos acabados y otros no”. Con respecto a Ferrol, donde visitó a Antonio Perea, intendente de Marina, y a Josefa Cayetana Pardo, marquesa de San Saturnino, escribe que en Esteiro vio un navío botado el 12 de junio, refiriéndose al Vencedor, y contempló la salida de puerto del Dragón y el Eolo, que tuvieron que fondear en la ensenada de Cariño por la falta de viento.
Empezó su visita de Ferrol por la punta de
Caranza “donde está la ensenada para maderas” y siguió por el astillero de
Esteiro viendo los buques del Apostolado, con “sus doce quillas, y entre ellas
seis con navíos”. Visitó el Héctor
del que dice: “entré en él y ví y paseé sus tres puentes. Tiene 70 cañones y
creo
El fraile benedictino siguió su recorrido por el “Monte Real del Esteyro” y la “ensenadilla de Caranza”, siguiendo por la “gran plaza, habitaciones del Intendente y cuarteles para tropa de tierra”, refiriéndose al Cuadro de Esteiro y al Cuartel de Dolores. Contempla luego “la excavación para el dique, donde se han de carenar los navíos en seco”, visita luego la amplia dársena del Arsenal recorriendo “el muelle y puerto en construcción”, de donde “salen dos paredones inmensos al mar, y en su ancho ha de aver almacenes de pertrechos de mar y de artillería”.
Armas Reales de Felipe V
Por último, informa de las obras del
“grande canal o foso asta el astillero, capaz de barcas y comunicación”, que separará
el Arsenal y la nueva ciudad de Ferrol que “se hará cogiendo la ladera del
Norte”. El 23 de junio parte para el monasterio de Jubia, citando los lugares
de “San Roque; Madalena; a la izquierda San Amaro; Recimil; puente y río de
Esteyro; Caranza y río Areosio; Gándaras do Couto; Colmentes a la izquierda;
Domirón: Lóngaras; río, ensenada y punta; Vilar y Juvia”. Remata la descripción
de su viaje escribiendo que “todas las obras Reales quedan a la derecha sobre
el mar; y a la izquierda la futura ciudad”.
De esta manera remata la visita a Ferrol de Fray Martín Samiento que visitó con detalle el arsenal de A Graña y el astillero de Esteiro, pero que apenas conoció el arsenal de Ferrol. Precisamente el artístico escudo con las Armas Reales de Felipe V perteneciente a la base de A Graña, escudo que conoció el ilustrado clérigo gallego, se colocaría posteriormente en la Puerta de Parque del arsenal de Ferrol.
Las señas de identidad de Ferrol
En la primera fotografía (real) vemos juntas cuatro muestras de las posibles señas de identidad de Ferrol. La Fuente de San Roque representa la Ilustración, el Chalet de Antón recuerda el Modernismo, el marco del kilómetro 112 evoca el Camino Inglés y las señales de tráfico quieren representar el Plan de Movilidad, la última ocurrencia genial que tuvo el Concello de Ferrol.
La segunda ilustración (realmente un montaje) muestra como le gustaría al Foro de Amigos de Ferrol que fuese realmente la imagen anterior, quitando de la fotografía el inoportuno y antiestético aderezo de la señal de tráfico y a su vez, y sobre todo, haciendo desaparecer de la realidad ciudadana ese horrible tormento y ocurrencia del Plan de Movilidad que ha elaborado el Concello, con lo que quedarían sólo en pie las tres verdaderas señas de identidad de la ciudad.
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