La escultura, en principio de carácter conmemorativo, ha derivado a unas obras oportunistas que ratifican la prepotencia del poder político de turno. Desde el centro de la urbe a la periferia se van prodigando en plazas y jardines las obras escultóricas encargadas por los gobernantes, muchas de ellas no adecuadas y en ocasiones verdaderas ocurrencias, que llegan a un estúpido delirio, en el caso de las rotondas circulatorias.
En este escenario, Ferrol, ya desde tiempos atrás, presenta el curioso fenómeno de los cambios de lugar, la itinerancia y la trashumancia de los monumentos públicos. Al paso de los años, varias obras escultóricas, estatuas y monolitos han sido cambiados del lugar donde nacieron, cuando no desaparecieron.
EL OBELISCO DE COSME CHURRUCA
El Obelisco en honor del marino Churruca
El Obelisco erigido en honor del marino Cosme Churruca
en el centro de la plaza de Armas entre los años 1812 y 1813, nació como una
monumental fuente pública de cuatro caños,
por la iniciativa del Capitan General de Galicia Francisco J. Abadin, siendo
costeada por la Armada y construída bajo la dirección del arquitecto municipal
Miguel Ángel de Uría. Obra de buenas proporciones y de notable equilibrio
compositivo, fue trasladada el año 1951 a los jardines de San Francisco,
perdiendo su utilidad de fuente.
Sobre un pedestal de más de cuatro metros de altura se levanta el elegante obelisco que, contando el propio pedestal, alcanza más de trece metros de altura. El fuste del obelisco, estriado y de sección decreciente en altura se remata de una simbólica urna cineraria y se alzó en honor del marino vasco Cosme Damián Churruca, muerto, como muchos ferrolanos en la batalla naval del cabo Trafalgar.
EL BUSTO DE CASTO MÉNDEZ NÚÑEZ
Un caso especial son los tres cambios de lugar a los que ha estado sometido el busto del marino vigués Casto Méndez Núñez, una escultura de bronce naturalista y de aire verista, obras del escultor santiagués Juan Sanmartín de la Sarna. Erigido el año 1893 en la plaza del Callao, fue trasladado a principios del siglo XX al Cantón de Molíns, recuperando su situación primitiva en la plaza del Callao el año 1995, esta última vez perdiendo su pedestal original en el traslado.
LA FUENTE DE LA FAMA
La fuente fue trasladada el año 1903 a las proximidades de la Puerta del Parque, perdiendo su utilidad de fuente, al tiempo que se le colocaba un nuevo remate de una escultura de bronce que representa a la Fama dotada de dos trompetas, significando la buena y la mala reputación.
La Fuente de la Fama
La pareja de estatuas de Marte y Júpiter, las esculturas públicas más antiguas de Ferrol, fueron levantadas frente a la Casa Consistorial como adorno del Paseo de las Delicias el año 1863, tratándose de unas obras elegantes dentro de su sencillez. Fueron trasladadas el año 1957, junto con los amplios jarrones y los bancos de piedra serpentina, a los Jardines de San Francisco.
Ayer: cuidado y civismo
Hoy: descuido y abandono
Actualmente el conjunto trasladado se encuentra en un mal
estado de conservación, a pesar del intento de reconstrucción hace poco tiempo
de la estatua de Júpiter, mientras que la estatua de Marte se encuentra
prácticamente destruida. Igualmente los bancos de piedra serpentina y los
jarrones se encuentran en evidente mal estado.
La fuente Wallace, comprada en París el año 1889 e instalada de origen en la Praza Vella, fue trasladada el año 1950 al Parque Municipal.
El busto de Antonio Piñeyro, levantado el año 1925 en el patio del Hospital de Caridad, fue llevado a los jardines del nuevo Hospital General de Caranza el año 1974.
Fuente Wallace Antonio Piñeyro
MONUMENTOS ERRANTES
Seguimos con dos tristes casos. El monumento más antiguo de Ferrol y una de las cruces de piedra gallegas más antiguas es el Cristo de la Tahona, conocido a lo largo de Galicia como el Cristo Errante. De vuelta del cementerio cultural del monte Gaiás fue desterrado a una sala esquinal del Centro Cultural de la calle Concepción Arenal, para ser llevado finalmente al Museo de la Semana Santa, con la que poco tiene que ver.
El histórico escudo municipal de Ferrol que coronaba el antiguo Consistorio del siglo XVIII, después de diversas alternativas de destierro, hoy es utilizado como florero de entrada del presunto Centro Cultural municipal.
Cristo de la Tahona Escudo de Ferrol
OTRAS TRASHUMANCIAS
Más casos de trashumancias y/o desapariciones de la vista pública. La estatua ecuestre de Franco, que fue causa de la conversión en Zona Cero de lo que en su día era la plaza de España; el monumento a los Artilleros del Ejército, desaparecido de la Avenida do Rei; el cenotafio de los Médicos de la Armada, situado en el patio exterior del Hospital Naval; el artístico óleo del Descendimiento de Agustín Robles, colocado de origen en la capilla del cementerio de Canido; el Cristo situado originalmente en la hornacina de San Roque. El inteligente lector puede hacer un ejercicio de seguimiento de estas y otras trashumancias.
Se puede seguir hablando de las cuatro estatuas que rodeaban la cúpula del nuevo edificio del Ayuntamiento, colocadas el año 1953 y hoy desaparecidas. De la misma forma, cuatro bustos situados en los óculos frontales del Ayuntamiento, fueron trasladados al Parque Municipal donde se colocaron sobre pedestales, junto con otros cuatro bustos de nueva hechura; dos de estos bustos se encuentran desaparecidos.
MONUMENTOS TRASLADADOS AL INTERIOR
Durante años, dos señeras esculturas de piedra, casi gemelas,
de los Leones de Esteiro estuvieron colocadas en la puerta del Museo de la
Construcción Naval. Ambas obras servían de bitas de amarre de los buques el
siglo XVIII en las gradas del Apostolado del Astillero de Esteiro. Con buen
criterio fueron trasladadas al interior del Museo de Herrerías.
El Peto de ánimas de San Julián, obra del siglo XVIII procedente de la antigua iglesia de Ferrol Vello, también fue trasladado desde la puerta de entrada lateral al pasillo interior de la concatedral de San Julián. Al igual que las esculturas de los Leones, cuando se encontraban en el exterior, el peto servía de soporte de un cenicero.
Dejamos para el final que el inteligente lector adivine a que personaje nacido en Ferrol pertenece el enorme y poco estético busto que se acompaña y el lugar donde se encuentra hoy en día. Hace algún tiempo un concejal de cultura ferrolano tuvo la humorada de colocar este busto presidiendo el patio principal del Centro Cultural.
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