EL SIGLO XIX EN
FERROL
Como resultado de la pérdida del imperio colonial y de las
guerras napoleónicas, la primera mitad del siglo XIX significó un período
crítico y de declive en la historia de Ferrol. Sin embargo, siendo reina Isabel
II, el desarrollo del plan naval auspiciado por Mariano Roca de Togores,
marqués de Molíns, a partir del año 1847 y su posterior visita como ministro de
Marina el año 1853 trajo consigo la recuperación de la Armada y de la actividad
industrial de la ciudad.
La reina Isabel II de
Borbón
LA LLEGADA DE LA
REINA ISABEL II
En este contexto se produjo la
visita de la Reina Isabel II a Ferrol, acompañada de su esposo, su primo el
infante Francisco de Asís, y de su hijo, el infante Alfonso, futuro rey Alfonso XII. La
familia real II llegó por mar a Ferrol, primera etapa de su viaje a Galicia, en
la mañana del 1 de septiembre de 1858 a bordo del vapor “Isabel la Católica”,
procedente de Gijón.
El buque que conducía a la Reina
y su séquito entró en la ría de Ferrol acogido por las salvas de bienvenida de
los castillos y las baterías defensivas, siendo saludado por las dotaciones de
los buques de la escuadra, que le esperaban engalanados y fondeados en aguas de
la ría, mientras acompañaban al vapor que llevaba a la familia real numerosos botes
y falúas.
Llegada a Ferrol de
Isabel II. Portada del diario “El Miño”
EL RECIBIMIENTO DE LA
CIUDAD
Una vez que la Reina Isabel II
desembarcó en los muelles del Arsenal Militar, donde fue recibida de forma entusiasta
por las personas que allí la esperaban, la familia real se trasladó en un
carruaje a la Puerta del Dique donde se había levantado un elegante pabellón en
el que se encontraban las autoridades del Reino de Galicia, provinciales y
locales.
La Reina fue recibida por el
estruendo de los cañones de la batería del parque, el fragor de los fuegos de artificio, el repique general de las
campanas y los sonidos de las bandas de música. Tras las honras militares y los discursos de bienvenida, el gobernador
militar le hizo entrega a Isabel II de las llaves de la plaza.
Las tropas de la guarnición de Ferrol
cubrían la carrera desde la Puerta del Dique hasta la iglesia de San Julián, en
cuya entrada el Obispo de la Diócesis aguardaba a la familia real. El templo se
encontraba lujosamente adornado, los suelos cubiertos con alfombras, los
púlpitos con adornos dorados, las naves decoradas con lucernas y un lujoso
dosel colocado en el presbiterio.
Una vez llegada a San Julián la
familia real y su comitiva la Reina Isabel II penetró bajo palio en el interior
del templo hasta situarse bajo el dosel, donde asistió a los oficios religiosos
que remataron con un tradicional Te Deum de acción de gracias. A continuación
la familia real se dirigió a su alojamiento en el Palacio de Capitanía General,
entre las ovaciones de los ferrolanos a su paso. Después de recibir en el Salón
del Trono a las Autoridades y a los representantes de los Ayuntamientos de la
comarca de Ferrol, salieron al balcón para presenciar un desfile militar antes
de retirarse a descansar.
ALOJAMIENTO EN EL
PALACIO DE CAPITANÍA GENERAL
Cuando la Reina Isabel II visitó
Ferrol el año 1858, el sobrio edificio clasicista de Capitanía General,
construido el año 1750, se había transformado en una lujosa residencia real, a
lo que había contribuido la sociedad ferrolana de la época aportando modernos muebles
y alfombras, mientras que varias estancias del Palacio se prepararon para
convertirlas en cuartos privados de la familia real
Capitanía General.
Salón del Trono
Durante la visita real se acondicionaron
diversas salas y dependencias del edificio de Capitanía General, como fue el
caso del elegante Salón del Trono utilizado para las recepciones públicas. De
la misma forma se acondicionó el espléndido Comedor de Gala para el séquito
real y los numerosos invitados, caso de las autoridades civiles, militares y de
la zona, mientras la fachada del Palacio de Capitanía se adornaba de numerosas
banderas y se dotaba de una llamativa iluminación nocturna.
EL ARCO DE TRIUNFO DE
LA CASA CONSISTORIAL
La visita de Isabel II tuvo también
una importante repercusión dentro de la propia urbe. Como recuerdo de la visita
real se levantó por el Ayuntamiento de Ferrol un llamativo Arco de Triunfo en
un lugar contiguo a la Casa Consistorial. En el citado Arco de Triunfo se
colocaron unas placas presididas por el escudo nacional y las armas de Ferrol.
Las placas llevaban una serie
inscripciones que incidían en los hechos relevantes para la ciudad, llevados a
cabo en tiempos de Isabel II, y sendas poesías dedicadas a la Reina y al Príncipe de Asturias, además de una
relación de nombres de personajes históricos que trabajaron por Ferrol.
Arco de Triunfo en
honor de Isabel II
Inscripciones y versos del Arco de Triunfo
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