31 EL ASTILLERO DE FERROL DEL SIGLO XVIII. LA SALA DE GÁLIBOS Y EL GRAN TINGLADO

 

Dos edificios industriales de amplio tamaño levantados durante el siglo XVIII en el Real Astillero de Esteiro, uno de ellos desaparecido y el otro remodelado, fueron un reconocido ejemplo de instalaciones del Patrimonio Industrial de Ferrol. Se trata de los edificios conocidos como la Sala de Gálibos y el Gran Tinglado.  

LA SALA DE GÁLIBOS

Una de las construcciones más interesantes levantadas el siglo XVIII en el astillero de Esteiro fue la conocida como Sala de Gálibos, obra construida el año 1752 bajo la dirección del constructor inglés Richard Rooth. Las salas de gálibos de los astilleros tenían por objeto trazar las líneas a escala natural de un buque y luego construir las plantillas y moldes de las cuadernas y demás elementos estructurales, a partir de los citados trazados.

La Sala de Gálibos fue una de las primeras instalaciones industriales levantadas en el astillero de Esteiro. Se trataba de un amplio edificio de buena construcción de dos cuerpos, levantado en dirección Este–Oeste, con su frente principal dando al mar, situado cerca de las nuevas gradas de construcción de buques, las conocidas en su tiempo como gradas del Apostolado, como puede verse en la vista de Ferrol del siglo XIX que se acompaña.

 


                                             Vista de Ferrol, Arsenal y Astillero. Año 1872

Según se describe en el Diccionario Geográfico e Histórico de Pascual Madoz (año 1845) y en el Album de Ferrol de José Baamonde Ortega (año 1867), el primer cuerpo de la Sala de Gálibos era de sillería y lo formaban una serie de arcos abiertos de cantería, bajo los cuales se encontraba la zona de trabajo para la maestranza, estando unido al mismo un amplio tinglado para depósito de la madera.

El segundo cuerpo era de ladrillo y consistía en un gran salón de piso de madera, de 120 metros de largo y 14 de ancho, con luces altas muy amplias, disponiendo de 2 puertas, 14 lumbreras y 55 ventanas. Constituía el lugar de trazado de las diferentes plantillas de las cuadernas y otras piezas de los buques que se construían en las gradas del Arsenal de Esteiro.


                                      Sala de Gálibos. Vista exterior e interior. Año 1867

Dos grabados del año 1867, impresos en la Litografía Viuda de Lasa, muestran una vista exterior del edificio dando frente a la puerta de entrada del astillero y otra vista de su amplio y luminoso interior, ambos grabados reproducidos en el Álbum de Ferrol, obra de Baamonde Ortega.   

A lo largo del tiempo, la Sala de Gálibos tuvo alguna utilización poco conocida fuera de su faceta habitual de lugar de trabajo. Durante el mes de abril de 1767 tuvo que servir de alojamiento, durante algo menos de un mes y previa colocación de camas y colchones, a una parte de los 650 jesuitas que, procedentes de diversos lugares de España, fueron reunidos en Ferrol, antes de su embarque en los buques que los trasladaron hacia los Estados Pontificios por orden del rey Carlos III, a instigación del Conde de Aranda.

Posteriormente, en el viaje que el año 1858 realizó a Ferrol, la reina Isabel II visitó el día 2 de septiembre el Arsenal Militar, embarcando la familia real en la Falúa Real para presenciar en las gradas del Apostolado la botadura de la goleta “Diana”, visitando las instalaciones del Astillero y comiendo con sus invitados en el interior de la amplia Sala de Gálibos, para regresar seguidamente a su alojamiento de Capitanía General.


                                                    Nueva Sala de Gálibos. Año 1950

A partir del año 1909 inició sus actividades en Ferrol la Sociedad Española de Construcción Naval, modernizándose el Astillero de Esteiro. Como recuerda José María de Juan-García en su publicación “La Fábrica de Acorazados”, el año 1928 finalizó la construcción  de un nuevo edificio, situado cerca del antiguo, con dimensiones 70x21´5 metros, que dedicaba a Sala de Gálibos el piso superior y a taller de ebanistería la planta baja, dejando de utilizarse como tal la primitiva Sala de Gálibos, que sería derribada décadas más tarde.

EL GRAN TINGLADO

El año 1765 terminó la construcción de otro notable edificio en el Arsenal de Ferrol: el Gran Tinglado de Maestranza, el mayor edificio fabril de su época con sus 374 metros de largo y 15 metros de ancho. Diseñado por Julián Sánchez Bort, fue construido en su totalidad de cantería de granito con remates almohadillados. Se trata de un edificio de racionalismo estético, funcional y de carácter modular, proyectado para su dedicación a diferentes funciones industriales a lo largo de su existencia.

La instalación de dos plantas tenía originalmente como función el aparejamiento y mantenimiento de los buques de la Armada. Durante algo más de 100 años albergó los talleres necesarios para la reparación y el carenado en seco de los buques de vela y madera utilizados por la Armada.

Adaptándose a las nuevas tecnologías de la construcción naval: incorporación del acero al casco de los buques y utilización de la máquina de vapor para la propulsión naval, el año 1885 el edificio del Tinglado de Maestranza se remodeló como Factoría de Máquinas, albergando en su seno una serie de diversos talleres mecánicos. En un plano de procedencia inglesa del año 1790, donde se muestras la ciudad y arsenal de Ferrol, aparece en rojo un “great shed” (gran almacén), referido al Gran Tinglado. 

Ferrol y arsenal. Plano del año 1790

Entre los años 1910 y 1913, con motivo de la construcción del Dique Reina Victoria, el edificio quedó dividido en dos partes desiguales, desapareciendo casi 100 metros de los 374 metros iniciales. Con este motivo se remodeló nuevamente el Gran Tinglado que siguió siendo utilizado por la entonces Sociedad Española de Construcción Naval, iniciando un proceso de terciarización del edificio, combinando en su seno los usos industriales con funciones administrativas.


Obras del dique Reina Victoria. Año 1910

El año 1987 tuvo lugar una nueva actuación sobre el edificio del Gran Tinglado, momento en que las dos secciones del edificio fueron totalmente remodeladas, adquiriendo el aspecto que hoy muestra. Se realizó una discutida rehabilitación que trajo consigo la práctica desaparición de la zona porticada, propiciando su pleno uso para Oficinas de Dirección y Sala de Proyectos de la empresa Navantia.  



Edificio del Gran Tinglado. Antes y después de la reforma del año 1987

Placa de remodelación. Año 1987

EL PASADO DE AMBAS CONSTRUCCIONES

Dos láminas del año 1850 en las que aparecen sendas representaciones de la Sala de Gálibos y el Gran Tinglado son de la autoría de los hermanos José y Manuel Alonso Esquivel, pintores del arsenal de Ferrol, que en una serie de obras recogieron los aspectos más relevantes del Arsenal ferrolano a mediados del siglo XIX.


Sala de Gálibos. Gran Tinglado. Año 1850

EL POSIBLE FUTURO DE LAS INSTALACIONES INDUSTRIALES

 La obra de Juan Gelpi, “Ferrol. Ciudad Irrepetible”, publicada el año 1995, muestra una posible recuperación de la fachada marítima de la ciudad en el siglo XXI, si se trasladasen las instalaciones del Arsenal y de Navantia a la base de A Graña y los terrenos de Astano respectivamente. La recreación del autor quiere hacer pensar en una nueva función del edificio del Gran Tinglado como Centro de Turismo y Recepción de pasajeros de trasatlánticos.

Recreación histórica. Siglo XXI

OBLIGADO POST SCRIPTUM

Se ha preguntado en varias ocasiones a este Foro quienes son los destinatarios de estos trabajos. Siguiendo a Francisco Umbral, el escritor español más irónico de la posguerra, podemos decir que se les envía a “toda clase de amigos, conocidos, saludados y los ni siquiera eso”. Cada cual que se coloque en el lugar que crea que le corresponde. 

 

 

 

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